La visita de la Troika a Madrid hace escasos días tuvo como uno de sus principales focos el crédito a las medianas y pequeñas empresas. En sus diversas reuniones con representantes empresariales, la comitiva compuesta por técnicos del FMI, el BCE y la Comisión manifestó una y otra vez su preocupación por si el crédito llegaba a las empresas y a qué precios.
Según relatan fuentes del empresariado, la Troika se mostró muy sensible a la poca disponibilidad de financiación, en especial para las pymes y autónomos. De hecho, algunos incluso manifestaron que la petición de ayuda al BCE contribuiría a rebajar la prima de riesgo y, por consiguiente, facilitar el crédito.
Supermario aterriza
Y en este contexto aterriza en Madrid el presidente del BCE, Mario Draghi, para reunirse a puerta cerrada con un nutrido grupo de diputados en el Congreso. En la actualidad, el debate en el seno del banco central se centra en cómo hacer fluir el dinero hacia las nuevas actividades, al tiempo que la mayor parte de la economía se desendeuda y los bancos recortan sus balances.
Lógicamente, el BCE no puede saltarse a las entidades y ejercer por sí solo de banco público. Sin embargo, según fuentes cercanas a la institución, se están estudiando fórmulas alternativas, aunque en principio se antoja difícil que puedan concretarse en algo.
El diagnóstico de Fráncfort
Entretanto, son conscientes de que la elevada prima de riesgo y el proceso de desapalancamiento que atraviesa la economía española están infligiendo enormes estragos entre las empresas de menor tamaño y los emprendedores.
Falta ahorro de las familias, la liquidez es cara y escasa, y aquélla que presta el BCE tiene un plazo y hay que devolverla. De modo que los bancos terminan dedicando buena parte de sus pocos recursos disponibles a limpiar sus balances y refinanciar las sociedades más endeudadas, algunas de ellas empresas prácticamente zombi.
Sin un suelo fijado para el precio del inmobiliario, las entidades mantienen aún bloqueados sus balances y, por lo tanto, seguirán con sus recursos embalsados en el ladrillo. De ahí que Mario Draghi quiera hoy escuchar con suma atención el análisis y las propuestas de las autoridades españolas.