La prórroga de los ERTE hasta el 28 de febrero da tregua a uno de los sectores más golpeados por la pandemia: el turismo. A cierre de agosto todavía había más de 100.000 personas afectadas por este mecanismo en la hostelería (bares y hoteles) y 15.000 en el transporte. No en vano, las empresas ya habían preparado el terreno para continuar con parte de sus plantillas suspendidas ante la posibilidad de que los ERTE por fuerza mayor no se prorrogaran.
La recuperación es lenta y el otoño se prevé duro. De hecho, en el mes de agosto, en plena temporada alta, las actividades turísticas perdieron 192.620 afiliados respecto al mes de julio, algo inaudito si se observa la evolución intermensual de años anteriores que publica el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. En agosto de 2020, por ejemplo, se registraron 39.875 menos empleados que en el mes anterior; mientras que en agosto de 2019, los afiliados aumentaron en 7.489 personas.
La gran caída no se produce en la hostelería o el alojamiento (donde la afiliación disminuyó en 34.083 personas, un 2,4%), sino en otras actividades del turismo como el transporte, alquiler de automóviles, medios de navegación, museos o espectáculos. En esos subsectores se registraron 158.106 afiliados menos que un mes antes, lo que representa una caída del 18,3%.
Los hoteleros advierten que se está produciendo un cierre masivo de establecimientos y prevén un otoño "duro"
Carlos Abella, secretario general de la Mesa de Turismo, recuerda que "el verano ha funcionado muy bien con el turismo nacional, pero ha habido una ausencia total del internacional". En consecuencia, opina que el motivo de esta pérdida de empleos podría deberse al descenso en la actividad del transporte aéreo, donde la demanda no superó la oferta por las restricciones que aún mantienen algunos países emisores importantes para España.
Además, "el turismo nacional ha pegado un bajón importante en la última semana de agosto, con el impacto que eso puede tener en el empleo", comenta el secretario general de la Mesa de Turismo. Con todo, varias aerolíneas (entre ellas Iberia, Vueling, Ryanair o Air Europa) ya habían empezado a negociar ERTE por causas productivas.
En lo que va de año sólo han viajado uno de cada tres pasajeros que lo hicieron en 2019 en el mismo periodo, según los datos de pasajeros que registra Aena. Así las cosas, los dos principales aeropuertos españoles -Barajas y El Prat- afrontan un cierre de año con menos de la mitad de vuelos que en 2019.
Cierre de hoteles hasta Semana Santa
El alojamiento aguantó mejor el verano: los afiliados sólo descendieron un 1% a cierre de agosto, según los datos difundidos por Turespaña. Sin embargo, Abella advierte que los cierres han comenzado. Los hoteleros tienen la vista puesta ya en la Semana Santa de 2022 y el verano próximo, cuando esperan recuperar los niveles prepandemia. Pero hasta entonces, se volverá a bajar la persiana de gran parte de los establecimientos.
Así lo confiesa también la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), que califica la época estival de "espejismo" y advierte que "se avecina una temporada de otoño-invierno muy complicada y en la que muchos establecimientos están volviendo a cerrar por falta de turistas".
Su presidente, Jorge Marichal, apuntaba hace unos días que los visitantes internacionales aún no han llegado y el consumidor español ha vuelto a trabajar, por lo que "los destinos se han ido apagando en septiembre y la esperanza está puesta en Semana Santa y verano del año que viene". En este sentido, "todavía es necesaria la red de seguridad de los ERTE", sentenciaba.
Gonzalo Fuentes, responsable de Servicios de Hostelería y Turismo en CCOO, apunta que "la prueba del algodón" de lo que pasará en los próximos meses está en Canarias, que arrancará su temporada alta en el mes de octubre. "También estamos presionando para que el Imserso se ponga en marcha el próximo mes", añade.
Pese a todo, el sector se muestra optimista, especialmente tras la victoria lograda con los ERTE, que permitirá a las empresas seguir beneficiándose de las exoneraciones en las cotizaciones sociales mientras dure la tormenta. "Da tranquilidad a un sector muy necesitado después de un año y medio de restricciones y cierres", celebra Marichal.