Las sicavs sufrieron en el último trimestre de 2018 la mayor salida de capital de su historia, o al menos desde que hay registros en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En concreto, el patrimonio pasó de 30.700 millones de euros bajo gestión a 27.800 millones, una cifra que no se veía desde 2016.
Si bien es cierto que los mercados tuvieron gran parte de culpa del deterioro de las carteras, también hay que buscar una respuesta en la política. Con el cambio de gobierno las grandes sicavs pusieron en stand by sus inversiones en 2018. Prueba de ello es que los vehículos con más de 89.999 inversores- 22 de 2.712-que componen el ecosistema, desaguaron 1.290 millones de euros, prácticamente la mitad de lo perdido.
Una de esas sicavs que se ha cerrado es Almagro Capital, de la familia Ybarra, una de las familias más acaudaladas de España. Javier Ybarra Ybarra, presidente de la sociedad, comunicó el pasado mes de mayo al Mercado Alternativo Bursátil (MAB) la decisión de la Junta General de Accionistas de cerrar la sicav, fundada en 2004. El también hijo de Javier Ybarra Bergé, exalcalde de Bilbao, remitió el pasado septiembre la documentación pertinente para formalizar el cierre pero no ha sido hasta este jueves cuando se ha inscrito la baja oficial en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME).
Este tipo de vehículo de inversión alcanzó su máximo de gestión de patrimonio en julio de 2015, cuando manejaban más 35.000 millones de euros. En este contexto, los bancos son los que sufren mayores reembolsos. En todo caso, las entidades bancarias mantienen su posición como líder por cuota de mercado, con un 59,54%, seguido de grupos internacionales con un 23,60%.
Por patrimonio gestionado destacan Torrenova de Inversiones, con 1.230 millones, seguido de Cartera Bellver, con 544 millones y Morinvest con 526 millones. El atractivo de estas sociedades se encuentra en su baja fiscalidad, ya que tributan al 1% en el impuesto de sociedades. Además, las sicavs pueden diferir el pago de impuestos cuando el dinero se encuentra dentro de la sociedad.
Cuando el capital vuelve al dueño hay que pasarlo por Hacienda y ahí tributan como una acción, entre el 21 y el 27%. No obstante, también se pueden esquivar este trámite si se hacen transferencias de pequeñas cantidades. Ante estas artimañas es natural que en política se use como reclamo mediático y se vuelve un problema para las gestoras que utilizan este vehículo correctamente y ven cómo se daña la reputación por este motivo.
A por el 'mariachi'
También existe la figura del 'mariachi' en las sicavs. Se trata de inversores ficticios que se utilizan para que sea legal. La norma exige un mínimo de 100 partícipes y un capital de al menos 2,4 millones. Son dos condiciones que en muchas ocasiones no se cumplen y que la mayoría se encuentra en el limbo. De hecho el 72% del total se mueve entre los 100 y los 150 inversores. En 2006 tuvieron lugar numerosas inspecciones de hacienda para verificar que las sicavs contaban con inversores reales y en las pasadas elecciones el tema se reflejó en todos los programas políticos de los partidos.