Santander consigue un nuevo balón de oxígeno en Estado Unidos tras aumentar un 25% los préstamos Chrysler en el primer semestre del año.
El contrato, suscrito para el acuerdo de financiación de vehículos que tiene firmado Santander Consumer USA (SCUSA) con Fiat Chrysler Automobiles (FCA) en febrero de 2013, se ha convertido en un dolor de cabeza para la entidad española porque en los últimos cinco años no ha conseguido llegar a la cuota exigida por la entidad americana.
Por este motivo, el contrato estuvo a punto de romperse, pero ambas partes llegaron a un acuerdo el pasado mes de mayo para cambiar algunas condiciones.
Como parte de la enmienda, Santander realizará un pago único de 60 millones de dólares a FCA. También termina el acuerdo de peaje de julio de 2018 de las partes, según el cual cada uno conserva sus derechos, reclamos y defensas, tal como existían el 30 de abril de 2018, con respecto al acuerdo de Chrysler.
A esto se le suma el aumento del crédito en Estados Unidos en el semestre (+5%) propiciado por el crédito de banca minorista (auto) y en banca de empresas, hasta alcanzar 3.000 millones de dólares en el semestre.
Los recursos de la clientela aumentaron un 10% impulsados por el fuerte crecimiento los saldos a plazo en Santander Bank N. A. (SBNA) y la sucursal de Nueva York.
Riesgo latente
No obstante, esta alianza sigue siendo uno de los principales riesgos del banco en el país, tal y como reconoce la entidad ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En la última emisión de bonos por valor de 50 millones de euros en Santander España realizada el pasado 22 de agosto.
"El acuerdo de financiación de vehículos entre SCUSA y FCA podría no alcanzar los niveles previstos de crecimiento y está sujeto a determinadas condiciones de rentabilidad que podrían derivar en la cancelación del acuerdo", dicta el escrito.