La primera declaración formal de guerra de Israel en 50 años sobre el suelo de Palestina y su apoyo por parte del Gobierno de Estados Unidos ha disparado el valor de las armamentísticas, incluso más que tras la invasión de Rusia a Ucrania. Emblemático es el caso de Northrop Grumman, el mayor fabricante de buques de guerra del mundo, incluyendo el portaaviones nuclear USS Gerald Ford que EEUU ha decidido enviar en ayuda de Israel tras los ataques terroristas de Hamás el pasado fin de semana.
Conocido como el buque más caro jamás construido y potencialmente tan poderoso como naciones enteras, el USS Gerald Ford es la primera nueva clase de portaaviones americanos en 40 años. Con 10 años de desarrollo a sus espaldas, es la joya de la corona militar americana que deambulaba cerca de Nápoles, monitorizando movimientos rusos en Ucrania, cuando la Administración Biden ordenó su traslado a Oriente Medio el pasado domingo. En principio como medida disuasoria, el viaje al Mediterráneo Oriental es el primer gran despliegue del USS Gerald Ford desde su puesta en funcionamiento en 2022.
Al cabo de la primera semana de guerra en Israel, Northrop Grumman acumula una revalorización cercana al 15%, la mayor entre las empresas de defensa del selectivo S&P 500 y equivalente a unos 10.000 millones de dólares
La decisión del Gobierno americano movió a los mercados en la primera jornada tras los atentados de Hamás. Al cabo del lunes, Northrop Grumman escaló más de un 10% en Wall Street, más del doble de lo que llegó a subir en la jornada posterior a la invasión de Rusia a Ucrania. Entonces, la capitalización creció un 4%.
Al cabo de la primera semana de guerra en Israel, Northrop Grumman acumula una revalorización cercana al 15%, la mayor entre las empresas de defensa del selectivo S&P 500 y equivalente a unos 10.000 millones de dólares. Al cierre de este viernes, Northrop rondó los 75.000 millones de dólares de capitalización bursátil, lo que le acercó a los registros más altos de su historia.
La compañía venía de registrar ingresos por cerca de 38.000 millones de dólares en el período junio 2022/2023, cerca de un 10% más que el año anterior, pero es sobre todo su potencial para atender a un conflicto como el palestino-israelí el motivo por el que el mercado le ha premiado de forma inusual la última semana, atendiendo a distintos analistas. Por lo pronto, el Gobierno americano destina unos 3.800 millones de dólares cada año en ayudas a Israel, una cantidad que podría crecer a raíz de los últimos ataques de Hamás.
De State Street Corp a Blackrock: el capital de Northrop
El capital de Northrop, presidida por la empresaria Kathy Warden, está en más de un 80% en manos de fondos e inversores institucionales, siendo los accionistas con mayor cuota el banco americano State Street Corp, la gestora estadounidense Capital International Investors y los fondos de inversión Vanguard y Blackrock. Cada acción de Northrop cuesta hoy cerca de 500 dólares, diez veces más que en el año 2008, cuando el Gobierno de EEUU le encargó la construcción del USS Gerald Ford.
El USS Gerald Ford tiene capacidad para trasladar a cerca de 75 aeronaves, 5.000 personas, 100.000 toneladas de carga y moverse a casi 60 kilómetros por hora
Un proyecto que a los americanos acabó costándoles alrededor de 18.000 millones de dólares y que hoy tiene su reflejo en el mayor portaaviones del mundo. Tiene capacidad para trasladar a unas 75 aeronaves incluyendo cazas, helicópteros y drones, 5.000 personas y 100.000 toneladas de carga. Y todo ello, moviéndose a casi 60 kilómetros por hora con los sistemas más avanzados de detección de amenazas. Su grupo de ataque incluye el crucero de misiles guiados clase Ticonderoga USS Normandy y los destructores de misiles guiados Arleigh Burke USS Thomas Hudner, USS Carney, USS Ramage, y USS Roosevelt.
Ansurez
Un portaaviones contra Hamas?vaya ridiculez,no estaría mejor en el mar de china?
qmmo@hotmail.com
Se olvida el autor cuando describe el grupo de ataque, de citar el submarino que obligadamente los acompaña y del que por motivos evidentes no se cita el nombre ni la situación.