Más problemas para FCC en Panamá. El Gobierno local se plantea rescindir el contrato al consorcio encargado de la construcción de la llamada Ciudad de la Salud, liderado por empresas del grupo español, después de que hayan vencido los sucesivos plazos de entrega de las diferentes fases de la obra sin que ésta haya llegado ni mucho menos a su fin. Tras varios rectificados, el contrato asciende a cerca de 500 millones de euros.
A lo largo del presente año, el consorcio integrado por FCC Construcción y su filial centroamericana debería haber entregado las dos fases de las que se compone la obra, consistente en la construcción de una serie de edificios destinados todos ellos a la atención sanitaria de los ciudadanos de Ciudad de Panamá. Este nuevo calendario fue fijado en 2018, cuando las obras presentaban un avance algo superior al 60%. Más de un año después, los trabajos apenas han avanzado.
Las negociaciones para fijar un nuevo cronograma se entablaron entre el contratista y el Gobierno del anterior presidente, Juan Carlos Varela, que fue relevado tras las elecciones de este verano por Laurentino Cortizo. El nuevo Ejecutivo no parece dispuesto a permitir nuevos incumplimientos y está evaluando la posibilidad de rescindir el contrato e incluso ejecutar las fianzas, una posibilidad que está abierta hasta finales de 2021, según la prensa local.
En realidad, con la Ciudad de la Salud llueve sobre mojado. El proyecto del complejo sanitario formó parte del ambicioso plan de infraestructuras diseñado y puesto en marcha por el Gobierno que lideró Ricardo Martinelli desde finales de la pasada década y del que también formó parte el inicio de la red de metro, con sus dos primeras líneas. Adjudicada en 2012, la Ciudad de la Salud debería haber sido entregada den 2015. Después de cuatro años de demora y sucesivos incumplimientos, el último plazo vencía el pasado mes de noviembre para entregar la segunda fase.
Investigación por corrupción
Uno de los problemas añadidos es que el contrato de la Ciudad de la Salud forma parte de las investigaciones que se siguen tanto en Panamá como en España por presuntos pagos de comisiones a los gobiernos de Martinelli a cambio de adjudicaciones públicas. Esta circunstancia hace complicado el avance del proyecto a la espera de que las autoridades judiciales lleguen al final de sus investigaciones.
Además de la Ciudad de la Salud, los contratos de las referidas dos primeras líneas del metro de Ciudad de Panamá también forman parte de las pesquisas, toda vez que ambas fueron adjudicadas al mismo consorcio, liderado por Odebrecht (con una participación del 55%) y con FCC como socio minoritario. El grupo brasileño ha protagonizado un histórico proceso judicial en toda Latinoamérica, conocido como Lava Jato, en el que se han visto salpicados varios presidentes y ex presidentes de países de la región, acusados de recibir mordidas a cambio de obra pública.
Estas adjudicaciones se produjeron antes de la llegada al capital de FCC de su actual accionista mayoritario, el magnate mexicano Carlos Slim. Actualmente, la práctica totalidad de los responsables del área de construcción de entonces ya no forman parte de la compañía, lo que hace más complicado depurar responsabilidades.
Recientemente, FCC llegó a un acuerdo con la Fiscalía de Panamá para resolver el caso abierto en el país centroamericano por la vía extrajudicial, lo que teóricamente supuso un reconocimiento tácito del pago de estas mordidas. Sin embargo, la situación en España es diferente. La Fiscalia Anticorrupción acusa a la compañía de haber pagado hasta 82 millones de euros en comisiones.
Constructora señalada
El pasado 22 de noviembre, responsables del departamento jurídico de FCC declararon en la Audiencia Nacional al haber sido imputada la propia compañía en el marco de las investigaciones por presunta corrupción.
Recientemente, el Gobierno de Panamá concluyó la licitación del contrato para la construcción de la línea 3 del metro de la capital, a la que también aspiraba FCC, en este caso en consorcio con empresas controladas por Slim. De forma un tanto sorprendente, el grupo quedó eliminado del proceso (en el que acabó imponiéndose la coreana Hyundai) por una presunta falla en la liquidez de la oferta, pese a que las propuestas habían sido analizadas de forma concienzuda durante los meses anteriores por las autoridades del Metro de Panamá. Las ofertas técnica y económica del consorcio no llegaron a desvelarse por la temprana descalificación.
El resultado de la licitación ha sido recurrido por los tres grupos que resultaron derrotados. En el caso de FCC, la imagen del negocio constructor del grupo está seriamente tocada en la zona debido a las citadas investigaciones y su estrecha relación con Odebrecht, lo que podría generar recelos en las Administraciones a la hora de adjudicar contratos al grupo español.