La inseguridad crece en Barcelona, con doce homicidios y más de 5.000 robos violentos hasta agosto, unas cifras muy superiores a las registradas durante el mismo periodo de 2018. Sin embargo, los turistas extranjeros hacen oídos sordos y en julio se ha superado el millón de visitantes internacionales por primera vez.
Solo en el mes pasado hubo en la ciudad condal un total de 773 robos con violencia e intimidación en el espacio público, un 15% más que en julio del año anterior, según los datos facilitados por los Mossos d'Esquadra hace unos días.
Esta semana un joven turista fue apuñalado al resistirse ante unos ladrones. Y aunque ya está fuera de peligro, la preocupación y el miedo persisten en la capital catalana al no tratarse de una agresión aislada. Los últimos datos revelan que cada día se cometen, de media, 40 delitos de este tipo.
Aún así, la llegada de turistas extranjeros a Barcelona no ha hecho más que aumentar. Si en junio se cerró el mejor segundo trimestre desde que hay estadísticas, en julio se ha batido un nuevo récord. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), llegaron a toda la provincia de Barcelona 1.045.119 visitantes y 743.300 sólo a la ciudad, los mayores datos alcanzados en la serie histórica.
De esta forma, ha sido el mejor julio para el negocio hotelero en toda la provincia, con 3,25 millones de pernoctaciones registradas, y el mejor mes de la historia en la ciudad condal, alcanzando por primera vez la cifra de los dos millones.
Pese a esto, el sector turístico teme que el repunte de la inseguridad pueda impactarle de nuevo, tras los atentados de 2017. El director general del Gremio de Hoteles de Barcelona, Manel Casals, ha reclamado a las administraciones que tomen cartas en el asunto para evitar "una pérdida de reputación" como destino turístico de primer nivel.
La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, aseguraba hace unos días que los episodios que se vienen sucediendo en Barcelona son una cuestión "puntual" y llamaba a "no dramatizar ni a exagerar de manera desproporcionada", pues la seguridad es uno de los pilares de la oferta turística en España.
Sólo el 10% de los detenidos este año por robo con violencia ha acabado en prisión
El Partido Popular ha exigido al Gobierno que refuerce Barcelona con policías nacionales y guardias civiles, pero la problemática va más allá de la falta de efectivos. La labor de los Mossos d'Esquadra se ve difuminada por la legislación, que permite la puesta en libertad de los delincuentes a los pocos días.
Las detenciones practicadas por la policía autonómica por robos con violencia e intimidación en Barcelona han crecido un 80% en 2019. Sin embargo, de las 1.529 personas detenidas por estos delitos en lo que va de año, apenas 165 han ingresado en prisión.
Esto provoca que exista un alto nivel de reincidencia, con un "top 10" de delincuentes que concentran gran parte de las denuncias. Por eso, la Consejería de Interior ha pedido cambios legislativos que den más facilidades a los jueces para enviar a prisión preventiva a los arrestados, que generan una alta percepción de inseguridad ciudadana.