El empleo está sufriendo una enorme transformación, también estadística, como consecuencia del modelo de crecimiento de la economía española basado en los servicios, la precariedad salarial y la baja productividad. Según los datos de la EPA del segundo trimestre de 2023, España ha llegado por primera vez a los 21 millones de ocupados, 589.000 más que hace un año, 1,2 millones más que en el año previo a la pandemia y 303.000 más que en el inicio de la gran depresión económica de 2027. Sin embargo, ahora hay 502.000 españoles nativos menos trabajando que hace 15 años (-3%), mientras que ha aumentado exponencialmente el número de empleados con doble nacionalidad (latinoamericanos en su mayoría). Hay 750.000 más, lo que supone un alza del 404%.
También hay más 118.000 ocupados más (134%) procedentes de países de Europa ajenos a la UE (sobre todo rumanos y del Este), así como 162.000 más del resto de mundo y apátridas (31%), sobre todo africanos. Por su parte, decrece en 215.000 (-16%) el número de ocupados considerados extranjeros de América Latina, que no se han acogido aún a la doble nacionalidad.
De esta forma, en términos absolutos, en 2023 hay 17,3 millones de ocupados nacionales, frente a los 17,8 millones que había en 2007, en pleno boom de la construcción y cuando todavía coleaba algo la industria. Si en ese año representaban el 86% de la ocupación total, ahora llegan al 82%, es decir, se ha producido un descenso de cuatro puntos. Por su parte, si hace 15 años sólo había 186.000 empleados con doble nacionalidad (de su país y también española) en el mercado laboral, ahora hay 935.000. Y si antes representaban el 0,5% del empleo en España, ahora llegan al 4,4%.
En cuanto a los ocupados extranjeros totales, en 2023 alcanzan la cifra de casi 2,9 millones (casi el 70% lleva más de siete años en España) con un crecimiento del 2% desde 2007 (56.000 más) y representan el 13,6% del empleo, una décima más que en el comienzo de la gran depresión. Por lo tanto, a pesar del enjuague estadístico que proporciona la última reforma laboral -con fijos discontinuos que no se computan como parados cuando no trabajan o el auge de la contratación indefinida a tiempo parcial-, el empleo nacional es el menos beneficiado del mercado laboral español. Es la mano de obra procedente del exterior (sobre todo la que tiene nacionalidad) y de economías menos desarrolladas la que más empleo encuentra, probablemente por ese modelo de PIB y también porque estos residentes aceptan cualquier oferta laboral o salarial que les llega e incluso tienen más inclinación al autoempleo.
Todo esto está propiciando que, por ejemplo, según el INE, haya más de 150.000 vacantes de empleo sin cubrir. Un 90% corresponde al sector de servicios, particularmente en la hostelería por sus bajas condiciones salariales y su precariedad.
Evolución del empleo nativo
El récord de españoles nativos con trabajo se consiguió precisamente en el tercer trimestre de 2007 con esos 17,8 millones. Sin embargo, la cifra más elevada de ocupados con doble nacionalidad se ha logrado en este segundo trimestre de 2023, con esos 935.000, cinco veces más que hace 15 años. En cuanto al total de empleados considerados estrictamente extranjeros (es decir, no son nativos ni tienen la doble nacionalidad), el récord se alcanzó en 2008 con 11.000 más que ahora. En aquel año, había 262.000 empleados más procedentes de América Latina (muchos regresaron a su país de origen con indemnizaciones incentivadoras por parte de España y otros decidieron quedarse optando por la doble nacionalidad), mientras que ahora hay menos foráneos de la UE, frente al récord en 2019 de casi un millón.
El mayor registro de empleo de extranjeros procedentes del resto de Europa no UE se consiguió en 2006, al albur del boom de la construcción. Alcanzó los 543.000 frente a los 205.000 actuales. Por su parte, el récord de extranjeros del resto del mundo y apátridas se ha conseguido ahora.
Este descenso de la ocupación nacional y el aumento en los residentes con doble nacionalidad y en extranjeros ha sucedido, mientras que la población total en España mayor de 16 años (en edad laboral) ha aumentado en casi 2,5 millones hasta casi 40,4 millones en estos 15 años (6,5% más). Así, hay 477.000 españoles más (1,4% más) hasta llegar a casi 34 millones. Mientras, la población que tiene doble nacionalidad ha crecido en más de 1,1 millones (403%) hasta 1,4 millones.
Por su parte, la población total considerada extranjera se ha incrementado un 22% (874.000 más), hasta superar los cinco millones. De estos últimos, 338.000 son extranjeros de la Europa no UE, con un alza de casi el 200%, y 486.000 proceden del resto del mundo o son apátridas (57% más). Por tanto, en lo que respecta a los ciudadanos españoles, hay medio millón de empleos menos en estos 15 años mientras que hay casi otro medio millón más de personas en edad de trabajar.
Esta evolución se refleja también en las cifras de la población activa total, es decir, en la suma de ocupados y de parados que buscan activamente empleo. Ha aumentado en casi 1,3 millones desde 2007 (5,6% más) hasta 23,8 millones, pero sólo 303.000 tienen un empleo, mientras que casi un millón han pasado a engrosar las cifras del paro.
los trabajadores nacionales, con mayor formación y en muchos casos con sobrecualificación académica, no pueden capitalizar la ocupación existente, porque el modelo de crecimiento de los servicios les perjudica
En cuanto a los españoles, hay ahora 106.000 activos más (0,6% más) hasta 19,3 millones. Pero, es la consecuencia del mayor aumento del paro (hay 608.000 desempleados más, un 43%) y de esos 502.000 empleados menos que en 2007 (-3%). Por su parte, hay 875.000 activos más ahora (425%) con doble nacionalidad y, de ellos, 750.000 tienen empleo, mientras que 125.000 están en paro. Y hay 279.000 activos más en el grupo de extranjeros totales como consecuencia de la existencia de 56.000 ocupados más y también de 223.000 parados más.
Por tanto, la conclusión es que no es oro todo lo que reluce en el mercado laboral a pesar del récord de esos 21 millones ocupados: hay ahora más empleo que en el inicio de la gran depresión, sobre todo discontinuo y compartido; existe una mayor población en edad de trabajar; y también ha aumentado la población activa.
Pero los trabajadores nacionales, con mayor formación y en muchos casos con sobrecualificación académica (una gran parte se ve forzada a salir al exterior) no pueden capitalizar la ocupación existente, porque el modelo de crecimiento de los servicios les perjudica. Es la causa de que haya medio menos de trabajadores nativos menos que en 2007 pese al aumento de la población. Y son, además, los que soportan la mayor carga estadística de paro, ya representan el 73% del desempleo frente al 69% hace 15 años.
Manujim
De acuerdo al artículo, Rumanía es un país ajeno a la UE. Si así de fiable es el resto, apañaos vamos