Carlos Rivadulla, presidente de la asociación Empresaris de Catalunya, ha apremiado este jueves al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, para que tome las medidas que sean necesarias en Cataluña para restaurar la seguridad jurídica y ciudadana, y le ha recordado que en el año 2017 "el Gobierno llegó tarde".
"Se tiene que restaurar la seguridad jurídica en Cataluña y tiene que ser ya, porque se va a llegar a un punto de no retorno. No tenemos por qué aceptar como un mal menor la sensación de que la calle está revuelta, de que hay descontrol y puede pasar cualquier cosa. Hay que pararlo cuanto antes. Es una decisión del Gobierno central, ellos sabrán los mecanismos que utilizan, pero que recuerden que a veces se peca de excesiva prudencia", ha destacado Rivadulla.
En 2017, "después de los días 6 y 7 de septiembre el Gobierno tenía que haber aplicado el artículo 155 y pararlo todo. Se hizo tarde. Yo no tengo ahora mismo información de los contactos -si es que existen- que está teniendo el Ministerio de Interior con la Generalitat, pero debemos aprender que en 2017 se llegó tarde".
Rivadulla no se ha mojado sobre si Sánchez debe aplicar ya el 155. "No lo sé si se debe hacer eso, pero a lo mejor puede enviar ya un requerimiento previo".
Su asociación representa a más de 200 empresarios y ejecutivos catalanes contrarios al proceso independentista, el procés, y que advierten de que la crisis que se está produciendo en su comunidad les está impidiendo trabajar.
"Las empresas españolas son nuestro cliente principal. Si queremos vender a una empresa española a la que Torra está insultando es muy difícil trabajar así. Lo que nosotros pedimos es que nos dejen trabajar", ha dicho.
Impacto económico
Aunque ha reconocido que es "muy difícil cuantificar económicamente el coste de esta situación", el presidente de esta asociación de empresarios catalanes ha dicho que se están produciendo estos días caídas de hasta el 30% interanual en las reservas hoteleras de importantes grupos turísticos, y ha comparado la situación con la que ocurrió en el último trimestre de 2017, cuando los hoteles de 4 y 5 estrellas en Barcelona vivieron caídas de hasta el 50% en sus reservas.
Rivadulla ha confesado que ningún sector empresarial quiere que se publiquen noticias negativas sobre la evolución de su negocio, lo que está llevando a ciertas compañías a no confesar las repercusiones negativas que están sufriendo. La Generalitat "tampoco es clara ni rápida en actualizar la información", ha dicho.
Ha recordado también que el año pasado Cataluña recibió un 18% menos de inversión extranjera, en comparación con el año anterior, y ha alertado de que esta caída podría acentuarse.
No considera que una potencial independencia de Cataluña podría suponer una ventaja económica para su comunidad ni a 30 años vista. "No veo ninguna ventaja ni siquiera a largo plazo", ha recalcado.