El Atlético de Madrid ha decidido mantener su contrato publicitario con la compañía israelí Plus500, proveedora de servicios y productos financieros (CFD), que supone su principal fuente de ingresos por el concepto del patrocinio, hasta junio de 2022.
El club dirigido por Enrique Cerezo y Miguel Ángel Gil Marín y con el israelí Idan Ofer como principal accionista se ha reafirmado en su apuesta por este patrocinador que fuentes cercanas a la Comisión Nacional del Mercado y Valores consideran que no se debería publicitar en instituciones con el alcance social del Atlético de Madrid.
"Los productos que ofrece (Plus500) no son desde luego adecuados para un inversor minorista como los muchos que potencialmente ven un partido de fútbol. Se trata de productos de inversión que encierran un nivel de riesgo muy alto y que no se deberían publicitar desde lugares como la camiseta de un equipo (como en el caso del 'Aleti'). Deberían introducirse limitaciones, como se ha hecho en otros países", comentan fuentes cercanas al órgano regulador de los mercados.
Las mismas fuentes ahondan en que el órgano no tiene potestad para legislar sobre la materia pero señalan que ya ha trasladado la situación a la patronal de los clubes de fútbol, La Liga, y al Congreso de los Diputados, para que aprueben una ley que impida contratar este tipo de publicidad en el fútbol. El Gobierno, por lo pronto, ha prohibido la publicidad de las casas de apuestas a partir de la próxima temporada.
Situación del 'Aleti'
"Plus500 cumple con todas las normativas, licencias y criterios de cumplimiento en Europa. Es una empresa ejemplar en ese sentido y estamos contentos de tenerlos como patrocinador principal", responden fuentes cercanas al Atlético de Madrid.
Las mismas fuentes precisan que la renovación del contrato hasta mediados de 2022 se abordó en los últimos días y fue un alivio para las arcas del club colchonero, de la que todavía no se han publicado las cuentas. Evitan precisar si la cuestión regulatoria se ha incluido en el nuevo contrato con la operadora israelí.
Según ha trascendido, la deuda neta del club rondaría ya los 600 millones, si bien el desfase con sus ingresos habría crecido menos de un 15%. Durante el estado de alarma, el club aplicó un Expediente de Regulación Temporal de Empleo a 430 empleados (el Estado le ahorraría hasta 1.400 euros por empleado) y rebajó en un 70% el salario a los jugadores. Los directivos no se bajaron la retribución salarial; complementaron a partes iguales con los jugadores el sueldo a los 430 empleados en ERTE.
De acuerdo a la patronal de los clubes, el Atlético de Madrid debe reducir sus salarios en otro 27%
A cierre de la temporada 2018/2019, las cuentas del club reflejan un patrimonio neto positivo de 95 millones (valor total de activos menos pasivos) pero un fondo de maniobra negativo de 147 millones (esto es, que los activos corrientes están muy por debajo del pasivo corriente). Entre sus deudas sobresale la que tiene con la entidad de crédito Inbursa del decimosegundo hombre más rico del mundo, Carlos Slim, para pagar el Wanda Metropolitano, por 182 millones a cierre del ejercicio 2018/2019. Según las mismas cuentas, se preveía un pago de 20 millones para esta temporada.
De acuerdo a la patronal de los clubes, el Atlético de Madrid debe reducir sus salarios en otro 27% a lo largo de esta temporada, la cuarta mayor rebaja de La Liga tras las del Barça, Levante y Betis.
Situación de Plus500
Paralelamente, Plus500, fundada en 2008, cerró el primer semestre de 2020 con 564,2 millones de dólares en ingresos, casi el triple que en los primeros seis meses de 2019. En el mismo período, la compañía registró un incremento del 250% en su cartera de clientes.
A preguntas de Vozpópuli, la empresa no ha desglosado sus ingresos por mercados geográficos, si bien ha reivindicado ser líder en España, y tener presencia en más de 50 países. Es patrocinador del Atlético desde 2015.
Los clientes de Plus500 pueden intercambiar CFD, esto es, contratos entre dos partes, el comprador y el vendedor, en los que el vendedor se compromete a pagar al comprador la diferencia entre el valor actual de un activo subyacente (acciones, índices, divisas o bonos) y uno futuro.