CaixaBank transforma el modelo de su cúpula. Tomás Muniesa, hasta ahora vicepresidente del banco, sustituirá a José Ignacio Goirigolzarri como presidente no ejecutivo tras la renuncia presentada por este último en el consejo de administración que ha celebrado la entidad en el día de hoy. Muniesa tomará el relevo pero sin poderes ejecutivos, como reclama el Banco Central Europeo (BCE) desde hace tiempo, y tendrá un papel institucional.
Goirigolzarri se convirtió en presidente del banco de origen catalán en 2021 tras la compra de Bankia, entidad de la que fue su máximo ejecutivo desde el rescate en 2012. Tras la fusión, perdió parte de sus funciones ejecutivas y en CaixaBank ya sólo ostentaba responsabilidades directas sobre las áreas de auditoría, comunicación y relaciones institucionales.
Despojar al presidente de las funciones ejecutivas ha sido uno de los motivos detrás de la salida de Goirigolzarri, después de que el supervisor único diera un impulso en los últimos meses al modelo preferido en Fráncfort para las cúpulas bancarias: un presidente institucional y un consejero delegado con plenos poderes. Gonzálo Gortázar, CEO desde junio de 2014, asumirá todas las funciones ejecutivas, con reporte directo al consejo. También seguirá presidiendo la primera línea directiva del primer banco español por activos.
El relevo será efectivo a partir de enero, cuando el presidente saliente dejará todas sus responsabilidad en la entidad. Gortázar, que ha formado tándem con Goirigolzarri en los últimos cuatro años, ha querido agradecer al presidente saliente “el gran compromiso y dedicación de José Ignacio”, y ha destacado “la enorme complicidad profesional y personal que han mantenido durante estos años”.
Paso por Bankia y BBVA
Goirigolzarri llegó a presidencia de CaixaBank tras la absorción de Bankia por parte de la entidad catalana. Cuando se pactó la integración de ambas entidades, en 2020, se acordó que el expresidente de Bankia sería responsable de las áreas de secretaría del consejo, comunicación externa, relaciones institucionales y auditoría interna.
Tras la fusión legal en marzo de 2021, Goirigolzarri perdió a su 'mano derecha' durante la etapa más convulsa al frente del banco nacionalizado: José Sevilla, que el pasado mes de abril se convirtió en presidente de Unicaja.
Antes de su desembarco a Bankia, con el aval de Luis de Guindos, entonces ministro de Economía, durante la década de los 90 ejerció como director general de BBV y a partir de 2001 se convirtió en consejero delegado del banco tras su fusión con Argentaria. Tras chocar con Francisco González, Goirigolzarri salió de BBVA con una pensión vitalicia de tres millones de euros al año.
Un histórico de la casa
Por su parte, Muniesa, vicepresidente de CaixaBank desde abril de 2018, culmina una dilatada trayectoria en la entidad a la que se incorporó en 1976 y donde ha asumido distintas responsabilidades, como la dirección de Recursos Humanos o mercado de capitales. También destaca su gestión del grupo asegurador como vicepresidente ejecutivo y consejero delegado de VidaCaixa desde 1997 hasta noviembre de 2018.
El nuevo presidente no ejecutivo es licenciado en Ciencias Empresariales y Máster en Dirección de Empresas por ESADE, fue nombrado Director General Adjunto en 1992 y en 2011 Director General del Grupo Asegurador. En la actualidad ostenta los cargos de vicepresidente de CaixaBank, VidaCaixa y SegurCaixa Adeslas. Es, además, miembro del Patronato de ESADE Fundación y consejero de Allianz Portugal.
Con anterioridad, fue presidente de MEFF (Sociedad Rectora de Productos Derivados), vicepresidente de BME (Bolsas y Mercados Españoles), vicepresidente 2º de UNESPA, consejero y presidente de la Comisión de Auditoría del Consorcio de Compensación de Seguros, consejero de Vithas Sanidad SL y consejero Suplente del Grupo Financiero Inbursa en México.