Economía

Así controla la banca sus 80.000 tarjetas corporativas tras el escándalo de las visas 'black'

Los fastos cometidos por los ex directivos en la Caja Madrid de Blesa y la Bankia de Rato con sus tarjetas de empresa tendrían difícil reflejo en cualquiera de las entidades de la gran banca. Pese a que Santander, BBVA, Bankia, Sabadell, Popular y Bankinter cuentan con diferentes protocolos, ninguno de estos bancos tolera gastos en fines de semana o vacaciones. Caixabank, por contra, no explicita sus medidas.

  • Rodrigo Rato, ex presidente de BFA-Bankia e imputado por la Audiencia Nacional por el caso Bankia y las tarjetas 'black', tras su última declaración.

El mensaje de la gran banca es unánime. "En esta entidad no existen las tarjetas black". Se reitera desde el Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, Sabadell, Popular y Bankinter, a raíz del escándalo conocido en la Caja Madrid de Miguel Blesa y la etapa de Rodrigo Rato en Bankia. Siete entidades que tienen repartidas entre sus directivos poco más de 80.000 tarjetas corporativas, según los cálculos del sector. Sólo BBVA explicita sus datos: 25.000 plásticos de empresa. Unas tarjetas que están sometidas a diversos protocolos de control para evitar los abusos conocidos en la entidad madrileña. "Todos los gastos que generan se tributan a Hacienda", inciden desde los siete bancos.

Sólo el Popular ha decidido reforzar los mecanismos de control de sus tarjetas corporativas. No porque los anteriores resultasen ineficaces, sino para incrementar los filtros. El departamento de Recursos Humanos es quien fiscaliza los gastos de las tarjetas de los directivos de la entidad presidida por Ángel Ron. Cada departamento debe elaborar, a final de año, un presupuesto anual de los gastos de representación en función de su histórico de ejercicios precedentes. Principalmente, comidas y desplazamientos. Recursos Humanos no impide superar ese presupuesto siempre que el incremento esté debidamente justificado. Cada directivo debe liquidar mensualmente sus gastos acreditando tanto la factura del gasto como el justificante de pago de la tarjeta. En caso de identificar gastos personales, el Popular carga esas facturas contra la cuenta personal de cada directivo. Además, no se admite ningún cargo con la tarjeta corporativa durante los fines de semana o períodos en los que el directivo se encuentre de vacaciones.

En cuanto a los gastos de viajes, éstos tienen que aprobarse por el departamento de gastos. Para ello, los directivos deben justificarlos y razonar el motivo del desplazamiento. La petición pasa a fase de estudio por parte del departamento de gastos, quien tiene la potestad final de aceptar o denegarlo.

Al igual que sucede en el Popular, Sabadell tampoco sufraga ningún gasto de sus directivos tanto en fines de semana como en vacaciones. La entidad presidida por Josep Oliu sí establece un tope de gasto para los actos de representación de sus directivos. Especialmente, en el caso de las comidas. A partir de ese tope máximo (hay diferentes escalas), cada trabajador tiene que pagar de su bolsillo la diferencia. Además, los trabajadores deben aportar tanto la factura como el justificante de la tarjeta.

Goirigolzarri ha extremado los controles en Bankia; Bankinter es la entidad con más filtros y BBVA es la única entidad que apuesta decididamente por el despido en caso de irregularidad no justificadaLa única entidad que apuesta por el despido en caso de mal uso de la tarjeta de empresa es BBVA. "Tenemos procesos específicos de auditoría interna que revisa cada gasto de cada tarjeta. No es infrecuente (cuando se detecta un uso incorrecto) que veamos despidos aunque sean cantidades pequeñas", aseguró Ángel Cano, consejero delegado de la entidad, hace pocas semanas durante la presentación de resultados del grupo.

Estas tarjetas de empresa, defendió Cano, son para asuntos como "pagar una comida con un cliente" o hacer un "viaje a Argentina para una reunión", pero nunca para gastos "de fin de semana, pagarse la gasolina o invitar a comer a la familia". Un nivel de rigor que entiende exigible a todos: "Sacamos a gente por un gasto indebido de 100 euros, tras un proceso de investigación". En caso de que los beneficiarios de las tarjetas utilicen por error su visa corporativa durante sus vacaciones o períodos de descanso, los trabajadores deben enviar un e-mail advirtiendo del uso incorrecto para evitar la sanción correspondiente. Ese gasto se cargará en su cuenta personal.

Mientras, los trabajadores del Santander deben asumir en su cuenta corriente personal todos aquellos gastos que o bien no estén debidamente justificados o no se respondan a gastos que finalmente no sean aceptados por la empresa, pese a que puedan estar debidamente argumentados. El cargo en la cuenta personal se efectúa al mes siguiente de haberse producido el gasto.

En Bankia, el nuevo equipo gestor ha extremado los controles para evitar que se reproduzca ninguna de las prácticas del pasado. El primer filtro de control se establece en cada departamento. El responsable de cada sección es quien realiza el control inicial sobre el gasto que han realizado los tenedores de las tarjetas. Si este superior entiende que se ha realizado un uso erróneo de la visa de empresa se exige la devolución al trabajador. Sí además de erróneo, se detecta que la tarjeta se ha utilizado de forma indebida, traslada el incidente al Comité de Auditoría que inicia la pertinente investigación que puede derivar en cualquier tipo de medida disciplinaria. Al igual que sucede en el Popular, cada departamento de Bankia debe de realizar un presupuesto anual sobre sus gastos de representación.

Mientras, Bankinter es la entidad que contiene más filtros de seguridad para cada gasto. El trabajador debe informar a la entidad el día en que ha utilizado su tarjeta. Así, debe escanear el justificante del gasto e introducirlo en el programa de gastos que exige a cada trabajador determinada información: hora, motivo, lugar y con quien se ha efectuado el gasto. Esa información se envía al responsable de cada área que da el visto bueno o paraliza el gasto. A su vez, el departamento de auditoría y eficiencia también efectúa el control. En último lugar, el departamento de control presupuestario, que fiscaliza los gastos de cada división, controla también los movimientos de todas las tarjetas. El trabajador debe asumir el coste si no ha podido justificar el gasto después de tres avisos.

Caixabank, por su parte, no especificó ninguna de sus medidas internas de control ante la llamada de este medio. Fuentes de la entidad se limitaron a explicar que se aplican las mismas prácticas que en el resto de entidades.

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