Economía

Sólo el sector público y la banca han recuperado la actividad previa a la pandemia

La revisión del PIB del segundo trimestre por parte del INE ha enfriado la euforia del Gobierno que venía anticipando que la economía se encontraba ya cerca del crecimiento que

  • Funcionarios en una oficina. -

La revisión del PIB del segundo trimestre por parte del INE ha enfriado la euforia del Gobierno que venía anticipando que la economía se encontraba ya cerca del crecimiento que había antes de la pandemia y que esta convergencia se iba a producir antes de fin de año. La realidad es otra, y, lo que el equipo económico de Pedro Sánchez calificaba de crecimiento sostenido, sólo parece ser un efecto del rebote del PIB tras la peor caída desde la Guerra Civil que parece que se atenúa a marchas forzadas.

Es lo que se desprende de la letra pequeña de la Contabilidad Nacional. Según los datos del PIB a precios de mercado (precios corrientes), ajustados de estacionalidad y calendario, la economía española necesita aumentar al menos en unos 85.300 millones de euros más para alcanzar la cifra que se registraba en el último trimestre de 2019, previo a la aparición de la covid. Es decir, si a finales de 2019 el PIB anualizado alcanzó los 1,244 billones de euros, el anualizado de junio de 2021 (cuatro últimos trimestres) era de 1,159 billones, un 7% menos. Es el recorrido que le queda aún a la economía española para alcanzar esa situación prepandemia mientras que la mayoría de los países de nuestro entorno prácticamente han recobrado, o están muy cerca, el nivel de actividad y de PIB anterior al virus. Es evidente que este decalaje se debe al modelo productivo español basado en los servicios.

Ni siquiera se está aprovechando que estos países están saliendo antes de la crisis ya que las exportaciones han bajado en casi 68.000 millones en este periodo (un 16% menos) y nada menos que 13.000 millones sólo en el segundo trimestre de 2021 (12%). Todo esto permite aventurar a los expertos que la economía española no convergerá con la de 2019 hasta al menos finales de 2022 o incluso ya iniciado 2023. En todo caso, dependerá de la repercusión de las ayudas de la UE y de si funciona el Plan de Resiliencia del actual Gobierno sobre el que sobrevuelan nuevos nubarrones como el repunte inflacionista y el aumento del gasto público improductivo y estructural de los Presupuestos Generales. Sólo las Administraciones Públicas y el sector financiero (banca y seguros), que no se han visto afectados por el ajuste generalizado en los servicios y demás sectores, registran niveles de PIB superiores a los que tenían antes de la esta nueva crisis.

A la economía española le queda un largo recorrido, mientras que la mayoría de los países de nuestro entorno prácticamente ha recobrado el nivel de actividad anterior al virus

Por tanto, lo que parece evidente es que esa aproximación al PIB precovid no se va a producir en 2021. De momento, las estadísticas de consumo y de ventas de grandes empresas y pymes, que el INE empleó para bajar el crecimiento del segundo trimestre avanzado inicialmente (del 2,8% al 1,1%), no parecen ofrecer buenos resultados. Salvo en los primeros años del 'boom' de la construcción (en 2006 el incremento del PIB en términos relativos fue de 111.000 millones respecto al año anterior, un 12% más, y en 2005 alcanzó los 68.000 millones, un 8% más), nunca había conseguido España un repunte de 85.000 millones de golpe y menos en un ejercicio.

Por ejemplo, desde que la economía empezó de nuevo a crecer en 2014, tras la crisis iniciada en 2007, se han producido aumentos medios de unos 40.000 millones anuales, es decir, de algo menos de la mitad de esos 85.000 millones que ahora se necesitan para converger con la situación anterior a la pandemia. Es evidente que la salida anunciada por el Gobierno va a sufrir un nuevo retraso.

