Economía

Sin riesgo no hay recompensa - binomio rentabilidad/riesgo

Hay dos variables muy relacionadas entre sí: Rentabilidad y Riesgo. Por lo general, las inversiones de alto riesgo generan mejores rendimientos financieros y las inversiones de bajo riesgo generan rendimientos más bajos

  • Sin riesgo no hay recompensa - binomio rentabilidad/riesgo -

Existe un principio básico en finanzas que es la compensación riesgo - rendimiento, y establece que el rendimiento potencial aumenta con un aumento de riesgo. Con este principio las personas asocian niveles bajos de incertidumbre con rendimientos potenciales bajos y niveles altos de incertidumbre o riesgo con rendimiento  potenciales altos. 

El riesgo es definido como la posibilidad de que una inversión gane menos que lo esperado. A medida que la rentabilidad real se desvíe más de la rentabilidad esperada mayor es el riego de ese activo. Cada inversor tiene su propia tolerancia al riesgo, habiendo algunos inversores muy conservadores y que por tanto su tolerancia al riesgo o a esa desviación de rentabilidades es mucho menor que otros más arriesgados. 

La compensación riesgo-rendimiento es el principio  que vincula un alto riesgo con una alta recompensa. La compensación de riesgo-rendimiento adecuada depende de una variedad de factores que incluyen la tolerancia al riesgo de un inversor, sus años hasta la jubilación y el potencial para reemplazar los fondos perdidos.

El tiempo también juega un papel esencial en la determinación de una cartera con los niveles adecuados de riesgo y recompensa. Por ejemplo, si un inversor tiene la capacidad de invertir en acciones a largo plazo, eso le brinda al inversionista el potencial de recuperarse de los riesgos de los mercados bajistas y participar en los mercados alcistas; por otro lado, si un inversor solo puede invertir en un periodo de tiempo corto, las mismas acciones tienen una propuesta de mayor riesgo.

Los inversores utilizan la compensación riesgo-rendimiento como uno de los componentes esenciales de cada decisión de inversión, así como para evaluar sus carteras en su conjunto. A nivel de cartera, la compensación riesgo-rendimiento puede incluir evaluaciones de la concentración o la diversidad de participaciones y si la combinación presenta demasiado riesgo o un potencial de rendimiento inferior al deseado.

Entre aquellos activos financieros considerados entre los de menor riesgo se ubican las letras del Tesoro de los diferentes gobiernos ya que la probabilidad de impago es prácticamente inexistente, y su rendimiento es lo que se conoce como la tasa libre de riesgo,  y cualquier rentabilidad por encima de ella es lo que se considera prima de riesgo:

De ahí la importancia de combinar activos financieros que reduzcan el riesgo de nuestra cartera y aumenten el potencial de rentabilidad y por tanto es importante invertir en vehículos que integren una serie de compañías, sectores, zonas geográficas y capitalizaciones de mercado que reduzcan maximicen el ratio riesgo-rendimiento, como pueden ser los fondos de inversión mutuos o cotizados. 

¿Qué ratios son importantes a tomar en cuenta cuando analizamos una acción o un fondo respecto a ese binomio riesgo-rentabilidad?

Para determinar ese exceso de rendimiento de la inversión se utiliza el ratio alfa,  que se refiere a los rendimientos obtenidos de la inversión por encima del rendimiento de referencia. Es decir, el alfa mide ese exceso de rentabilidad con respecto al índice de referencia. 

Para calcularla de forma fácil, solamente tiene que restar el rendimiento total de esa inversión al rendimiento del índice o punto de referencia. Como se puede ver en la siguiente tabla de Morningstar:

  • Si un fondo de inversión tiene un rendimiento inferior al 1% frente a su índice de referencia, tendrá un alfa de -1,0. 
  • Si un fondo mutuo no ha tenido un rendimiento inferior ni superior, tendrá un alfa de cero porque no habrá perdido ni ganado valor en comparación con el índice de referencia. 
  • Si un fondo mutuo ha superado en un 1%, tendrá un alfa de +1.0. 

En cuanto a la beta, que mide la variabilidad de las rentabilidades en comparación con la variabilidad de las rentabilidades de un índice o punto de referencia. En concreto sirve para ver si un activo financiero es más volátil (su precio se mueve más) que ese punto de referencia. 

Algunos ejemplos serían:

  • Si una acción tiene una beta del 1%, está altamente correlacionada con el S&P 500 y se moverá en línea del mismo 
  • Si una acción tiene una beta de cero, no está muy correlacionada con el S&P 500.
  • Si una acción tiene una beta de -1%, está inversamente correlacionada o tiene una relación contraria, con el S&P 500.

Yendo un poco más allá, el ratio de Sharpe es útil para determinar si el riesgo merece la recompensa. Se utiliza cuando se comparan fondos pares o ETF que poseen activos similares. El cálculo del ratio de Sharpe es la rentabilidad ajustada dividida por el nivel de riesgo, o su desviación típica. Por lo general, al comparar carteras similares, cuanto mayor sea el ratio de Sharpe, mejor, porque muestra una rentabilidad ajustada al riesgo atractiva, es decir, la rentabilidad después de tener en cuenta el grado de riesgo que se asumió para conseguirla.

¿Cuál de estos ratios es el mejor?

Las tres metodologías de cálculo proporcionarán a los inversores información diferente.

  • El ratio alfa es útil para determinar el exceso de rentabilidad de una inversión 
  • El ratio beta muestra la correlación entre la acción y el índice de referencia que determina el mercado global, normalmente el índice Standard & Poor's 500 
  • El ratio Sharpe ayuda a determinar si el riesgo de la inversión merece la recompensa

RESUMEN: La relación riesgo-rentabilidad es el principio de negociación que vincula el riesgo con la recompensa. Según este principio, si el inversor está dispuesto a aceptar una mayor posibilidad de pérdidas, el dinero invertido puede reportarle mayores beneficios. Para calcular el riesgo de la inversión, los inversores utilizan los coeficientes alfa, beta y Sharpe.

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