"No vamos a comentar nada por el momento", se limitan a responder a este diario desde el Atlético de Madrid sobre su posición en la Asamblea que ratificó el acuerdo de La Liga con CVC (con el apoyo de 37 de los 42 clubes).
El consejero delegado del Atlético de Madrid, Miguel Ángel Gil Marín, dio su apoyo al acuerdo en calidad de vicepresidente primero de La Liga. Toda una paradoja si se considera que el pacto es un antídoto frente a la Superliga europea de Florentino Pérez, de la que el propio club colchonero fue cofundador en abril. Durante su desarrollo, el presidente del Real Madrid impuso entre los fijos al Atlético de Madrid sobre el Sevilla, otro equipo que ha peleado por tener un lugar. Tras el rechazo popular a la Superliga, Gil Marín se mantuvo como vicepresidente de La Liga después de disculparse con la Comisión Delegada y pese a las reticencias de algunos clubes.
A finales de agosto, la Asociación Europea de Clubes (ECA) readmitió al Atlético de Madrid tras su expulsión por la Superliga, al reconocer su "voluntad declarada de participar activamente con la ECA en su misión colectiva de desarrollar el fútbol de clubes europeos, en interés abierto y transparente de todos, no de unos pocos".
"El Consejo Ejecutivo de la ECA tomó en consideración el reconocimiento por parte de los clubes (cofundadores de la Superliga, como los ingleses, Inter y Milan, y el Atlético) de que el proyecto no era de interés para la comunidad futbolística en general, y sus decisiones públicamente comunicadas de abandonarlo por completo", indicaba el organismo ahora presidido por el jeque catarí dueño del PSG, Nasser Al-Khelaifi, uno de los grandes aliados de la UEFA ante la iniciativa de Florentino Pérez.
El club que preside Enrique Cerezo, amigo personal de Florentino Pérez, comparte su alternativa como medida de presión, en tanto el ente que preside Aleksander Ceferin no acceda a ceder a los clubes parte del negocio del fútbol europeo
Sin embargo, el Atlético de Madrid sigue legalmente vinculado a la empresa de Pérez, al igual que los demás cofundadores de la Superliga, según ha podido confirmar este diario. El club rojiblanco no se ha desligado por completo de dicha iniciativa contra la cual Tebas ha estructurado el acuerdo con CVC. Tampoco se espera que lo haga en el futuro. Más allá de los 300 millones de euros de penalización que tendría que pagar, la posición colchonera es que Florentino tiene en parte razón.
No contra CVC, que también ha estado indirectamente ligado a la Superliga y está preparado para ella, pero sí contra la UEFA. El club que preside Enrique Cerezo, amigo personal de Florentino, comparte su alternativa como medida de presión en tanto el ente que preside Aleksander Ceferin no acceda a ceder a los clubes parte del negocio del fútbol europeo, ahora bajo su entero control. "Nosotros hemos cedido en el formato, pero ellos no quieren ceder nada", han señalado fuentes de la Superliga.
Carlos Slim, como el Atlético de Madrid
Esa es la batalla de fondo que se libra ahora, tras el rechazo que sufrió la primera iniciativa del Real Madrid, Barcelona y Juventus, a nivel mediático y político. Los socios del primero están ayudando a los otros a capear las presiones del establishment UEFA y, sobre todo, el temporal de la pandemia, como lo muestra el asesoramiento de Key Capital a la financiación del Espai Barça y el auxilio de JP Morgan a los Agnelli.
En el caso del Atlético, la entrada del fondo norteamericano Ares en su accionariado a mediados de año le ha aportado una inyección de capital que le ha permitido sortear buena parte de sus dificultades financieras, empezando por cancelar parte de su deuda con Carlos Slim por el Wanda Metropolitano.
El propio multimillonario mexicano, dueño de la constructora FCC que hizo el Wanda y construye el nuevo Santiago Bernabéu del Real Madrid, controla al Real Oviedo de Segunda, uno de los pocos equipos de LaLiga que se ha plantado ante su acuerdo con CVC.
