La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) trasladó este miércoles al Gobierno “el potencial” de esta industria para liderar “un momento de trasformación y transición hacia un modelo más competitivo y descarbonizado”.
La UNEF, presente, una edición más, en la Feria Internacional de Energía y Medio Ambiente, Genera 2022, acompañó a la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, durante su visita al evento que está teniendo lugar en Madrid del 14 al 16 de junio y que inauguró hoy el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Durante su recorrido por la muestra, Rafael Benjumea, presidente de UNEF y, José Donoso, director general de UNEF, les transmitieron los principales retos del sector de la energía solar en España mientras visitaban en los distintos estands a las principales compañías fotovoltaicas que forman parte de UNEF.
Esta edición de Genera 2022 se celebra en un momento transcendental para la energía fotovoltaica, en el que este sector lidera un proceso de transformación y transición hacia un modelo más competitivo y descarbonizado. Un año más, en la muestra se ha puesto de manifiesto la capacidad del sector fotovoltaico español, representado mayoritariamente por la Unión Española Fotovoltaica, para liderar la revolución energética que está impulsado la Unión Europea como parte de su plan de recuperación económica y que debe acelerarse para afrontar la crisis geopolítica causada con la invasión rusa de Ucrania y combatir definitivamente el cambio climático.
“Tenemos sol, tenemos terreno disponible y como se demuestra un año más en la Feria Genera, tenemos empresas muy punteras capaces de asumir este reto. Beneficios que nos aportan una posición muy competitiva frente al resto de vecinos comunitarios. Sin embargo, si queremos ser el país que lidere la transición energética de Europa y que la energía solar se convierta en una verdadera palanca de transformación solar debemos de ser más ambiciosos: urge revisar los objetivos que marca el Plan Integrado de Energía y Clima para acelerar el desarrollo de renovables y adaptarlos a la Estrategia Solar Europea recientemente publicada. Hoy se lo hemos trasladado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.”, ha recalcado José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica.
Durante la Feria Genera, que en esta ocasión cumple 25 años, UNEF está organizado durante los tres días de la muestra, tres jornadas para abordar las novedades del autoconsumo, entender el binomio entre sostenibilidad y energía solar y conocer las propuestas de innovación y tecnología de la industria española fotovoltaica.
Industria fotovoltaica
En la Jornada ‘Desarrollo de plantas solares con principios de sostenibilidad social y ambiental’ organizada por UNEF este miércoles, José Antonio Valbuena, consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias; Empar Martínez, secretaria autonómica de Economía de la Comunidad Valenciana, y Olga García, consejera para la Transición Ecológica de la Junta de Extremadura, compartieron las estrategias de sus comunidades correspondientes para conseguir que la energía solar sea una palanca transformadora del territorio capaz de combatir el desempleo, la brecha territorial y el cambio climático.
La industria fotovoltaica española es un sector innovador con capacidad para fabricar hasta el 65% de la cadena de valor de un proyecto fotovoltaico. De hecho, en la actualidad, España cuenta con 32 fabricantes con capacidad de producción nacional, 13 empresas tecnológicas, 15 centros de investigación y 15 universidades con actividad formativa o investigadora en fotovoltaica. Es más, en el ‘Top 10’ mundial de fabricantes de inversores, hay dos españolas.
Además, cada instalación fotovoltaica es una fuente de generación de empleo local capaz de plantarle cara a la despoblación. La construcción de un proyecto de energía solar de 100 MW genera 300-400 empleos locales mientras que el mantenimiento de una instalación de 100 MW generaría 5-10 empleos locales estables. Por otro, la población de estas zonas, habitualmente envejecidas, se benefician de mejores servicios y estructuras, gracias a los impuestos que los ayuntamientos reciben de las plantas, favoreciendo no sólo que no se vacíen definitivamente los pueblos, sino que reciban nuevos habitantes.