El teléfono que guardas en el bolsillo sabe cómo eres. El color de tu pelo, tu estatura, tus preferencias, secretos, anhelos... Conoce tu cantante favorito. El actor que te gusta. Sabe si tienes hijos, si eres soltero o si buscas una aventura.
La cámara de fotos, el micrófono y las páginas webs que visitamos son la puerta de entrada de múltiples datos que permiten componer nuestro retrato robot. Pero el 'chivato' más importante son las aplicaciones.
Y es que el teléfono móvil es, por sí mismo, un objeto limitado a hacer llamadas; son las apps las que dan sentido a el que sin duda es el gadget más inseparable de todos. Y son esas aplicaciones las que recopilan los datos que trazan el perfil del usuario.
Esta información se utiliza para ofrecer publicidad a la carta, con el fin de que sea más sencillo que el destinatario 'pique' y adquiera un producto un servicio
Quienes buscan un estilo de vida más saludable encuentran en el móvil un aliado, bien para practicar deporte, bien para seguir una alimentación más sana. Lo malo es que la Política de Privacidad de esas apps siempre permite que determinados datos del usuario se cedan a terceros.
Hablamos de información como el número de kilómetros caminados a diario, el peso del usuario, su edad, la frecuencia con que hace deporte, la calidad de su sueño o su ritmo cardíaco (cuando se usa un monitor de actividad conectado al dispositivo). También los lugares que frecuentamos. En qué tipo de restaurantes entramos, si son cadenas de comida rápida o no, o si por el contrario apostamos por comprar en el mercado y la comida casera.
Esta información se utiliza para ofrecer publicidad a la carta, con el fin de que sea más sencillo que el destinatario 'pique' y adquiera un producto un servicio. Ya contamos en su día la forma en la que la cámara del móvil era capaz de detectar la alopecia de un usuario para ofrecerle después publicidad tanto de gorras como clínicas en las que hacerse un implante capilar.
Strava
Es una de las aplicaciones estrella, con 36 millones de usuarios en su haber. La aplicación permite realizar y monitorizar múltiples deportes, como correr, bicicleta, trekking... Hay quien la utiliza sólo con el móvil, o quien conecta a la misma gadgets como medidores de pulso o pulseras deportivas y de actividad, que enriquecen los datos de que dispondrá el teléfono.
"Strava puede recopilar o inferir información sanitaria. Cierta información sanitaria puede inferirse de fuentes como la frecuencia cardíaca u otro tipo de información sobre su esfuerzo percibido como la potencia, cadencia, estatura y peso u otros indicadores. Antes de que usted pueda cargar la información sanitaria a Strava, debe otorgar su consentimiento explícito para el tratamiento de dicha información sanitaria por parte de Strava", declara la compañía en su Política de Privacidad.
Pero no son los únicos datos que recoge. "Recopilamos información de su navegador, equipo o dispositivo móvil, que nos proporciona información técnica cuando usted accede o hace uso de los Servicios. Esta información técnica incluye datos sobre el dispositivo y la red, cookies, archivos de registro e información sobre analíticas", puntualiza la compañía.
Si se quiere minimizar lo que puedan hacer terceros con nuestros datos, se debería desconectar la conexión a Internet en el móvil y dar de baja también el contrato de fibra en casa. Y aún así nada está garantizado. Hay centenares de bases de datos en las que estamos presentes: Seguridad Social, empresas privadas, comisarías, seguros, empresas de telecomunicaciones...
La compañía explica que "es posible que se agregue la información que usted y otras personas pongan disponible en relación con los Servicios y la publique o comparta con terceros. Para ello, eliminamos cierta información de la cuenta, como su nombre, y combinamos la información resultante con información similar de otros deportistas de Strava. El tipo de información que puede que agreguemos de este modo es, por ejemplo, información sobre el equipo, uso, datos demográficos, rutas y rendimiento. Es posible que Strava use, venda, licencie y comparta esta información con terceros para fines de investigación, comerciales o de otra índole".
También explica el uso que hace, por ejemplo de esas cookies que recopilan datos de uso del servicio. "Algunas de estas cookies son cookies de publicidad que utilizamos para ofrecer anuncios relevantes a los usuarios que ya han visitado nuestro sitio web. Recurrimos a las siguientes cookies para fines publicitarios: Google AdWords, Branch, Facebook y Twitter".
Strava ofrece al usuario herramientas para controlar la información compartida, pero no lo hace por defecto. Es el usuario el que de forma proactiva debe bloquear sus datos, que se encuentran de inicio abiertos a los usos antes citados.
"Si a través de las cookies sabemos que le gusta correr, es posible que le informemos sobre nuevas actividades de "running" o que le mostremos contenido patrocinado relacionado con este deporte. Si vemos que suele correr en una determinada zona, puede que le sugiramos una carrera por esa área. También es posible que mencionemos que usted ha hecho uso de los productos o servicios de nuestros socios como parte de sus actividades, a las cuales denominaremos Integraciones patrocinadas", desgrana Strava.
Tus datos, tanto en iOS como en Android
La compañía china, ahora en el ojo del huracán por su guerra comercial con Estados Unidos, también cuenta con una app, Huawei Health, para cualquier teléfono Android, que monitoriza la salud del usuario con el fin de ayudarle a mejorar su estilo de vida y condición física.
La compañía reconoce recopilar datos sensibles, como el oxígeno en sangre o el ritmo del corazón, pero sólo con el propósito de subir los datos a la nube y que sean accesibles para el usuario en cualquier momento, pero sin embargo, da la opción al usuario para que sus datos puedan ser compartidos con Apple (iOS) o Google (Android).
Es cierto que requiere de la autorización previa del usuario, pero no es menos cierto que en estos casos, si no se comparte la información, no se pueden utilizar determinadas funciones o trasvasar información de un dispositivo a otro en caso de que se cambie de terminal. Y en muchas ocasiones el usuario pasa por el aro.
El círculo se cierra en ese momento, y los datos del usuario referentes a su salud pasan a formar parte de plataformas que permiten a los anunciantes del sector sanitario, o del ocio deportivo, lanzar consejos con una probabilidad de acierto muy alta.
Lo mismo sucede si utiliza su cuenta de Facebook o Twitter para registrarse en servicios como Strava, Runtastic, MyFitnessPal, Runkeeper u otras aplicaciones deportivas o de salud.
Nuestro consejo es el de siempre. Si se quiere minimizar lo que puedan hacer terceros con nuestros datos, se debería desconectar la conexión a Internet en el móvil y dar de baja también el contrato de fibra en casa. Y aún así nada está garantizado. Hay centenares de bases de datos en las que estamos presentes: Seguridad Social, empresas privadas, comisarías, seguros, empresas de telecomunicaciones...