Los cinco mayores bancos españoles (Santander, BBVA, Caixabank, Bankia y Sabadell) han vuelto a meter la tijera en su estructura en España y durante los nueve primeros meses del año clausuraron 1.049 sucursales y prescindieron de 4.956 trabajadores, tal y como detallan los informes financieros recogidos por Servimedia.
El ajuste supone echar el cierre al 6,55% de la red de oficinas, cuyo número pasó de los 16.019 locales que tenían en diciembre de 2018 a 14.970 el pasado mes de septiembre. En paralelo, el número de empleados en plantilla disminuyó un 3,84% y su cómputo pasó desde 128.955 trabajadores en nómina en España a menos de 124.000 (en concreto contaban con 123.999 al finalizar septiembre).
Los incesantes ajustes se derivan en algunos casos aún de integraciones de entidades, pero el grueso viene de la necesidad de acomodar la red a los hábitos de clientes que cada vez operan más en remoto y pisan menos la sucursal. Esta realidad brinda además a los bancos la oportunidad de meter tijera en los costes y compensar vía ahorros la presión que los tipos bajos están ejerciendo sobre los ingresos.
Por entidades, el mayor adelgazamiento en la plantilla correspondió al Santander, que ha extinguido 2.600 puestos de trabajo por ejecución del expediente de regulación de empleo (ERE) acordado con los sindicatos tras la integración del Popular. Su plantilla en España se ha reducido así un 8,05% en solo nueve meses y cuenta con 29.713 trabajadores frente a los 32.313 que tenía censados al cierre de 2018.
Las salidas tuvieron lugar, prioritariamente, en la red de sucursales, que ha menguado un 11,7% en el periodo para eliminar las duplicidades de oficinas que se generaron al incorporar los locales del Popular. Su red ha descendido así de 4.366 a 3.852 oficinas en el país.
Aún quedan flecos del ajuste que el Santander prevé completar en lo que queda de ejercicio. Supondrá la clausura total de 1.200 oficinas y la salida voluntaria de hasta 3.223 trabajadores en varios meses, conforme al acuerdo del ERE firmado con los sindicatos.
Tras el Santander, el mayor tijeretazo a la estructura lo ha efectuado Caixabank. La entidad ha echado el cierre a 354 oficinas o el 7,68% de su red entre enero y septiembre y dado salida a 1.752 empleados o el 5,38% de los trabajadores en nómina. A finales de septiembre empleaba a 30.800 personas en España y contaba con 4.354 oficinas.
Caixabank también ha negociado un ERE con los sindicatos que supondrá amortizar 2.023 puestos de trabajo y dar un vuelco al modelo de sucursal
Caixabank también ha negociado un ERE con los sindicatos que supondrá amortizar 2.023 puestos de trabajo y dar un vuelco al modelo de sucursal. Clausurará pequeños locales para apostar por megaoficinas de horario de atención al cliente extendido y volcadas en el asesoramiento, con un mayor número de gestores en cada una de ellas.
En el Sabadell el censo de empleados se redujo en 626 y pasó de tener 17.828 empleados en nómina a 17.202 en España; mientras que la red de sucursales apenas se redujo en 14 locales y cierra septiembre con 1.893. En BBVA la red de sucursales minoró a su vez en 144 oficinas, hasta quedar 2.696 su número; y disminuyó en paralelo en 105 el número de trabajadores en nómina, cuya plantilla descendió a 30.233.
La excepción a esta evolución es Bankia, donde el número de empleados aumentó en 127 en los nueve primeros meses del año, hasta alcanzar los 16.051. La entidad ha vuelvo a generar nuevos puestos de trabajo neto pese a reducir en 23 locales la red de sucursales, que pasan así desde 2.298 a 2.275, dentro de la estrategia de acomodar la red a los hábitos cada vez más digitales de los clientes.