La grave situación económica y financiera de Venezuela ha llevado a Repsol a acelerar la reducción de su exposición patrimonial al país, en el que está presente desde 1993, que inició hace dos años. Al cierre de 2018, esta exposición es de 456 millones de euros, un 70% inferior a la del ejercicio anterior y que se queda en mínima si se compara con los más de 2.200 millones de euros que presentaba hace dos años.
En su informe anual, Repsol señala que después de evaluar el riesgo y la capacidad de recuperar sus inversiones en Venezuela ha tomado la decisión de provisionar por riesgos o deterioros reversibles un total de 1.159 millones de euros. De ellos, 843 millones de euros han tenido impacto en la cuenta de pérdidas y ganancias debido a factores como los retrasos en el cobro de las ventas y el aumento del riesgo de crédito, así como por la evolución de la situación del sector petrolero en Venezuela.
El negocio de Repsol en el país, donde participa en concesiones de dos bloques de petróleo y otros dos de gas con vencimiento a largo plazo, ha supuesto en los últimos años aproximadamente el 10% de la producción, aunque en 2018 la proporción se redujo al 8,7%. La producción media de Repsol en el país latinoamericano fue de 62.000 barriles equivalentes de petróleo al día, del total de los 705.000 barriles de todo el grupo.
La compañía que preside Antonio Brufau ha aprovechado los buenos resultados que está registrando en los últimos años para reducir al máximo su exposición patrimonial a Venezuela, aunque mantiene una vocación de permanencia en el país. Precisamente, Brufau señaló hace algunas semanas que Repsol lleva más de 20 años en Venezuela y "seguirá otros veinte más".
Emergencia económica
El Estado se encuentra desde hace tiempo en una situación de emergencia económica, con estimaciones de una caída del PIB del 18% en 2018 y una insostenible hiperinflación que podría llegar al 10.000.000%, según recoge del citado informe anual de la petrolera.
La situación se grava con una grave inestabilidad política, cuyo último episodio se vivió hace algunas semanas cuando un grupo de países, con EEUU a la cabeza, decidió reconocer al presidente de la Asamblea, Juan Guaidó, como la máxima autoridad del país, en detrimento del presidente de la nación, Nicolás Maduro.