La Bolsa suiza tendrá que luchar contra viento y marea para hacerse con el operador nacional Bolsas y Mercados Españoles (BME). La oferta pública de adquisición (opa) que se lanzó este mismo lunes a un precio muy atractivo tiene varios impedimentos técnicos y legales, por lo que la compra podría complicarse, según fuentes legales y financieras consultadas por Vozpópuli.
El primer escollo que tendrá que superar es el de un gobierno de izquierdas que tiene en mente realizar un impuesto a las transacciones financieras, la conocida como 'tasa Tobin'. Tanto el PSOE como Podemos llevan en su programa electoral dicha medida recaudatoria que consiste en gravar con un 0,2% todas las operaciones de Bolsa en las compañías que superen los 1.000 millones de euros de capitalización bursátil. Sin duda, esto penalizaría a BME, el operador 'oficial' en España. A esto hay que sumarle la caída en los volúmenes de negociación que viene sufriendo desde hace más de un año por culpa de los operadores alternativos que se han instalado en España.
SIX, asesorado por Linklaters, podría echarse atrás o reducir el precio de la opa si saliera adelante este gobierno progresista, lo que podría traducirse en una oferta poco atractiva para el accionista y que dicha operación no fructificase, ya que está supeditada a la adquisición de al menos el 50% de los títulos de BME.
La propuesta suiza se ha realizado con una prima del 33% sobre el valor de la compañía. Más concretamente, a 33,4 euros por acción, lo que supone valorar al operador de mercados español en más de 2.800 millones de euros.
El veto
El siguiente problema con el que se puede encontrar la operadora suiza es el propio Gobierno. Es el Consejo de Ministros el que tiene que dar el visto bueno a esta operación y éste podría ejercer su derecho a veto si las intenciones de SIX no quedan del todo claras.
Cabe destacar que BME es titular 100% de la Central de Depósitos Española, de la Cámara de Contrapartida Central y también del mercado regulador, por lo que es lógico que exista cierto temor a que un operador que no pertenece a la Unión Europea se haga con el control de la entidad y que en algún momento decida sacar de España alguna de estas patas, reconocen fuentes financieras. No obstante, SIX incluyó en su carta de compromisos que mantendría la sede social en España durante al menos cuatro años. Aún así, en una eventual oferta, Euronext podría salir favorecida. El grupo español también anunció conversaciones preliminares con dicho operador, que aún no ha hecho una oferta oficial.
Por su parte, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tendrá poco que decir en este caso, ya que funcionará como mero asesor del Gobierno. Aún así, el supervisor tendrá un mes desde que se realice la oferta formal para hacer un informe a favor o en contra de dicha oferta. Luego será el Ejecutivo el que tenga de plazo 60 días para aceptar o rechazar la operación, tal y como se recoge en la Ley de Mercado de Valores.
El presidente de la CNMV, Sebastián Albella, reconoció que esta opa tardará meses en resolverse porque entran en juego al menos tres regulaciones. Una que se refiere a la entrada de depósitos, otra a los mercados regulados y otra a las cámaras de contrapartida central.
La oferta
El operador de bolsa suizo SIX lanzó este lunes una oferta publica de adquisición (opa) de 2.800 millones de euros por el 100% de las acciones de Bolsas y Mercados Españoles (BME). Se realizará completamente en efectivo por un total de 33,4 euros cada acción y con una prima del 33% sobre la cotización de mercado. El consejo de BME indicó que se trata de una valoración preliminar y valoró la oferta de forma positiva y amistosa. El operador español ha contado con Morgan Stanley como asesor financiero y con Latham & Watkins como asesor legal.
De no llegar a buen puerto las negociaciones, se activaría una cláusula de ruptura equivalente al 0,5% de la oferta pública, unos 14 millones de euros. La compra está condicionada a recabar un apoyo del 50% del capital de BME y de las autorizaciones pertinentes.