El rating o calificación crediticia de las emisiones de renta fija lo otorgan las grandes agencias internacionales en función de las expectativas del emisor en base a la capacidad de pago que tiene un Estado o una compañía siguiendo parámetros de solvencia, crecimiento, endeudamiento o generación de superávits o flujo de caja. La calificación AAA se considera la más segura posible sólo al alcance de muy pocos países y a un menos emisores corporativos. El riesgo de impago en este tipo de emisores se considera casi inexistente.
Las agencias Standard & Poors y Fitch Ratings utilizan la nomenclatura AAA, Moody’s utiliza la clasificación Aaa para el mismo nivel de riesgo. A nivel de países, Alemania, Países Bajos, Suecia, Dinamarca, Luxemburgo, Suiza, Noruega, Australia y Singapur cuentan con la máxima calificación crediticia en un momento de subidas de tipos de interés para combatir la inflación.
EEUU cuenta con la AAA de Fitch y la Aaa de Moody’s, sin embargo en agosto de 2011 S&P recortó su "nota" y desde entonces lo ha mantenido en el segundo escalón. La rebaja de 2011 provocó inestabilidad en los mercados de acciones al ser la primera vez en la historia que sucedía algo así.
España cuenta en este momento con una calificación de simple A por parte de S&P, de A- por parte de Fitch, es decir en la parte más baja de la deuda con grado medio superior y Baa1 de Moody’s, grado medio inferior. El rendimiento del bono español con vencimiento a 10 años en los mercados secundarios de deuda se sitúa en el 3,262%. La prima de riesgo se mantiene estable, ligeramente por encima de los 101 puntos básicos.
A nivel corporativo, tan sólo Microsoft y la productora de bienes de consumo Johnson&Johnson lucen este distintivo. En abril de 2016, la petrolera más grande del mundo, Exxon Mobil, perdió su rating triple A debido a la caída del precio del petróleo, según notificó S&P.
Algo parecido le sucedió a la farmacéutica Pfizer cuando en diciembre de 2007 perdió su máxima calificación "AAA" de Fitch, ya que el mayor fabricante de medicamentos del mundo luchaba contra el vencimiento de patentes y se preparaba para obtener más hasta 2012. Fitch rebajó la calificación de Pfizer en un escalón a “AA-plus” y cambió la perspectiva de estable a negativa.
También lo ha perdido desde entonces la petrolera Imperial Oil, que llegó a ser la quinta compañía en discordia con el mejor rating posible, y antes incluso de la crisis financiera de Lehman Brothers llegaron a disponer de la mejor calificación la automovilística japonesa Toyota y la eléctrica estadounidense General Electric.
La calificación crediticia es muy importante a la hora de lograr financiación y emitir títulos de renta fija como pagarés u obligaciones de más largo plazo en un momento de repunte de las rentabilidades por la subida de tipos de interés. La mayor parte de emisiones actuales de compañías con alta calificación cuentan con cupones por encima del 4%, por lo que los emisores españoles con peores notas pueden llegar a pagar retornos por encima del 8%.