Fue la junta de OHL pero bien podía haber pasado por la de Grupo Villar Mir, su mayor accionista. La participación del resto de socios en la asamblea ordinaria brilló por su ausencia, hasta el punto de que si se excluye el holding de la familia fundadora del grupo tan sólo un 7% del capital participó en la reunión. Toda vez que Grupo Villar Mir mantiene en torno a un tercio del accionariado, el quórum superó levemente el 40%.
Una proporción sensiblemente inferior a la que se suele dar en las cotizadas y más en aquellas que, como es el caso de OHL, cuentan con un accionista de referencia con una voluminosa participación. La normativa no establece un quórum mínimo para constituir la junta al tratarse de la segunda convocatoria.
Desde el pasado año, la participación de Grupo Villar Mir bajó por primera vez del umbral del 50%, lo que no impidió que el quórum de la junta de 2018 superara este porcentaje. En los últimos meses, varios accionistas institucionales de la compañía, que figuraban en los registros de participaciones significativas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), redujeron su participación mientras la acción de OHL se encontraba en plena espiral bajista. Entre ellos destacan la gestora de Santander, BBVA y Société Générale.
Estos movimientos hicieron que Grupo Villar Mir se quedara prácticamente en solitario como accionista de OHL, una circunstancia que ha quedado de manifiesto en la junta del grupo constructor de este martes, en la que han votado poco más de 21 millones de acciones de las que no están en manos de los que siguen siendo los dueños de la empresa.
Anuncio de investigación
Esta deserción de accionista se ha producido precisamente en la junta en la que el presidente de la compañía, Juan Villar-Mir de Fuentes, afrontó en su discurso el espinoso asunto de la supuesta vinculación de la constructora con algunos casos de corrupción que se juzgan en la actualidad. Además de anunciar un proceso de investigación interna, Villar-Mir de Fuentes recalcó que "el buen gobierno de OHL es irreprochable", como demuestra la existencia de un código de conducta desde 2002, germen del código ético de 2010. "Desde sus inicios, en 1911, ningún directivo del grupo ha sido condenado por corrupción".
Desde la última junta ordinaria de accionistas, celebrada a finales de junio de 2018, los títulos de OHL han sufrido un desplome cercano al 63%. Los resultados publicados en los trimestres afloraron que el saneamiento del grupo aún no estaba completado y que el mercado aún tendría que conocer desagradables sorpresas en forma de fallidos relacionados con proyectos en mercados internacionales.
La entrada del nuevo equipo directivo, con el consejero delegado, José Antonio Fernández Gallar, a la cabeza y la puesta en marcha de férreas políticas de contención y eficiencia de costes han hecho que la tendencia sea precisamente la opuesta a partir del último trimestre de 2018, que OHL ya logró cerrar con Ebitda positivo.
Quejas de los minoritarios
Desde que se inició 2019, los títulos del grupo constructor han repuntado más de un 64%. La capitalización bursátil, que había caído a finales de diciembre por debajo de 190 millones de euros, ya se sitúa por encima de la cota de 300 millones.
Una trayectoria que, por ahora, no ha estimulado la entrada de nuevos accionistas significativos en OHL pero sí ha provocado el enfado de algunos minoritarios, que lo manifestaron en la asamblea con términos como "gestión desastrosa", "tsunami financiero" e "inframundo bursátil".
No obstante, a la hora de votar los puntos incluidos en el orden del día la contestación de los minoritarios no fue tan destacada. La mayoría de ellos obtuvo una aceptación superior al 95%, una meta que tampoco era difícil de lograr toda vez que sólo con los votos de Grupo Villar Mir ya estaba asegurada la aprobación de cada punto con un porcentaje mínimo del 82%.