La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal alerta sobre el tremendo esfuerzo que tendremos que llevar a cabo para acabar con el déficit de la Seguridad Social. A su juicio, hacen falta unos 10.000 millones de euros de ingresos adicionales entre 2015 y 2020 si de verdad se pretende cerrar la brecha abierta en el sistema de pensiones.
O dicho de otro modo, la reforma de las pensiones no será suficiente en un entorno de bajas inflaciones que lastran los incrementos de ingresos e impiden diluir el gasto sobre PIB. Y por más que mejore la creación de empleo y suban los salarios, se precisarán nuevas medidas para lograr reconducir las cuentas del sistema de pensiones. La Autoridad inicia un debate esencial en un horizonte no muy lejano: ¿de dónde vamos a sacar los ingresos para poder seguir pagando las prestaciones de jubilación?
La Autoridad inicia un debate esencial en un horizonte no muy lejano: ¿de dónde vamos a sacar los ingresos para poder seguir pagando las prestaciones de jubilación?
De hecho, la institución que preside José Luis Escrivá ha examinado la primera pata de la reforma de las pensiones, la fórmula de revalorización anual de las prestaciones. Y después de haber elaborado los cálculos advierte de que el Ejecutivo no podría haber subido las prestaciones un 0,25 por ciento si se hubiese atenido exclusivamente a los resultados de dicha fórmula, que liga la evolución de las revalorizaciones al estado de las cuentas. Sin embargo, el Gobierno decidió finalmente que incluiría un suelo del 0,25 por ciento, y ésa es por tanto la actualización que tendrán los pensionistas en 2015. Ahora bien, a menos que se busquen más ingresos, el déficit que detecta la Autoridad Fiscal abre la puerta a que las pensiones tan sólo se revaloricen un 0,25 por ciento cada año de aquí a 2020. Es decir, sólo el límite legalmente establecido.
La fórmula de revalorización
El Índice de Revalorización de las Pensiones mide los gastos y los ingresos del sistema durante un plazo de 11 años con el fin de definir cuál sería la actualización sostenible para las arcas de la Seguridad Social. En esos once años se contemplan los cinco ejercicios pasados, el ejercicio actual y las estimaciones de los cinco futuros, todo con la intención de eliminar el efecto del ciclo sobre las cuentas y poder hacer una revalorización menos dependiente de la coyuntura de un solo año.
El déficit que detecta la Autoridad Fiscal abre la puerta a que las pensiones tan sólo se revaloricen un 0,25 por ciento cada año de aquí a 2020.
La Autoridad destaca que este esquema tiene la ventaja de evitar las fluctuaciones excesivas y dar certidumbre a los ingresos de los pensionistas. Sin embargo, también “tiene como contrapartida la posibilidad de incurrir en periodos más largos de desequilibrios entre el nivel de ingresos y el de gastos”, matiza el organismo.
Los cálculos del Gobierno
La Autoridad ha tenido a mano las previsiones que ha manejado el Gobierno para hacer esos cálculos entre 2016 y 2020. Éstas se basan en un alza media anual de los salarios del 1,87 por ciento, una inflación del 1,8 por ciento y un incremento medio del empleo al año del 1,86 por ciento. A eso se añade la recaudación que brindarán las cotizaciones de los pagos en especies, valorada en unos 2.500 millones de euros, mucho más de los cerca de 1.000 millones contemplados en la memoria económica de la medida.
También se espera que el nuevo sistema de gestión informática de las retenciones de cuotas bautizado como Creta arroje 3.700 millones de euros adicionales para la recaudación, tal y como ya avanzó Vozpópuli. Al parecer, con dicha aplicación tecnológica se pretenden evitar muchos coladeros y cotizaciones que no se computan como debieran.
Bajo estas asunciones, el Gobierno prevé que entre 2016 y 2020 los ingresos aumenten un 4,1 por ciento anual frente a unos gastos que suben al 3,1 por ciento al año, de forma que el déficit de la Seguridad Social se iría casi cerrando allá por el ejercicio 2017, tal y como se puede comprobar en el gráfico mostrado a continuación.
Sin embargo, la AIReF cuestiona las conclusiones a las que llega el Gobierno. Sostiene que de los cuatro puntos de incrementos anuales de los ingresos uno no está justificado. Y ese punto aproximadamente equivale a un 1 por ciento del PIB, esto es, unos 10.000 millones de euros.
"Con respecto a los ingresos, las previsiones del Gobierno en el periodo citado son exigentes. La materialización de esta previsión de ingresos exige, por un lado, que se verifique en su integridad el escenario macroeconómico incluido en el Plan Presupuestario del Gobierno y, por otro, que las medidas en marcha de ampliación de las bases de cotización de la Seguridad Social y de mejora de la eficacia de su gestión rindan plenamente los resultados previstos", concluye la AIReF.
La reforma de las pensiones que aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy se antojaba bastante dura. Sin embargo, al final no ha tenido un impacto tan grande en términos políticos gracias a la baja inflación. Con un 0,25 de repunte de las pensiones y una evolución de los precios en tasas negativas, los jubilados incluso están ganando capacidad adquisitiva a pesar de la reforma. Desde el punto de vista puramente político, se trata del mejor de los mundos.
Sin embargo, al mismo tiempo la baja inflación está impidiendo que la reforma surta los efectos buscados con la velocidad suficiente como para apuntalar cuanto antes las cuentas. La idea que barajaba el Ejecutivo consistía básicamente en que habría una revalorización de un 0,25 y una inflación del entorno del 2 por ciento que aumentaría los ingresos. Con esa diferencia, poco a poco, se podría ir cerrando la brecha. Pero por el momento la inflación se está haciendo esperar, y eso puede suponer otro riesgo añadido de cara a un futuro no muy distante…