Entre 2018, cuando Pedro Sánchez llegó al poder, y 2026, hasta donde llegan las proyecciones económicas del Gobierno, será el gasto en consumo público el componente del Producto Interior Bruto (PIB) que más habrá crecido. Un 21,9%. Ya supera con creces aquellos niveles previos a la pandemia, situándose a cierre del 2023 un 16% por encima.
El consumo público engloba todo el gasto de las administraciones en servicios sanitarios, educativos, de protección social o de administración general; pero también en producción de estadísticas oficiales, o en servicios de protección civil, seguridad y defensa. No incluye la inversión pública, el gasto en pensiones, en prestaciones por desempleo, o en intereses.
El Gobierno tiene unas expectativas altas sobre el crecimiento de la inversión y las exportaciones en estos tres años, entre 2024 y 2026. Espera que la inversión aumente un 3,3% este año, un 5,8% en 2025 y un 4,9% en 2026. En cuanto a las exportaciones, prevé incrementos anuales del 4,2%, del 2,4% y del 2,3%, respectivamente.
Es un empujón importante en ambas variables del PIB, especialmente en la primera. La inversión empresarial acumula un retraso importante y es la única que todavía no ha recuperado los niveles previos a la pandemia (a cierre del 2023 estaba un 1,4% por debajo de 2019). El Gobierno ve con optimismo su evolución a partir de este año, con fuertes avances anuales.
Aún así, el consumo público seguirá siendo al final de la legislatura el componente del PIB que más habrá avanzado respecto al nivel que tenía antes de la pandemia y de que Sánchez fuera presidente del Gobierno. La razón es que hasta ahora ha crecido más que el resto y que el Ejecutivo también contempla a futuro más gasto público que hace sólo dos meses.
En 2026, si se cumplen las previsiones que ha planteado el Gobierno y tomando como base los últimos datos publicados por el INE, el consumo de las familias será un 8% superior al de 2018, la inversión empresarial habrá aumentado un 18,5%, y las exportaciones habrán avanzado un 18,8% (ligeramente por encima de las importaciones -17%-).
En todo caso, hay otros organismos económicos que no son tan optimistas como el Gobierno sobre la evolución de la inversión en el medio plazo. Es el caso del Banco de España. Según sus cálculos, la inversión crecerá un 7,6% entre 2024 y 2026, frente al 14,6% que proyecta el Gobierno en su cuadro macroeconómico, que servirá de base ante unos posibles nuevos presupuestos.
Aplicando las previsiones del Banco de España, el consumo público al final de la legislatura de Sánchez será un 22,5% más elevado que en 2018, algo más elevado incluso de lo que calcula el Gobierno. El consumo privado habrá avanzado un 7,8%; la inversión, un 11,2%; las exportaciones, un 19,4%; y las importaciones, un 14,9%.