La Oferta Pública de Adquisición (OPA) lanzada por Magyar Vagon para hacerse con Talgo continúa varada. El Ejecutivo de Pedro Sánchez busca un caballo blanco para evitar que una empresa crítica para el Gobierno acabe en manos de la compañía húngara, señalada por sus posibles lazos con la Rusia de Vladimir Putin.
El Gobierno contactó con Criteria para realizar una contraopa que frustrara la operación, pero el brazo inversor de Isidro Fainé en CaixaBank se negó a participar en la misma. No ven la operación clara, sobre todo por ser un área industrial en la que no tienen experiencia. El Ejecutivo sigue buscando con quien abortar la OPA, pero sin resultados.
En las cocinas de Talgo se sigue trabajando con gran intensidad, pensando en que finalmente la operación sea una realidad. Sin embargo, tal y como ha podido saber Vozpópuli a través de fuentes conocedoras, el fabricante de trenes se ha puesto un plazo concreto para dar todo por perdido y continuar con su negocio como hasta ahora: diciembre de este año. A preguntas de este diario, desde Talgo declinan hacer reclaraciones al respecto.
Para Magyar Vagon la tecnología de los trenes de Talgo es clave en su interés por adquirirla. Concretamente lo es su sistema de ancho variable, que permite a los trenes moverse por cualquier infraestructuras viaria europea sin problemas -no todos los anchos de vía son iguales-, adaptándose a los raíles de una forma rápida y eficaz.
Una cualidad que, tal y como explicaban a este diario fuentes del sector, "permitiría a Rusia llegar a cualquiera de sus antiguas repúblicas soviéticas o a cualquier lugar de Europa en tiempo récord".
Observamos la operación con el máximo cuidado y estamos a la espera de otros actores, inversores y fabricantes que puedan entrar en juego (...) Es una empresa estratégica a la que hay que protegerÓscar Puente, ministro de Transportes y Movilidad Sostenible
Este extremo no es ajeno a los de Pedro Sánchez, sobre todo teniendo en cuenta la situación geopolítica internacional que se vive, con Ucrania y Rusia enconados en una guerra de largo recorrido y la amenaza de que Vladimir Putin extienda la ofensiva a otros países de de Europa. La llegada de Magyar supondría la marcha de parte de la tecnología de Talgo a las fábricas que la corporación posee en Hungría, país fronterizo con Ucrania.
El Gobierno trabaja en fórmulas jurídicas
La Oferta Pública de Adquisición se ha formulado por 619 millones de euros, a cinco euros la acción, y de momento tanto la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) como el Gobierno de Pedro Sánchez se encuentran analizando la operación y reclamando información a ambas compañías, algo que permite al Ejecutivo ganar tiempo para buscar fórmulas para abortar la OPA.
Así, Moncloa se pone en el peor escenario -que ninguna empresa apoye una contraopa- y estudia fórmulas legales que se puedan activar para tumbar la operación. Según aseguraban fuentes próximas a las conversaciones a este diario, se valora cualquier vía de carácter jurídico que mantenga la españolidad de Talgo, una empresa, como decimos, crítica para los de Sánchez.
La OPA fue presentada formalmente ante la CNMV a principios de abril y, de momento, todo sigue igual
De hecho, tras hacerse pública la OPA, el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, aseguró que el Gobierno defendería los "intereses estratégicos" de España, declaraciones en la línea de las que previamente había hecho el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, quien aseguró que se observa la operación "con el máximo cuidado y estamos a la espera de otros actores, inversores y fabricantes que puedan entrar en juego”, añadiendo que Talgo es "una empresa estratégica a la que hay que proteger".
Sin embargo, la OPA fue presentada formalmente ante la CNMV a principios de abril y, de momento, todo sigue igual. Talgo, favorable a la misma, continúa trabajando para que salga adelante. Tiene seis meses por delante.