La veterana planta madrileña de Villaverde lleva los últimos años adaptándose a las nuevas realidades, una planta alejada de los grandes volúmenes de producción de las otras dos pertenecientes al grupo matriz Stellantis, como son Vigo y Figueruelas (Zaragoza) pero que con la transformación que está viviendo va a permitir mejorar en gran medida su productividad.
Una planta, conocida como Citroën Villaverde, con más de 70 años de historia a sus espaldas y que tuvo que tomar decisiones complicadas hace algo más de cinco años para asegurar su futuro. Y es que no hace mucho, justo antes de la pandemia, Villaverde producía poco más de 50.000 coches al año.
Pero los muchos cambios sufridos y la llegada de nuevos modelos, estrenando con el e-C4 la producción de turismos 100% eléctricos, ya en 2021 y a pesar de la crisis de los chips, Villaverde fabricó un total de 76.000 coches, un 43% más que el año precedente. Y en 2022, se superaron los 80.000 vehículos, casi un 10% más.
Un éxito que se debe en buena medida a la llegada del Citroën C4, que con un gran tirón de ventas y cerca de 200.000 unidades producidas, ha hecho que desde la matriz del complejo grupo Stellantis se le asignara recientemente un modelo más, el C4X.
Y es que la planta madrileña tiene todavía más capacidad productiva, que a pleno rendimiento podría estar cerca de los 150.000 coches anuales, y por ello se decidió asignar este segundo modelo que ya se está produciendo en Villaverde. Y es que con su llegada, la emblemática fábrica podría llegar en este 2023 a llegar a una producción de 100.000 unidades.
De la producción total de este año, las estimaciones contemplan estar fabricando alrededor del 30% del nuevo C4 X del total de la producción. Y al igual que en el C4, hacerlo con total flexibilidad entre versiones con motor de combustión –tanto diésel como gasolina– y eléctrica, en ambos con unos tiempos de producción que supone unas 22 horas, de las cuales unas ocho horas son para el montaje.
Un e-C4X eléctrico que en algunos mercados se comercializa de forma única, sin opción de versiones de combustión, una tendencia que irá poco a poco a más en los próximos años. Así, países que ya no se comercializará con motores de gasolina y diésel serán, entre otros, Austria, Bélgica, Alemania, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y Reino Unido.
Así es el e-C4X
Por tanto, el nuevo Citroën C4X llega al mercado español con tres motorizaciones, una de gasolina, otro diésel y la mencionada variante 100% eléctrica, con la que la marca prevé lograr más de un tercio de las ventas totales de la gama C4, según ha informado la compañía. El precio de salida en nuestro mercado es de algo menos de 23.000 euros para la versión menos potente de gasolina y con cambio manual.
La versión de gasolina es el 1.2 PureTech de 100 y 130 CV, mientras que en diésel está disponible la opción 1.5 BlueHDI que desarrolla una potencia máxima de 130 CV, todos ellos con etiqueta C al no contar con sistema alguno eléctrico de apoyo.
La versión 100% eléctrica, e-C4X, monta mismo sistema de propulsión que el resto de eléctricos del grupo, C4 incluido. Es un motor eléctrico con 136 CV y un par de 260 Nm de par que le lleva a acelerar de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos con una velocidad máxima de 150 km/h.
Este motor se alimenta de una batería de 50 kWh que ofrece una autonomía de 360 kilómetros en ciclo WLTP, una batería que admite cargas rápidas a 100 kW y pasa del 10% al 80% en media hora. Además, en enchufes domésticos y con el cargador opcional puede cargar a 11 kW, lo que permitiría una carga completa en apenas cinco horas.
En marcha, destaca sobre todo por el confortable rodar que proporcionan una puesta a punto de suspensión suave, con el sistema de amortiguadores hidráulicos progresivos que filtran los baches e irregularidades con mucha eficacia. A ello se suma el silencio de marcha propio del motor eléctrico para conformar una berlina diferente a lo habitual, pero que convence por su rodar.
En cuanto a dimensiones, el C4X mide 4,6 metros de longitud con un maletero que tiene una capacidad de 510 litros, muy superior a los 380 litros del C4, y un interior amplio en cotas y, sobre todo, en la sensación de habitabilidad que transmite. Sus formas está a medio camino entre una berlina y un SUV, con una zaga que es la que marca la gran diferencia con el C4.