La excepción del sector público

La demanda nacional, el principal motor del PIB (representa casi el 99%) es inferior en términos absolutos en casi 63.000 millones a la que se registraba en 2019 (casi un 5,5% menos). De sus componentes, sólo el gasto en consumo de las Administraciones Públicas, ajeno siempre a cualquier ajuste (ni siquiera se ha producido un sólo ERTE), supera al que se registraba en 2019. Es decir, si a finales de ese año el gasto en consumo del sector público llegaba a los 234.000 millones, ahora es de casi 252.000 millones (unos 17.000 millones más con un aumento superior al 7,5%) y ya representa el 22% del PIB frente al 18% antes de la pandemia. Es decir, casi uno de cada cuatro euros que se producen en España se corresponde con el intervencionismo del sector público.

Casi uno de cada cuatro euros que se producen en España se corresponde con el intervencionismo del sector público

La estadística permite observar que la economía española ha crecido más cuando menos ha intervenido el sector público. Todos los demás componentes de la demanda, aunque han recuperado parte del terreno perdido en 2020, siguen en serios números rojos. Del consumo final, es el gasto de los hogares el que más valor sigue perdiendo (62.000 millones menos), y continúa el deterioro ya que el saldo negativo trimestral entre abril y junio de 2021 respecto al último trimestre de 2019 es de casi 14.000 millones. En cuanto a la inversión, el descenso se mantiene en casi 18.000 millones, de los cuales 14.000 millones corresponden al agujero en la formación bruta de capital fijo, sobre todo en vivienda y otras construcciones así como en maquinaria y bienes de equipo, es decir, en bienes de reposición, que siguen sin activarse porque las empresas tienen muchas dudas del momento económico y también político. La caída de la inversión sigue también su espiral ya que el saldo negativo del segundo trimestre de 2021 se situó en 4.400 millones respecto a los últimos tres meses de 2019.

En cuanto a la demanda externa, registra un valor monetario de casi 23.000 millones menos respecto a las cifras precovid y sólo representa un testimonial 1,2% del PIB. El valor de las exportaciones es ahora inferior en 68.000 millones y a 45.000 millones llega, por la caída de la demanda nacional, el descenso de las importaciones.

Tirón de los servicios

Desde el lado de la oferta, sólo dos actividades importantes registran valores monetarios superiores a los que se producían en 2019. Ambos son del sector de los servicios. Se trata, como era de esperar, de las Administraciones Públicas (incluyen la sanidad y la educación) y de las actividades financieras y de seguros, que no se han visto afectados apenas por la situación. El primero ha tirado de más déficit y deuda, y el segundo de mayores ingresos, sobre todo por el 'boom' de las comisiones y la reducción del gasto, por ejemplo, en los siniestros de los coches sin reducir las primas. De esta forma, el sector público ha generado 11.000 millones más de PIB que en 2019 y casi 1.800 más las actividades financieras. A menos escala (1.400 millones más que antes de que surgiera la covid), también la agricultura se ha beneficiado del aumento de la demanda de los productos agroalimentarios. Sin embargo, ya en el segundo trimestre de 2021 se percibe una vuelta atrás sensible ya que su valor descendió un 5,5% respecto al trimestre anterior a la pandemia.

Todos los demás sectores y actividades se encuentran muy por debajo de las cifras prepandemia. La industria registra aún un descenso de 4.300 millones respecto a 2019; a 6.500 millones llega la diferencia de la construcción y a casi 67.000 la del sector de los servicios. De éste último, sólo la actividad del comercio, hostelería y transporte registra todavía un valor inferior de más de 53.000 millones (20% menos), pero son las actividades artísticas y recreativas, es decir, las relacionadas con el ocio en general, las que siguen perdiendo más valor en términos relativos de todo el PIB. Su caída respecto a 2019 se mantiene en el 25% (14.000 millones). Es decir, si en 2009 sumaban más de 55.000 millones, ahora sólo alcanzan los 41.000 millones.

Y que todavía queda mucho para que la economía llegue a los niveles precovid lo demuestra otro dato irrefutable: en términos de Contabilidad Nacional hay todavía 793.000 ocupados menos en el mercado laboral que a finales de 2019.

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