Una subida de la calificación crediticia da más confianza al inversor. Cuando una agencia de calificación de más valor o credibilidad a la capacidad de pago, se traduce en más visibilidad. Por lo tanto, el país se podrá financiar a un coste menor. Ahora, España se podrá financiar más y aumentar su número de emisiones y bonos y reducir los costes que tiene para el Estado.
La entrada en una nota A supone, también, ponerse en el punto de mira de inversores que solo contemplan operaciones dentro de esa nota. Por lo que implica más proyección y más liquidez.
El analista de XTB Antonio Sales asegura que la subida de la calificación era lógica puesto que se ha visto la solvencia de la economía española.
"Han habido mejoras en términos de inflación, PIB e indices de consumo y el mercado ya ha descontado la situación catalana", agrega el experto.
Además, esta subida de calificación coincide con la prima de riesgo en 86 puntos básicos, lo que supone situarse en niveles de abril de 2010.
Cabe destacar que el pasado mes de octubre, S&P optó por no actualizar la calificación crediticia de España por el "desafío soberanista". Así, la agencia optó simplemente por cambiar el calendario a una actualización que se esperaba positiva. Moody's advirtió que la tensión catalana podría suponen revisión negativa del 'rating'.
¿Qué son los 'ratings'?
Son notas que funcionan con códigos alfabéticos, de acuerdo con una escala delimitada y estable en el tiempo. Aunque no son totalmente homogéneos entre las distintas agencias, se asemejan lo suficiente como para poder determinar de forma inmediata la calidad crediticia de un emisor o producto.
De esta forma el rating AAA (Aaa en el caso de Moody’s) representa la mejor calidad crediticia, con un riesgo de impago inmaterial. Además, existe una barrera que divide a los ratings en dos grandes grupos: grado de inversión y grado especulativo, según expone BBVA.
Aquellos riesgos calificados por debajo de la barrera BBB- (Baa3 en el caso de Moody’s) se considera que tienen grado especulativo y elevada probabilidad de impago.