Dicen que quien corre una maratón es capaz de afrontarlo todo. Como resucitar los negocios de Telefónica en Latinoamérica. Quizá José María Álvarez-Pallete, que ha transitado varias veces esos 42.195 metros, pensó en otro hombre que también lo ha hecho -y dicen que lo hizo en menos de tres horas-, para coger el toro por los cuernos de las filiales del operador al otro lado del océano.
Hablamos de Alfonso Gómez, quien ha sido coronado como responsable de impulsar los negocios allende los mares (Argentina, Venezuela, Perú, México, Colombia, Chile...). No todos, para ser precisos. Brasil, el único que da alegrías por allí, queda fuera de sus atribuciones. Gómez bailará con las más feas.
Ha sido entronizado como el Equipo A del operador; una labor tan romántica como peligrosa. Debe encargarse de lo más complicado: lo que ha quedado fuera del foco de la compañía -Pallete dixit-. El presidente sólo mecerá a España, Brasil, Reino Unido y Alemania.
El presidente colombiano Álvaro Uribe liquidó Telecom Colombia pero Alfonso Gómez le insufló vida y lo convirtió en un caramelo para Telefónica
Telefónica selecciona. Están sus hijos pródigos y los de adopción, como es el país de la samba. El que ha sabido llevar el ritmo para sortear la inflación, el virus maldito que azota a Telefónica en Latinoamérica. El operador avisa a navegantes; vale cualquier fórmula para mejorar el comportamiento de los negocios que peor funcionen en la región: ventas, fusiones, compras, reorganizaciones -de nuevo Pallete dixit-. Es algo que hacía falta, que se veía venir, dicen, ventajosos, ahora los analistas.
Es lo de la paja y el grano. Y toda la paja es para Gómez. El grano se queda en el granero. Gómez ha estado antes en situaciones complicadas, peores que ésta. En 2003 Telecom Colombia, el operador de su país natal, fue liquidado después de agonizar un largo tiempo. Recibió la tarea de revertir la situación. Y no se lo mandaba cualquiera. Lo ordenaba Álvaro Uribe, presidente del país entonces. Lo fue de nuevo años después.
Quien nos ocupa llevaba sólo unos meses al frente del operador y obró el milagro tras el derrumbe de una compañía de bandera que representaba entonces lo que hoy Telefónica para los españoles. Gómez se echó el muerto sobre las espaldas y le insufló vida. Lo hizo con mucho ingenio y maña, con fórmulas poco ortodoxas pero efectivas, dicen quienes le han visto trabajar.
Ya con el latido del moribundo estable, el Gobierno del país sacó la compañía a subasta y Telefónica tiró de chequera tras comprobar su dentadura. Tenía más años de vida. En el baúl de la renombrada como Colombia Telecomunicaciones iba también Alfonso Gómez. Desde entonces ha vivido apagando fuegos en los negocios del operador español en Latinoamérica. Un calentamiento al que Pallete ha puesto fin tras superar el medio siglo de vida. Le acaba de dar el brazalete de capitán.