El pasado 14 de abril Elon Musk, el fundador de Tesla, anunciaba su intención de comprar Twitter por 44.000 millones de dólares. Entonces, la acción de la compañía de vehículos eléctricos cotizaba a 340, 79 euros. Hoy, la acción tiene un valor de 249,44 euros. Su precio se ha reducido un 26,80% durante estos meses.
Es cierto que no se puede achacar, ni mucho menos, por completo este descenso en el valor de los títulos al anuncio de la compra de la red social fundada en su día por Jack Dorsey, pero es un factor más de incidencia que no se puede obviar.
Musk ha estado jugando al despiste, sembrando incertidumbre respecto a la adquisición de la plataforma del pajarito azul. Poco después de anunciar la intención de ejecutar la operación, daba marcha atrás, aludiendo a que los usuarios de la red social no eran de calidad. Twitter ha sido señalada en muchas ocasiones por dar cobijo a cuentas fake o falsas, con las que se distribuyen noticias ambiguas o directamente falsas o se empujan -o derriban- determinadas causas o corrientes de opinión. Así las cosas, la última de las decisiones de Musk es comprar Twitter -ahora parece que de verdad-.
En tanto en cuanto Twitter pasará a ser propiedad del comglomerado de Elon Musk, tiene todo el sentido que afecte a la cotización de las compañías del empresario norteamericano. Lo que los mercados podrían estar diciéndole a Musk es que la adquisición de Twitter no es una buena operación.
La red social ha estado en múltiples ocasiones bajo el ojo del huracán. La más reseñable tuvo a Donald Trump como protagonista. El expresidente de los Estados Unidos fue expulsado de la misma durante los días del asalto al Capitolio por parte de sus seguidores más acérrimos.
Entonces, Twitter consideró que Trump vulneraba sus políticas de uso al lanzar mensajes que instigaban a que se produjera el asalto a la institución pública. Donald Trump, como respuesta, decidió crear su propia red social, denominada Parley, que ya está en marcha.
vallecas
Que una persona de carne y hueso vulnerable y finita compre algo de 44.000.000.000.-$ es algo que se escapa de mis "entendederas".
Tintin
Más bien, muy violento. Hay reglas y la participación es voluntaria. Por otra parte, el crecimiento exponencial de la UFC en los últimos años es un indicador válido de la demanda social de ese producto. Parece q el malestar común ha alcanzado tales niveles, q ya no nos llega la representación simbólica de enfrentamientos con q, a través de los más variopintos deportes, hasta ahora la mayoria canalizaba su necesidad de acción. Ahora queremos dolor auténtico (no como el q fingían en la WWE). Lo siguiente es trasladar el octógono a las calles (algo q ya existe) y lo q viene luego ya es la guerra.