El Gobierno dejó muy claro el pasado lunes que se solventaría la situación de muchos tenedores de preferentes que encima de haber sufrido una quita en sus títulos luego tenían que pagar a Hacienda por las plusvalías obtenidas con las acciones canjeadas. Sin embargo, semejante afirmación parece esconder la letra pequeña.
Por lo que puede deducirse del nuevo artículo 49 que regula las compensaciones de rentas en el IRPF, Hacienda sólo permitirá que queden exentas un 25 por ciento de las plusvalías conseguidas por las acciones que se entregaron a los preferentistas. O dicho de otro modo, los preferentistas tendrán que tributar por el 75 por ciento de dichos beneficios. Se lo explicamos.
El caso típico consiste en un cliente que ha invertido, digamos por el afán de simplificar, unos 100 euros en participaciones preferentes de Bankia. Éstas se cambiaron por acciones de la entidad a cambio de que el tenedor de los títulos aceptase una quita de casi el 40 por ciento de media. Es decir, en nuestro ejemplo el afectado obtenía unos 60 euros en acciones de Bankia.
Sólo que en aquel momento la acción de Bankia cotizaba a 1,35 euros, y ahora se sitúa en los 1,45 euros y por lo tanto gana un 7 por ciento, si bien llegó a alcanzar los 1,65 euros, lo que supuso un alza del 20 por ciento. De modo que en nuestro ejemplo el preferentista podría haber ganado entre 4 y 12 euros al vender las acciones, una cantidad muy por debajo de la pérdida sufrida.
Pues bien, si un preferentista enajenaba las acciones, para colmo tenía que pagar a Hacienda por las plusvalías logradas, sin tener en cuenta la pérdida mucho mayor encajada antes con la quita.
No es de extrañar que ante esta situación UPyD propusiese un cambio en la legislación para que se pudiese compensar la pérdida y los afectados por preferentes no tuviesen que tributar además por la venta de las acciones.
Pero el PP se opuso a esta iniciativa. Hasta ahora. El pasado lunes, en el marco de la reforma fiscal, Hacienda declaró que “las ganancias de rendimientos negativos derivados de participaciones preferentes se podrán compensar con las ganancias patrimoniales derivadas de las acciones que fueron objeto del canje”.
Sin embargo, una vez se comprueba la reformulación que hace el nuevo texto legal de las compensaciones por rentas, éstas se limitan a un 25 por ciento de los saldos positivos. O lo que es lo mismo, los preferentistas tendrán que seguir tributando por el 75 por ciento restante de lo que hayan ganado con las acciones respecto al momento en el que se las dieron.
Eso sí, los preferentistas dispondrán de cuatro años más para poder compensar esas pérdidas a razón de dejar exento un máximo de un 25 por ciento de los beneficios cada año. Aunque claro, obviando la injusticia de que hayan de esperar hasta cuatro años, está por ver si el preferentista medio va a disfrutar de esas plusvalías que compensar en todos los ejercicios y en tan elevadas cantidades. Más bien se antoja difícil. Todo apunta a que un buen número de los preferentistas puede dar una parte por perdida a manos de Hacienda.