El Ejecutivo ha aprobado un ambicioso plan para ofrecer oportunidades a unos 850.000 jóvenes sin formación ni trabajo. Sin embargo, los ‘ninis’ tendrán que alistarse telemáticamente para que no tengan la tentación de apuntarse al paro y engordar la estadística justo cuando empieza a decrecer.
El Ministerio de Empleo anunció este viernes la puesta en marcha del Sistema Nacional de Garantía Juvenil, un nuevo plan que pretende ofrecer a cualquier joven de menos de 25 años unas prácticas, un trabajo o más formación en un plazo de cuatro meses desde que se inscriba en la iniciativa.
No obstante, estos jóvenes únicamente podrán darse de alta por Internet, salvo en los casos de personas discapacitadas o con riesgo de exclusión social. En el supuesto de que haga falta una consulta física, ésta se podrá llevar a cabo a través de la red de oficinas de la juventud.
Y según fuentes conocedoras del detalle de esta normativa, esta estructura obedece a una razón no declarada: el Gobierno ha decidido que no se usen las Oficinas de Empleo con el fin de evitar que al acudir a ellas los jóvenes consideren la idea de apuntarse a las listas del desempleo.
“Si bien es cierto que hay muchos ya registrados, todavía queda un número sustancial fuera. Por si acaso, para eliminar el efecto llamada, se ha quitado del proceso a las Oficinas de Empleo. Así los que no estén no se apuntarán, como sería normal si pisasen una oficina”, explican.
De hecho, los desempleados que están haciendo formación no se contabilizan como parados desde 1985, año en el que se establecieron las características de los demandantes de empleo. De contarse éstos, la cifra de paro, ahora en los 4,4 millones, se acercaría más a los 5,9 millones declarados por la EPA. Aunque el número de partícipes en cursos también ha disminuido debido a las estrecheces presupuestarias.
¿Una cuestión de fondos?
Fuentes del Ministerio de Empleo destacan que la colaboración con las CCAA ha sido excelente y que habrá una tutela y seguimiento de los jóvenes inscritos con su currículum. Sin embargo, otras fuentes señalan que las constricciones presupuestarias podrían representar un obstáculo que esta iniciativa habrá de sortear.
La UE sólo adelanta un 1 por ciento de los 1.887 millones de fondos europeos que se aprovecharán para desarrollar esta iniciativa durante dos años. El resto han de aportarlos el Gobierno y las Comunidades. Sin embargo, en el caso de las Autonomías los consejeros de hacienda ya han impuesto sus techos de gasto y está por ver si de verdad desembolsarán los fondos.
No en vano, la Comisión Europea alertó hace unas semanas sobre la falta de financiación y recursos para aplicar este programa, en particular la orientación y planificación personalizada. Los técnicos de Bruselas indicaron que el retraso de la modernización de los servicios públicos de Empleo podría dificultar la implementación del Plan de Garantía Juvenil.
Pero las fuentes del Ministerio de Empleo replican que no es un problema de dinero. Es más, algunos expertos aseguran que una actuación de ayuda a un desempleado como un proceso de orientación o un curso suele costar algo más de los 600 euros de media y, por lo tanto, los 1.887 millones previstos dan para bastante. Con esos números, al menos podría tocar a unas tres actuaciones por cabeza entre los 850.000 'ninis' detectados por la Encuesta de Población Activa.
“Es una buena idea porque se consigue que estos jóvenes abandonen la play station y el sofá y se movilicen en la búsqueda de empleo. Aunque sea haciendo un simple curso de inglés, las consecuencias son muy positivas”, comenta una fuente del sector.
Nuevas bonificaciones
El Plan también contempla la creación de una bonificación de las cuotas de la Seguridad Social por valor de 300 euros al mes durante seis meses para quien contrate de forma indefinida a un joven inscrito en este programa. Esta tarifa joven estará en vigor hasta el 30 de junio de 2016, será compatible con otras ayudas ya existentes, precisa del mantenimiento del empleo en la empresa y habrá de reintegrarse si se despide al joven antes de seis meses.
No obstante, las opiniones de los analistas respecto a este tipo de incentivos y planes suelen ser poco efusivas. Un estudio de Toharia subrayaba que, a menos que se trate de colectivos muy específicos como los discapacitados, la política de bonificaciones no es efectiva. De ahí que muchos defiendan que en lugar de estos planes se gaste el dinero en una rebaja de cotizaciones generalizada. “Las empresas contratan igual con las bonificaciones. Pero si tienen una rebaja horizontal aplicable a todos en lugar de contratar 100 pueden permitirse contratar 105”, sostienen.
Requisitos y medidas
Además de ser un ‘nini’ menor de 25 años y comprometerse de forma activa, entre los requisitos para inscribirse se contempla el no haber tenido un trabajo en los últimos 30 días, el no haber recibido acciones educativas en los últimos 90 días y el no haber recibido acciones formativas en los últimos 30 días.
Las medidas se resumen en más bonificaciones de cuotas a la Seguridad Social para los jóvenes, programas de formación con compromiso de contratación, prácticas en empresas, cursos de idiomas y nuevas tecnologías, el impulso de la FP dual a través del Contrato de Formación y Aprendizaje, la obtención de certificados profesionales, escuelas taller y de segunda oportunidad para recuperar la ESO, el incentivo de la movilidad, el uso de agencias de colocación y los planes de orientación.