Economía

Ribera hace el último sacrificio por Sánchez en una campaña europea ‘envenenada’

La ministra para la Transición Ecológica busca convertirse en la nueva comisaria de Energía. Un salto para el que tendrá que lidiar con una incómoda campaña electoral

  • Pedro Sánchez y Teresa Ribera en el Congreso. -

Teresa Ribera es la favorita para convertirse en la próxima comisaria de Energía de la Comisión Europea. Un rol de su gusto, pero para el que tendrá que enfrentarse a una campaña electoral ‘envenenada’. Pedro Sánchez ha decidido poner a su vicepresidenta tercera al frente de las listas socialistas. Una decisión incómoda que no es obligatorio para el salto a comisario. Su papel de tecnócrata, bien visto en Bruselas y controvertido en Madrid, le coloca en primera línea política en el peor momento posible. 

La especialista de energía del Gobierno afronta una carrera europea donde los asuntos de defensa han logrado tiene ahora más fuerza que el ‘pacto verde’. Como reconocen desde los pasillos de Bruselas, la gran baza de Ribera es que está reconocida como la mejor candidata a dar continuidad al plan que diseñaron Frans Timmermans y Kadri Simson, los comisarios energéticos del último mandato. El problema es que desde la amenaza rusa el debate se centra en “seguridad de suministro” más que en “descarbonizar la economía europea”. 

Esto quiere decir que Ribera deberá tener más flexibilidad con temas con asuntos que han sido controvertidos en su etapa como ministra. Cuestiones como el respaldo a las nucleares es clave para agradar a Francia, el entendimiento con países como Polonia pasa por aceptar que el carbón puede seguir respaldando el sistema o su entender que hidrocarburos como el gas o el petróleo formaran parte, durante muchos años, de la economía de los 27.

Unos frentes a los que tendrá que cambiar su estrategia de estos 6 años si quiere lograr el respaldo necesario para ser comisaria. Desde Bruselas ya se adelantan a dar algunos rivales en esta carrera como el checo Jozef Sikela que encaja con esa variedad de sensibilidades. 

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El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa RiberaEuropa Press

Pero antes tendrá que lidiar con la campaña. El plan inicial de Ferraz, como insisten los conocedores del proceso, era afrontar estas elecciones con el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, al frente y no ‘quemar’ a Teresa Ribera en su candidatura a comisaria. Pero la ministra para la Transición Ecológica deberá aparcar sus asuntos energéticos pendientes en España, que son muchos y muy diversos, para afrontar una campaña cargada de visceralidad. 

El último sacrificio por el presidente

Ser cabeza de lista se interpreta como el último sacrificio de Ribera por Sánchez en su salida del Gobierno. Su elección en 2018 como ministra para la Transición Ecológica es una apuesta personal del presidente. Un cargo al que llegaba tras tres años de secretaria de Estado de Medio Ambiente durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y después de multitud de cargos nacionales e internacionales vinculados con el cambio climático. 

El acercamiento de Ribera a Sánchez, según explican fuentes conocedoras, se debe al marido de la ministra, Mariano Bacigalupo, exconsejero de la CNMC y actual consejero de la CNMV. Uno de los puntos más delicados de su etapa en el Gobierno, ya que ha habido continúas referencias a un posible conflicto de intereses por su carrera laboral vinculado con la energía de Bacigalupo.

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Pedro Sánchez y Teresa Ribera conversan en Bruselas@sanchezcastejon

La ministra ha cumplido con la confianza depositada por el presidente. Su tarea de lidiar con un sector energético que ha sido problemático para el Gobierno, sobre todo para los compañeros del PSOE en el Ejecutivo, con figuras destacadas como Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola) o Josu Jon Imaz (Repsol). Estas empresas han sido muy críticas con las políticas “dogmáticas”, como las definen desde el sector, que salían del Ministerio y que han marcado estos ocho años tan convulsos para el sector. 

Ribera, además, logró que Sánchez se apuntase un tanto energético ante el Consejo Europeo. La ministra impulsó en junio de 2022 en Bruselas la denominada ‘excepción ibérica’, el pacto entre España y Portugal para limitar el precio de la luz al margen del resto de Europa. Una medalla que se colgó el presidente español tras sus intensas negociaciones con algunos ‘colegas’ como Alemania. 

¿Qué ofrece Ribera a Europa? 

Teresa Ribera esquivará en la campaña todos los temas que no sean energéticos. La presidencia española del segundo semestre de 2023 es un claro reflejo de lo que defenderá la ministra en su carrera europea. 

La acción política de la presidencia española se estructuró en cuatro prioridades. La primera es reindustrializar Europa e impulsar su autonomía estratégica abierta. La segunda consiste en avanzar en la transición ecológica y la adaptación medioambiental. La tercera se concentra en la consolidación de la justicia social y económica. Y, por último, reforzar la unidad europea.

Las dos primeras prioridades llevan el sello de Teresa Ribera, sobre todo la segunda. Las movilizaciones agrarias o la escasa capacidad para abrir minas para crear una industria renovable serán algunos asuntos a los que deberá enfrentarse la ministra. Porque para Europa ahora son dos de los principales focos de su estrategia y, en España, su Ministerio ha sido el primero que no logra solventarlo.

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