Por enésima vez, la red de alta velocidad se ve envuelta en la polémica. En esta ocasión, no hay sobrecostes, modificados, desviaciones… el debate llega incluso antes de que el trazado en cuestión sea una realidad. Son apenas 60 kilómetros, ni siquiera el 3% del actual tramado, pero pueden dar mucho de qué hablar. De hecho, ya lo están haciendo. Porque en juego hay mucho más que el coste de la infraestructura. El corazón de la Rioja Alavesa, una de las zonas vinícolas más importantes de Europa, está en vilo desde que en los últimos días del pasado año el Ministerio de Fomento dio a conocer las alternativas para el trazado que unirá Logroño con Miranda de Ebro, para la conexión con la denominada Y vasca. Dos de ellas suponen un grave riesgo para la comarca.
El problema añadido es que, además, resultan las opciones que llevan aparejadas menores costes para la construcción del tramo, con lo que los productores de la zona ya se temen lo peor y llevan semanas movilizándose para evitar que el AVE acabe con lo que hace mucho tiempo es algo más que un rentable negocio: un patrimonio cultural y gastronómico de considerables dimensiones.
Concretamente, la opción más económica de todas resulta de las más dañinas para la Rioja Alavesa. Afecta a emblemáticas localidades vinícolas como Elciego, Villabuena y Labastida, a lo largo de un recorrido de 57 kilómetros, que salvaría las dificultades orográficas con cuatro túneles y siete viaductos.
En total, 710 millones de euros. Una cantidad que contrasta con los algo más de 900 millones que cuesta la alternativa más cara pero también la menos dañina para la Rioja Alavesa, lo que no quiere decir que no afecte al negocio vinícola.
Porque en este punto se sitúa la segunda derivada de la historia, la de contenido político. Las opciones más caras son también las que más afectan a zonas de viñedos situadas en la comunidad autónoma de La Rioja. Sin ir más lejos, el trazado más caro afectaría a municipios como Casalarreina, Rodezno, Haro y San Asensio. Estas dos últimas también están incluidas en la segunda alternativa más cara, en la que el trazado del AVE surca otras localidades con grandes viñedos como Cenicero y Fuenmayor.
El coste político
Se da la circunstancia de que las opciones más caras para la conexión de alta velocidad con la Y vasca afectan especialmente a la comunidad autónoma de La Rioja, tradicional bastión electoral del Partido Popular. Las alternativas económicas no sólo lo son en plano económico para el Gobierno; también serían las que menor coste político supondrían al partido que controla el Ejecutivo.
El compás de espera viene definido por el Ministerio de Fomento cuyo titular, Íñigo de la Serna, señaló que durante el primer semestre del año que acaba de comenzar se tomaría una decisión definitiva. Una medida que también vendrá marcada por los resultados del informe de impacto medioambiental, que podrían resultar clave para que Fomento se decantara finalmente por una de las alternativas.
Lo que no genera duda alguna es que la decisión, sea cual sea, causará daños en comarcas que viven principalmente de la fuente de riqueza que suponen los viñedos. El Gobierno vasco ya se ha posicionado en contra de cualquier alternativa que suponga que el tramo Logroño-Miranda de Ebro atraviese la Rioja Alavesa.
Batalla planteada
Por su parte, el Gobierno de La Rioja ha insistido frecuentemente a Moncloa para que no deje a esta comunidad autónoma fuera de la red de alta velocidad. El compromiso del Ministerio de Fomento quedó más que claro cuando eligió precisamente la región para presentar públicamente las alternativas para el trazado de la polémica, con el ministro De la Serna rodeado por las fuerzas vivas del poder político en La Rioja.
La batalla está planteada y mucho se hablará en los próximos meses sobre uno de los tramos de la alta velocidad más polémicos. Los políticos suelen hablar sobre el objetivo imposible de contentar a todos. En este caso, al menos sobre el papel, el Gobierno está mucho más cerca de conseguir no contentar a nadie.
