El comisario económico Olli Rehn se reunió en privado con Mariano Rajoy la semana pasada en Bruselas. Y le animó a que pidiese el rescate, es decir, que solicitase al Banco Central Europeo que comprase deuda pública española para garantizarle una financiación más barata.
El presidente español le preguntó a Rehn si le garantizaba para ello el apoyo de Alemania. A lo que el comisario le respondió que no podía asegurárselo, según fuentes de Bruselas.
Ello implica que si España intenta acogerse al salvamento europeo, los alemanes no lo recibirán con agrado, noticia que adelantó Vozpópuli. De modo que Berlín pondrá serias objeciones y forzará condiciones más duras de las que actualmente sufrimos.
De hecho, el presidente del BCE, Mario Draghi, ya ha trasladado de modo oficioso al Ejecutivo español la condicionalidad que impondrían los teutones. Sin embargo, Moncloa las ha considerado “inaceptables”, según fuentes cercanas al Gobierno.
Así que el Gabinete de Rajoy busca todas las alianzas posibles en Europa con el fin de convencer a los tudescos, que tienen elecciones el 22 de septiembre de 2013.
De acuerdo a fuentes gubernamentales, el presidente galo François Hollande está siendo el principal defensor de los intereses de España ante la canciller Merkel.
Y el propio secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, compareció ayer en Madrid junto al ministro Luis de Guindos para afirmar públicamente que el resto de países europeos debían “respaldar a España en su petición de rescate”.
Gurría se expresó en términos muy parecidos a los que suele hacerlo el titular de Economía español al comparar el mecanismo de ayuda del BCE con un arma de fuego intimidatoria: “Es muy importante que el bazuka está listo y con la mano en el gatillo. Pero no tiene por qué dispararse. Es decir, no implica una transferencia de euros. Basta con la solicitud para que el mercado lo entienda”.
Es más, Gurría subrayó que el simple hecho de que Draghi lo anunciase en verano ya rebajó la prima de riesgo. Este jueves el diferencial con el tipo de interés germano se mantuvo por debajo de los 400 puntos por tres razones: de un lado, Bruselas aprobaba los planes de restructuración de las entidades españolas intervenidas. Por otro, el FMI situaba la salida de la crisis para España en 2014. Y además Grecia recibía el visto bueno para el próximo tramo de asistencia.
A su vez, el economista jefe para economías desarrolladas de BBVA Research, Rafael Doménech, declaró el jueves que había que pedir la ayuda europea en tanto la prima de riesgo superase los 300 puntos. “Lo razonable es que estuviese entre los 200 y 300 puntos”, aclaró.
Doménech argumentó que un rescate bien diseñado podría tener efectos positivos, pues sería muy distinto de los emprendidos en Grecia, Irlanda y Portugal.
Aunque la financiación de las Administraciones Públicas ya está recabada para este año, el propio Gobierno es consciente de la necesidad de conseguir el rescate cuanto antes, siempre que no conlleve medidas adicionales y que no expulse a España de los mercados.
De ese modo se aliviarían las tremendas dificultades crediticias del sector privado. Guindos ha reiterado en varios foros que si la prima de riesgo se reduce sustancialmente, la recuperación podría ser más rápida de lo esperado.