Un conductor con coche diésel paga en estos momentos el litro de carburante un 12% más caro que otro que se mueva con gasolina 95, según el último Boletín Petrolero de la Unión Europea. Una diferencia que hace justo un año era todo lo contrario, ya la gasolina se pagaba un 10% más cara que el diésel. La diferencia actual en los precios en los rótulos de las gasolineras no sólo se mantendrá en los próximos meses, sino que irá a más.
Repsol, dueño del 30% de las gasolineras que hay en España, espera que esta brecha se mantenga. “No tengo una bola de cristal. En caso de continuar, lamentablemente, en términos sociales, económicos y políticos, con las tensiones geopolíticas actuales en Europa, me parece que estas grietas diésel muy abiertas se van a quedar para los próximos meses”, explicaba a los analistas del mercado este jueves el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz.
El ejecutivo detalla tres motivos para justificar esta previsión. En primer lugar, porque existe una restricción real a las importaciones de diésel ruso. En segundo lugar, Imaz recordaba a los oyentes que “se acerca el invierno” con las consecuencias que tiene para este mercado. “Ustedes saben que estacionalmente el invierno es un período donde los márgenes de diésel, o grietas de diésel, son más altos que en otros períodos del año”, apuntaba Imaz.
El máximo dirigente de Repsol añade un tercer motivo para esta diferencia. Teniendo en cuenta los altos precios del gas natural que hay en Europa y en algunas otras partes del mundo, donde existe una alta dependencia de las importaciones de gas natural licuado (GNL), el diésel es un combustible con precio competitivo para que algunos mercados lo utilicen como sustituto del gas en aplicaciones térmicas o para producir energía.
“Entonces, me parece que hay espacio para ver precios más altos del diésel en los próximos meses debido a la falta de un acuerdo políticos en la invasión de Ucrania y el conflicto ruso, acuerdos que no se esperan en el corto plazo”, explicaba el consejero delegado de Repsol a los expertos del mercado que siguen la compañía.
¿Qué ha pasado con el diésel?
La crisis de Ucrania y la falta de suministro de diésel ruso ha cambiado la tendencia histórica del diésel más barato que la gasolina. En febrero, antes del conflicto, el litro gasolina 95 en el boletín europeo se situaba en 1,61 euros frente a los 1,50 euros que registraba el litro de diésel. El último precio en este mes de octubre es de 1,76 euros para el litro del primero y 1,97 euros del segundo. ¿Qué ha pasado para esta diferencia?
Como informaba el pasado mes de julio Vozpópuli, el diésel, que representa el 80% del consumo de combustibles en España, ya era en verano el doble de caro que el precio del crudo Brent, la referencia de Europa. Una diferencia que reside en Europa se ha ido olvidando en la última década de la industria del refino y ahora está pagando este descuido.
Europa afronta su choque con Rusia con una gran debilidad en el negocio del refino, una industria estratégica que se dedica a convertir el petróleo en combustibles como la gasolina, el diésel, el queroseno, el propano o el butano. La Unión Europea ha cerrado desde 2009 un total de 24 refinerías, más del 10% de la capacidad de refino del continente. El principal argumento de esta tendencia es la poca rentabilidad que estaban encontrando las refinerías europeas, pese a que el consumo de gasolina, diésel y queroseno ha aumentado en la última década cerca de un 1,5%.
Si a este escenario de escasez de capacidad de refino se añade un corte en el suministro del principal proveedor de petróleo, como es Rusia, esta industria bloquea el suministro. Como explicaban desde el sector a Vozpópuli, muchas refinerías europeas no están preparadas para cambiar de proveedor de petróleo. El crudo tiene diferentes calidades según su origen y, según estas propiedades, se necesita unas temperaturas y una diferente adaptación de las unidades de destilación para lograr los carburantes que se buscan.
España, más leve
Europa ha sufrido más este impacto. La industria del refino en España ha ido en otra dirección. Mientras que la Unión Europea ha perdido el 10% de su capacidad de refino desde 2009, España ha incrementado su capacidad un 16% desde el mismo período, con una inversión de más de 7.000 millones de euros en esta industria.
El despliegue de inversiones en España ha permitido una mayor adaptación al petróleo de diferentes orígenes y que abre más el mapa de suministro. Ocho de las nueve refinerías están ubicadas en la costa y son fácilmente abastecidas por barco. Únicamente la refinería de Puertollano de Repsol se encuentra en el interior y se abastece de crudo a través de un oleoducto de 358 kilómetros conectado con el puerto y la refinería de Cartagena.
Estas empresas sacan pecho de su evolución con respecto a Europa, aunque reconocen que el mercado nacional sufre el estrés de precios por el factor internacional que tiene esta industria. Por lo tanto, por mucho que se hagan bien las cosas en un mercado, siempre 'se resfriará' si la industria europea 'estornuda'.
