Economía

Instagram cambia el ocio juvenil: ahora buscan experiencias y sólo el 13% quiere emborracharse

Los jóvenes ya no necesitan del 'rompehielo' del alcohol para socializar de fiesta, ya que están siempre en contacto por las redes, pero sí buscan que la experiencia sea 'instagrameable'

  • Varios jóvenes disfrutando de un picnic en la playa -

Las redes sociales han cambiado las reglas del juego, también las del ocio. Las oportunidades de rápida comunicación que brindan aplicaciones como Instagram han provocado que los más jóvenes conciban su tiempo libre de manera diferente. Ya no necesitan del alcohol ni de la fiesta como la hemos entendido siempre para relacionarse; ahora socializan, de manera constante e inmediata, a través de las redes y su ocio nocturno lo destinan, según los expertos, a buscar otras experiencias. Es decir, no necesitan del 'rompehielo' del alcohol para hacer amigos o ponerse al día con sus colegas en las discotecas, ya que están siempre en contacto, pero sí buscan que la experiencia sea 'instagrameable'.

Esta nueva tendencia en el ocio tiene su evidencia más básica en el consumo de las bebidas alcohólicas. Las estadísticas señalan que el consumo de alcohol solo para estar ebrio ha descendido. Un estudio de la Fundación Fad Juventud muestra que, aunque el 26% de los jóvenes es habitual de la fiesta, solo el 13% busca diversión a toda costa cuando sale. "El porcentaje de gente a la que le interesa pasarlo bien en entornos seguros, amenos y diferentes es mayor que el que representa a los que solo buscan 'liarla'", indica Iván Godia Roca, responsable de organización de Skyline Nights, una compañía española organiza más de 300 fiestas anuales de todo tipo a lo largo y ancho de España.

Igualmente, según la Encuesta sobre Alcohol y Drogas que realiza el Ministerio de Sanidad, desde el 2018 se ha comprobado un descenso notable sobre el consumo de alcohol. Ha caído un 5% el número de personas que bebe simplemente para animar la fiesta. El descenso es aún mayor en aquellos que solo beben para emborracharse, que ha pasado de más de un 12% a menos del 2%. También los datos de los macrobotellones, según explican los expertos, han descendido llamativamente.

El nuevo ocio de los jóvenes

Así con todo, los datos y la experiencia de los trabajadores del sector contactados por Vozpópuli corroboran que las tradicionales fiestas de música, local oscuro y bebida ya son cosas del pasado. Como hemos señalado, el consumo de alcohol por el mero hecho de alcanzar un estadio de embriaguez se está reduciendo en España, a la vez que cada vez es más habitual que tanto consumidores como impulsores de estos eventos reclamen crear una atmósfera que fidelice para próximas ocasiones a los jóvenes, con fiestas especiales, que lleguen a fidelizar a los jóvenes y que tengan un hilo conductor.

Un ejemplo claro de ello es la famosa fiesta de 'la Bresh', donde más que ir a emborracharse los jóvenes van a vivir la experiencia en sí. Luis Canelo Peñalver, experto TIC de la compañía, explica en conversaciones con este periódico qué es lo que los trabajadores del sector están viendo los últimos años. En las discotecas se buscan más shows, que se den regalos, que haya sorpresas y otros servicios como photocalls, set de maquillaje, tatuadores...

"De alguna manera, el alcohol pasa a un segundo plano y buscan algo que le aporta algo más en su vida. Están muy influenciados por las redes y, a la vez que ya no necesitan tanto esa socialización porque la tienen a través de redes, se ha desarrollado una necesidad de compartir 'cosas bonitas' en redes. Ya no están en las discotecas para hablar con alguien, porque tienen las redes para eso. Ahora buscan vivir algo único", añade el experto.

En el proceso influyen tanto campañas de marketing, como apuestas decorativas, como el uso de la tecnología o estrategias sociales. "La idea es poder potenciar la experiencia colectiva frente a algo simplemente individual, aunque muchas veces depende de la temática y estilo del evento", cuentan los expertos. También se intenta desconectar del mundo real, dando mayor realismo al universo que se está creando en el recinto. En definitiva, ya no es solo música y el alcohol, sino que se precisan más estímulos.

Además, más allá de las discotecas, el ocio de los jóvenes ha cambiado. Las sugerencias de planes diferentes, alternativos y especiales, como ir a hacer cerámica mientras te tomas un vino o dormir en medio del bosque en una bola de plástico, inundan las redes y eso despierta en los jóvenes una necesidad de 'llenar' su tiempo con actividades únicas. Quedar en el bar se les queda corto, porque ya hablan por TikTok. Una vez más, el poder de las redes y la oportunidad de presumir en ellas ha despertado una nueva realidad.

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