España tiene ahora casi 330.000 parados de larga duración más que en 2019, antes de la pandemia. Aunque el desempleo ha recuperado los niveles previos a la crisis sanitaria tras cerrar el 2021 en los 3,10 millones (la cifra más baja en un final de año desde 2007), el paro de larga duración (más de un año buscando empleo) ha ganado peso y afecta ya a la mitad de los desocupados, 1,55 millones de personas.
Antes de la covid-19, aquellos a los que les resultaba especialmente complicado incorporarse al mundo laboral y llevaban doce meses como mínimo buscando empleo representaban el 39% del total de los parados, un total de 1,22 millones de personas, según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) analizados en el estudio 'Human Capital Outlook' elaborado por el Instituto EY-Sagardoy, Fedea y BBVA Research.
La cifra de desempleados de larga duración actual es la más alta desde 2016, cuando 1,8 millones de personas se vieron afectadas por esta situación. Sin embargo, en aquel momento el número de parados totales también era más elevado, ascendía a 4,15 millones de personas, por lo que el primer colectivo representaba el 43% del total, siete puntos menos que en la actualidad.
"Seguimos teniendo un nivel de paro de larga duración muy elevado y volver a una situación precrisis es muy complicado. Podemos ser optimistas con las cifras de paro, pero no tanto cuando ampliamos los indicadores y hablamos de subempleo y paro de larga duración", aseguró Florentino Felgueroso, investigador asociado de Fedea, durante la presentación del estudio el pasado viernes.
En definitiva, al reducir el volumen de parados a niveles previos a la pandemia pero continuar con un número más elevado de parados de larga duración, el peso de estos últimos sobre el total se situaba ya a cierre de 2021 en el 50%, una tasa que no se llegó a alcanzar ni siquiera durante la crisis financiera de 2008.
La tasa de paro más alta de la UE
Además, la última estadística de Eurostat disponible refleja que pese a la creación récord de empleo con la que cerró el 2021, España volvió a situarse en el mes de diciembre por séptimo mes consecutivo como el país de la Unión Europea (UE) con más paro (13%). De esta forma, dobla la tasa de la Unión Europea (6,4%) y supera las de las principales economías del euro (3,2% en Alemania, 7,4% en Francia, y 9% en Italia).
España también encabezó en diciembre la lista en el caso de los menores de 25 años, con una tasa de paro del 30,6% en España, frente al 30,5% de Grecia, el 26,8% de Italia, y el 14,9% de los Veintisiete y de la Eurozona. La tasa de paro se redujo 1,2 puntos respecto a noviembre, cuando esta tasa se situaba en el 31,2%.
Es decir, que los datos récord de empleo que el 2021 ha dejado en España también tienen sus claroscuros. Uno de ellos es que el país aún cuenta con más de 900.000 ‘ninis’ (ni estudian, ni trabajan). Estos resultan de la suma de los inactivos y parados de entre 16 y 29 años que no cursaban estudios en el cuarto trimestre, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Además, la proporción de jóvenes que combinan estudios o formación con el trabajo se redujo del 38% al 16% durante la Gran Recesión, prácticamente no se ha recuperado después y se ha reducido de nuevo durante la pandemia. "Este nuevo descenso nos aleja aún más de los países del norte de Europa en materia de empleo y formación juvenil", destaca el informe del Instituto EY-Sagardoy.
Finalmente, otro aspecto a destacar es que el sector privado aún no ha recuperado los niveles previos a la pandemia y el logro de superar los datos de 2019 en términos generales se debe, fundamentalmente, a la contratación pública récord; y, por otro, que las horas efectivas trabajadas aún estaban un 3,8% por debajo del mismo periodo de 2019.
Este último indicador muestra una recuperación similar al Producto Interior Bruto (PIB), que también cerró el año un 4% por debajo de los niveles prepandemia, eliminando la brecha aparente entre la evolución del empleo y la producción. En cualquier caso, los expertos esperan una ralentización del mercado laboral este año y un mayor crecimiento del PIB, corrigiéndose el citado desacople.