El olor a neumático quemado comienza colarse por la puerta del despacho que el secretario general de Industria y de la Pyme, Raúl Blanco (Raül Blanco en sus tiempos en la Generalitat), ocupa en la planta once del Ministerio de Industria situado en la plaza de Cuzco, en Madrid.
Atento al baile de cargos ministeriales que prepara el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la ministra Reyes Maroto marcada en todas las quinielas de salida, Blanco lo tiene todo para aspirar a un puesto más elevado.
Nacido en Barcelona, en 1975, hijo de un trabajador que sufrió el cierre de la fábrica de Philips en la ciudad, licenciado en Economía, afiliado al PSC, profesor en la Universidad de Barcelona, Raúl Blanco formó parte del equipo del departamento de Presidencia con José Montilla en la Generalitat, y apostó por Pedro Sánchez en las primarias del PSOE, en las que el autor del 'bestseller' Manual de Resistencia, se impuso a Susana Díaz.
Raúl Blanco se colgó la medalla hace dos años por la venta de las fábricas de Alcoa a Parter, que ha resultado ser una estafa
Aparecer como el hombre que había cerrado la crisis de Alcoa era la guinda a una carta de presentación con la que aspirar a un puesto en el Consejo de Ministros. Un nombramiento que enlazaría con la táctica de Pedro Sánchez de acallar los tradicionales desencuentros entre el PSC y el PSOE de Ferraz a base de designaciones en empresas públicas y en el Gobierno central de socialistas catalanes.
Fue Raúl Blanco quien deslizó en el consejo de administración de Indra la conveniencia de cargarse a Fernando Abril-Martorell para colocar a Marc Murtra, también del PSC, en la presidencia de la primera compañía de defensa y tecnología española. Para Blanco, triunfar en Alcoa suponía acariciar ya la silla que todavía ocupa Reyes Maroto.
Pero el caso Alcoa amenaza ahora con incendiar Lugo y también los anhelos ministeriales de Raúl Blanco.
Tras haberse colgado la medalla por la venta de las fábricas de Alcoa en La Coruña y Avilés hace dos años, resulta ahora que aquella operación fue un despropósito, una venta en falso investigada por la Audiencia Nacional.
Y la esperada venta de la última fábrica del grupo Alcoa en España, la de San Ciprián, en Lugo, encalla después de que el Ministerio de Industria y la SEPI hayan decidido no participar en la operación, pilotada por el mismo Raúl Blanco, tras haberse comprometido a ello.
Maroto no nos vendas la moto
Los cierres anunciados de las dos fábricas por la multinacional estadounidense situadas en La Coruña y Avilés, en 2018, provocaron meses de protestas de los trabajadores y manifestaciones ante el Ministerio de Industria: "¡Maroto no nos vendas la moto!", gritaban. Pero ahí estaba Raúl Blanco para negociar, con talante, pero también con firmeza.
Es sin duda el mayor reto al que me he enfrenado en veinte años", declaró Blanco sobre la venta de Alcoa a Parter
"Es, sin duda, el mayor reto al que me he enfrentado en veinte años", dijo un sufrido Raúl Blanco en una entrevista publicada en agosto de 2019, pocos días después de que se firmara la venta de las dos plantas de Alcoa al fondo Parter Capital, asegurándose así, en teoría, el mantenimiento de la actividad y los puestos de trabajo.
"Durante todos estos meses intenté generar el mejor clima posible en la Mesa de Seguimiento" manifestó el secretario de Industria. "Hubo momentos difíciles, participantes que se levantaban y rompían la baraja, otros que posponían sistemáticamente cualquier decisión...", recordó. "Un día a día muy difícil, la verdad, pero había que sentarse, hablar, buscar acuerdos aunque no compartiéramos puntos de vista", declaró. Menos mal que estaba Raúl Blanco para negociar y evitar los cierres.
Pero aquella operación resultó ser un fiasco con apariencia de estafa. El fondo Parter compró y vendió a los pocos meses las fábricas de La Coruña y Avilés al grupo español Riesgo, de forma opaca.
