Tres meses después de cerrar definitivamente las dos últimas líneas de producción de Nissan en Zona Franca que supuso el despido de cerca de 3.000 trabajadores –y tras la espantada a última hora por “falta de subvenciones” de la automovilística china GWC que iba a instalarse allí–, va a ser finalmente una empresa española la que dé continuidad a unas instalaciones referencia en la región durante décadas.
QEV Technologies, compañía española pionera en movilidad eléctrica y con sede en Barcelona, es parte del 'hub' que va a reactivar las instalaciones de Nissan en Zona Franca junto a BTech, y que prevén empezar a fabricar ya en 2023 furgonetas eléctricas para flotas de empresas y alcanzar las 100.000 unidades en tres años generando para ello alrededor de un millar de empleos.
El lanzamiento y la producción de estos modelos supondrá una inversión de 200 millones de euros en tres años, según ha señalado el consejero delegado de QEV Technologies, Joan Orús, que ha recordado que la inyección de capital que prevé realizar el 'hub' de descarbonización se eleva a unos 800 millones.
Además de las aportaciones propias, los impulsores del 'hub' están en conversaciones con otros socios y bancos para garantizar que cuentan con los recursos necesarios, mientras esperan contar con entre 100 y 150 millones de euros de ayudas públicas a través del PERTE del automóvil eléctrico.
Orús ha dado detalles de la estrategia de la compañía y sus planes para la planta de Nissan durante un acto en el que ha presentado la marca Zeroid, sobre la que girará su proyecto, mientras que BTech se encargará de lanzar la marca Ebro.
Agilidad en las administraciones públicas de Nissan
El millar de puestos de trabajo que se crearán en una primera fase serán ocupados en gran parte por los exempleados de Nissan, que actualmente están en el paro. "Si estamos aquí hoy es porque hay más de mil trabajadores que saben hacer vehículos. La oportunidad no es el lugar, sino las personas", ha dicho Orús. El empresario ha pedido agilidad a las administraciones públicas para cerrar lo antes posible los flecos pendientes de la mesa de reindustrialización de Nissan y poder cumplir así con su previsión de iniciar el año que viene la producción en Zona Franca.
De las cien mil unidades que QEV y BTech pretenden producir en una primera fase, 60.000 corresponden a la compañía liderada por Orús y 40.000 a sus socios. Los dos impulsores del 'hub' están en conversaciones con otras compañías como Volta y Ronn para firmar acuerdos que permitirían elevar esta cifra anual hasta los 120.000 o 130.000 unidades.
En concreto, QEV Technologies planea lanzar una gama completa de furgonetas eléctricas destinadas al reparto de última milla bajo la marca Zeroid: cinco modelos de diferente tamaño con capacidad para cargar desde 700 a 2.700 kilos. La compañía prevé también transformar la furgoneta en un bus eléctrico para el transporte público en las ciudades, mientras que producirá plataformas eléctricas que comercializará en el extranjero.
La gama de furgonetas eléctricas que se fabricarán en las instalaciones de Nissan saldrán a un precio de mercado de desde algo menos de 20.000 euros la versión más pequeña y, respecto al suministro de baterías eléctricas, aunque de entrada se importarán desde Asia, la intención es poder construir una fábrica de celdas en España para no tener que depender de importadores asiáticos.
Orús ha señalado que su intención es poder contratar este próximo junio a entre 100 y 200 trabajadores de Nissan para empezar a preparar las líneas de ensamblaje, e incorporar a un número mucho mayor en enero de 2023, cuando arrancaría la producción. Si el proyecto arranca con éxito, podría generar en tres años un millar de empleos, con los que se absorbería una parte importante de los trabajadores que fueron al paro al cerrar Nissan.