Viajar una semana en agosto cuesta de media 1.464 euros, lo que supone un incremento del 24% respecto a 2021 (1.201 euros) y un 56% respecto a 2020 (1.052 euros), según datos de Rastreator. Así, el director de desarrollo de negocio de Rastreator, Álvaro Bas, ha explicado que el aumento del coste de vida debido a la reciente subida del IPC y la guerra de Ucrania está afectando también a los precios a la hora de viajar, tanto en el alquiler de vehículos, los hoteles así como en el ocio.
Además, el comparador 'online' ha elaborado un ranking de precios de las ciudades españolas más baratas y caras para veranear. Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria y Sevilla se sitúan, por segundo año consecutivo, como las ciudades más baratas para viajar este verano. En concreto, Santa Cruz de Tenerife se ha posicionado como el destino más económico en el ranking, con un precio medio de 888 euros, un 39% más barato que la media nacional (1.465 euros), seguido de Las Palmas de Gran Canaria (983 euros) y de Sevilla (1.128 euros).
En el lado contrario, Cádiz (1.931 euros), Gijón (1.987 euros) y Palma de Mallorca (2.382 euros) se encuentran entre las ciudades más caras, con unos precios hasta un 63% por encima de la media. En relación al coste de los hoteles, Santa de Cruz de Tenerife es la ciudad con el alojamiento más económico, con un precio medio de 344 euros, es decir, unos 57/pax euros la noche.
Por su parte, las Palmas de Gran Canaria encabeza la lista de las ciudades con el alquiler de coches más barato, ya que alquilar un vehículo en dicha ciudad supone un coste un 40% por debajo de la media (422 euros). Asimismo, aunque Cádiz se sitúe entre las tres ciudades más caras para viajar, en el ámbito de ocio y restauración sucede todo lo contrario. Así, el coste medio de una cena en el centro de Cádiz es de 25 euros, un 15% por debajo de la media, mientras que tomarse una cerveza y un café en un barrio céntrico la diferencia supondrá un 42% y un 38% menos que la media.
Kj26
Que alguien le diga a la ministra de la cosa, que encarecer las vacaciones es la mejor forma de quedarse sin turismo. Y si no quedamos sin turismo de qué vamos a vivir.