Podemos intenta que el Gobierno tope las ayudas a carburantes por niveles de renta y ofrezca medidas selectivas para rentas bajas. Esta presión por parte de los morados ya se produjo el pasado marzo, cuando el Ejecutivo retrasaba su plan de choque contra la guerra y tuvo lugar el paro del transporte, sin éxito. Ahora mismo, en pleno enfrentamiento sobre la cumbre de la OTAN, la jugada parece que va a repetirse, con un Pedro Sánchez y los ministros socialistas cautivos de su relato fiscal contrario a las propuestas de Alberto Núñez Feijóo, que ha pedido ayudas y rebajas fiscales concentradas en rentas bajas.
Y es que la primera en proponer una deflactación de la tarifa del IRPF fue la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en su reunión con grupos parlamentarios para analizar medidas de choque el pasado 16 de marzo, según pudo conocer este diario. Díaz se encontró con que un recién aterrizado Núñez Feijóo se apropiaba poco después del mensaje. Entre la Conferencia de la Palma del domingo 13 de marzo y el 16 de marzo, se pasó de que Pedro Sánchez y María Jesús Montero anunciaran rebajas fiscales a carburantes el lunes a cerrarse en banda respecto a cualquier reducción impositiva desde ese miércoles.
El PP venía reclamando rebajas fiscales, que con el equipo de Pablo Casado se planteaban generalizadas. Pues bien, Núñez Feijóo acudió a Moncloa a reunirse con Pedro Sánchez el 7 de abril con un plan debajo del brazo que planteaba una bajada del IRPF "selectiva y temporal" en forma de una deflactación de la tarifa, que acompañaba de otras sugerencias en las que coincide con Podemos: ayudas para rentas bajas en forma de impuestos negativos.
Desde el entorno de Díaz señalan que la vicepresidente fue la primera en proponer rebajas fiscales en el IRPF topadas por niveles de renta y le reconocen al presidente del PP la habilidad para haber hecho la idea suya. Creen que sería una fórmula más progresiva y eficaz. Así lo avalan también fiscalistas y expertos consultados por este diario ante la complejidad de la subvención a carburantes que ha creado el Gobierno.
En este sentido, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha avanzado esta mañana que el Gobierno "está estudiando y negociando" introducir una mayor progresividad en la bonificación del combustible para que esta medida sea más eficaz y llegue a quienes "verdaderamente" lo necesitan y no al conjunto de la población.
Precisamente, el Banco de España ha advertido de que la bonificación a carburantes para toda la población beneficia sobre todo a las rentas altas. Además de que puede tener elementos fiscales e inflacionarios negativos, como también han alertado el FMI y la Comisión Europea.
Estas consideraciones y su falta de eficacia han llevado al ala socialista del Gobierno a plantear desde hace una semana que se abrían a prorrogar el plan de choque contra la guerra pero analizando la eficacia de las medidas, que podrían modificarse. Así lo planteó Nadia Calviño el 24 de mayo y se sumó Reyes Maroto. Y lo confirmó ayer Pedro Sánchez.
En esta línea se ha pronunciado Garzón hoy, eso sí, poniendo el foco en la necesidad de adecuar las medidas a las rentas bajas. A continuación, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha sido esta mañana muy cauta y no ha dejado entrever si se inclinaba por prorrogar sin cambios o modificar.
Plan por trimestres
Pues bien, el presidente del Gobierno ha trasladado poco después a diputados y senadores del PSOE que el Gobierno prorrogará el plan. No ha quedado meridianamente claro si puede haber cambios, pero de momento gana enteros una prórroga en bloque que ayer no dio por cerrada y que el día en que se ha pronunciado explícitamente Podemos a favor de modificar las medidas sí ha querido plantear como sin modificaciones, al menos de momento.
El 24 de mayo, el Gobierno ya se abrió a prorrogar las rebajas fiscales a la luz y la ayuda a carburantes hasta septiembre, lo que ha confirmado Sánchez hoy. Fuentes del Ministerio de Hacienda señalaban que el Ejecutivo contempla mantener el patrón de ir extendiéndolas por trimestres, ya que consideran que con la incertidumbre de la guerra en Ucrania no es posible hacer previsiones de más largo recorrido.