Alcoa ha sido condenada a indemnizar a los cerca de 500 empleados de las fábricas de La Coruña y Avilés
A principios del pasado mes de mayo la juez María Tardón, de la Audiencia Nacional, intervino las fábricas vendidas ante los indicios de que tanto el fondo Parter como Grupo Riesgo las habrían saqueado.
La Audiencia Nacional dictó sentencia la pasada semana, explicando en la misma que ni Parter ni Grupo Riesgo eran compañías solventes que pudieran acometer una operación como la compra de las dos fábricas de Alcoa. La multinacional estadounidense ha sido condenada a indemnizar a los cerca de medio millar de empleados de ambas plantas.
Tras el despropósito de aquellas ventas, el jueves explotó el otro proceso que le quedaba por culminar a Alcoa en España y abandonar el país, la venta de la fábrica de San Ciprián. Una operación también auspiciada por Industria, Raúl Blanco, y la SEPI.
Si la SEPI ha rescatado a una compañía como Plus Ultra, ¿no hará lo mismo con una fábrica estratégica como San Ciprián?
Se trata de una planta estratégica para la economía española, la única que produce en el país aluminio primario, la última que queda de las cinco que existían en los años ochenta del pasado siglo. Si la SEPI ha rescatado con dinero público a una aerolínea como Plus Ultra, ¿no hará lo mismo con la fábrica de San Ciprián?
Raúl Blanco se vistió de nuevo el pasado año con la camiseta de las protestas de los trabajadores de Alcoa, la misma que guarda en su despacho con el eslogan 'Alcoa no se cierra', y diseñó un nuevo proceso de venta de la planta de San Ciprián.
Las fuentes consultadas por este diario explican que desde el Ministerio de Industria se facilitó un potencial comprador para la fábrica gallega de Alcoa, el grupo Liberty House. Durante el pasado año Alcoa negoció la venta a Liberty, pero en septiembre se rompieron las negociaciones.
Industria delegó cobardemente el jueves en la subdelegada del Gobierno en Lugo la posición ante Alcoa
El Ministerio de Industria culpó entonces a Alcoa del fracaso de las conversaciones. "La compañía norteamericana ha rechazado sistemáticamente todas las ofertas que se han puesto sobre la mesa en las últimas semanas, tanto desde el comprador interesado, Liberty House, como del propio Gobierno de España, que estaba dispuesto a comprar temporalmente la planta a través de la SEPI, para venderla inmediatamente a continuación a los británicos de Liberty", aseguró el Ministerio en un comunicado enviado el pasado mes de septiembre.
Pero si la opción del fondo Parter Capital como comprador de las plantas de La Coruña y Avilés resultó ser una engañifa, la de Liberty tampoco era todo lo solvente que se esperaba.
En marzo afloró la crisis de la británica Greensill, especializada en la financiación a empresas de pagos adelantados a proveedores, y que había financiado la tremenda y arriesgada expansión en Europa del grupo Liberty, que en los últimos años ha ido amasando fábricas industriales en problemas en distintos mercados europeos. De esta forma, la alternativa de Liberty como comprador de San Ciprián comenzó a desvanecerse.
El comité de empresa de Alcoa llama a la movilización el domingo en la fábrica de San Ciprián
Hace dos semanas, Alcoa inició las negociaciones para la venta de la fábrica con seis potenciales compradores, seleccionados también por el Ministerio de Industria, que podrían comprar el activo después de que lo hiciera la SEPI.
Sin embargo, el jueves la SEPI comunicó su decisión de no participar en la operación, encendiendo los ánimos de los trabajadores de Alcoa.
El Ministerio de Industria calló el jueves, y delegó la comunicación de la situación sobre Alcoa en la Subdelegada del Gobierno de Lugo, Isabel Rodríguez, que lanzó por la tarde un comunicado explosivo tildando a la multinacional estadounidense de chantajista, como ha publicado este diario. También la sepi hizo mutis por el foro.
"Llamamos a la unidad de acción. Pedimos que este domingo vaya mucha gente a San Cibrao a participar en la concentración. Es muy importante. ¡Todos a San Cibrao!" alentó el viernes José Antonio Zan, presidente del comité de empresa de Alcoa. El olor a neumático quemado se cuela ya por la puerta del despacho de Raúl Blanco.