El modelo de ciudad sostenible es uno de los debates que mayor protagonismo está tomando en la Cumbre del Clima de Madrid. En las urbes residen buena parte de las claves para lograr objetivos recogidos en el Acuerdo de París, tales como la descarbonización de la economía en 2050 y evitar un incremento superior a dos grados en la temperatura de la Tierra para finales de siglo. En este sentido, la situación de España respecto al resto del continente europeo es de las más delicadas. De proseguir las actuales cifras de emisiones, la temperatura se incrementaría en España hasta 4 grados, el doble del objetivo para 2100, y además veinte años antes.
Se trata simplemente de uno de los reveladores datos que dio a conocer The Climate Reality Project en una de las primeras sesiones que protagonizará a lo largo de la Cumbre. Se trata de la iniciativa liderada por el exvicepresidente de EEUU Al Gore para luchar contra los efectos del cambio climático.
Las cifras referidas a España son especialmente relevantes. Sin ir más lejos, el del incremento de la temperatura de Madrid en el último siglo, en torno a 2,5 grados, pese a contar con menos tráfico y un número notablemente menor de habitantes.
La presentación realizada por Ángel Cano, director de comunicación de Climate Reality, también desveló que en los últimos cinco años se han batido otros tantos récords históricos de temperatura en el planeta. Y que lo mismo ha sucedido con 18 de los 19 años que llevamos del actual siglo.
La solución, en las ciudades
Pero la fórmula para cambiar este escenario puede estar mucho más cerca de los ciudadanos de lo que la mayoría imagina. En concreto, en el hábitat habitual de la mayoría de ellos, las ciudades.
"En el caso de Madrid está comprobado que el principal elemento de contaminación es el tráfico, seguido del aeropuerto y los sistemas de calefacción y refrigeración", explicó Cano. De esta forma, Climate Reality apuesta por el empleo de bicicletas y patines para los desplazamientos por la ciudad, algo que ahorraría multitud de emisiones.
"El transporte público es fundamental pero debe estar convenientemente electrificado. Recientemente, trece grandes ciudades del mundo alcanzaron el compromiso de que todos sus autobuses públicos fueran eléctricos en 2025".
Por ahora, ninguna ciudad española está entre las más sostenibles del mundo, de acuerdo con los criterios seguidos por la ONU para la elaboración de esta clasificación. Sin embargo, esta circunstancia puede cambiar muy pronto, teniendo en cuenta los avances que están llevando a cabo los municipios en este tipo de políticas.
El ejemplo de Vitoria
Un ejemplo es Vitoria, cuyo alcalde, Gorka Urtaran, estuvo presente en la sesión. El primer edil de la ciudad capital de Euskadi señaló con orgullo que dos terceras partes de los desplazamientos que realizan los habitantes de la ciudad discurren a pie o en bicicleta.
"Para conseguir esta meta es fundamental que las ciudades estén construidas a escala humana, que sus habitantes no tengan que recorrer grandes distancias; de lo contrario, se incentiva el uso del vehículo privado", aseguró Urtaran.
De acuerdo con los datos que maneja The Climate Reality Project, un coche particular genera cuatro veces más dióxido de carbono que el tren. El avión eleva la proporción a ocho veces.