España es un país hecho por y para el turismo. Es uno de los principales motores de la economía española que mueve 119.011 millones de euros al año, es decir, que la aportación al PIB es del 11,1% y promueve la creación de 2,49 millones de puestos de trabajo, lo que representa más de un 13% del total de ocupados, según los últimos datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Pueblos, ciudades y capitales viven de cara al turismo. En los últimos años la reconversión del tejido industrial y urbanístico, en especial en las zonas tradicionalmente más atractivas para los visitantes extranjeros, ha sido asombrosa. La remodelación de terminales y la construcción de torres de hoteles y de macrourbanizaciones con todo tipo de servicios lúdico-festivos en su interior, playa artificial incluida, se han apropiado del terreno para dar cobertura a la demanda, cada año más numerosa, de turistas que apuestan por España. Un dato, el año pasado llegaron más de 75 millones y en los seis primeros meses de 2017 ya se han acercado más de 36,3 millones, es decir, es decir en 11,6% más que entre enero y junio de 2016.
Cataluña, las islas Canarias, Baleares, Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid son los puntos donde se dejan caer la mayoría de los turistas extranjeros, entre los que priman británicos, alemanes y franceses. De ahí que la principal vía de acceso a España sea por aire, en segundo lugar por carretera dejando atrás el barco y el tren. Este último no goza de gran protagonismo a pesar de la conexión de alta velocidad entre Barcelona y París, además de con otras poblaciones francesas tales como Toulouse, Marsella y Lyon.
Las estadísticas de movimientos en frontera (Frontur) que recoge y analiza Turespaña hasta septiembre de 2015 y el INE desde entonces, muestran que en torno a un 80% de los turistas que llegan a España cada año opta por hacerlo en avión. Atravesar la frontera conduciendo un vehículo propio o de alquiler también es una opción, pero mucho menos popular que el avión, ya que la proporción de extranjeros que elige esta vía no llega al 20%. Y en cuanto al barco, la gran mayoría llegan a las costas españoles en cruceros. Cabe recordar que Barcelona es puerto base del barco más grande del mundo, el Harmony of the Seas con capacidad para 6.400 pasajeros. Por su parte, Palma también es un punto de parada obligatoria para los cruceros del Mediterráneo.
El 'low cost' frente a lo tradiconal
De acuerdo con el informe anual sobre las compañías de bajo coste que difunde Turespaña, la mitad de los pasajeros que aterrizan en suelo español se decanta por la oferta de vuelos baratos de las compañías de bajo coste. La pérdida de calidad y comodidad a bordo de un Boeing de una compañía de las denominadas low cost frente a las tradicionales parece no importar al 50% de los usuarios, aunque las horas de vuelo sean interrumpidas constantemente por las múltiples ofertas que anuncia el personal de vuelo o la incomodidad de ceñirse de forma estricta a las condiciones de vuelo con un solo bulto en cabina de dimensiones específicas.
Este porcentaje de pasajeros internacionales perfectamente acomodados por un módico precio por trayecto a las exigencias de las low cost, incluye tanto a los turistas internacionales como a los propios nacionales que entran y salen del territorio español.
Observando la evolución del número de pasajeros se aprecia que en los años centrales de la crisis, entre 2009 y 2012, el porcentaje de usuarios de las low cost aumentó hasta en 10 puntos porcentuales con respecto a los años anteriores. En los años siguientes, a medida que España empezaba a recuperarse y los países del entorno iban normalizando su situación económica, la proporción entre un tipo de oferta y otra se ha ido equilibrando.
Tipo de alojamiento
Con el inicio del mes de agosto y el desembarco de millones de turistas en España, la turismofobia y las protestas envueltas de violencia han sido las protagonistas en ciudades claves para el turismo como Barcelona, Palma, San Sebastián o Peñíscola. Una parte de la sociedad que vive codo con codo con el turismo, no está conforme con el uso y la rentabilidad que algunos españoles están sacando al turismo masivo que les inunda. Los propietarios de casa y pisos han visto cómo el alquiler turístico a través de ciertas plataformas de internet es infinitamente más rentable que alojar inquilinos y de forma lícita durante largos períodos de tiempo. Una moda que el sector hotelero tampoco recibe con gran entusiasmo.
Las estadísticas de Frontur sobre el tipo de alojamiento que los turistas internacionales eligen para estar en España, muestra uno de cada diez extranjeros opta por la vivienda de alquiler. Sin embargo, atendiendo a los datos se observa una evolución en las cifras, ya que hace una década, la proporción de turistas que apostaban por esta opción era del 8,3%, el año pasado subió al 10,7% y, en el primer semestre de 2017 ha sido la apuesta para el 11,3% de la población extranjera.
A pesar del repunte en la vivienda de alquiler, la mayoría de los turistas, es decir entorno a un 60-65% siguen apostando por hospedarse en hoteles. El otro tipo de vivienda más demandado es el alojamiento gratuito, en otras palabras, aquél que es en propiedad o pertenece a algún familiar o amigo. Cabe recordar que los extranjeros son un activo muy importante en el mercado inmobiliario español siendo cada vez más habitual que ingleses, alemanes y franceses adquieran una propiedad en España. Desde 2014, la compraventa de viviendas por extranjeros representa el 13% del total. Así que muchos turistas que viene a España, también viene a veranear en su propia casa.