Pedir créditos cada vez está más caro. Los bancos han encarecido a un ritmo del 16% interanual los préstamos al consumo en medio de una crisis de precios (la inflación está todavía en el 3,5% y se prevé que cierre el año en el 4%) que coincide con la nueva era tipos altos durante más tiempo. Y las familias ya afrontan la factura más elevada de los últimos nueve años para este tipo de crédito.
El tipo medio ponderado TEDR, que equivale a la TAE (tasa anual equivalente) sin incluir comisiones, para los nuevos préstamos para financiar gastos imprevistos superó la barrera del 8%. A cierre de agosto, según los últimos datos disponibles del Banco de España, el precio para las nuevas operaciones alcanzó el 8,24%. Se trata de un nivel que no se veía desde septiembre de 2014.
El crédito al consumo suele ser más caro porque los bancos asumen más riesgo para su devolución. Pero en España tradicionalmente se han aplicado tasas de interés más elevadas que en Europa, que han llegado a superar el 25% en algunos tramos.
En las operaciones de más de cinco años es donde las entidades cobran más. Para el nuevo crédito al consumo en este tipo de plazos, el tipo medio ponderado alcanza el 8,74%. Para préstamos de menos de un año, el precio se reduce considerablemente al adelantar la devolución: del 4,8%.
Advertencias del Banco de España
Los préstamos al consumo suelen ser más fáciles de obtener, ya que las entidades financieras se cubren del riesgo de impago con altos intereses. Desde el Banco de España precisamente se advierte de que es la financiación más cara que un banco puede ofrecer. Estos créditos se conceden por un importe superior a 200 euros e inferior a los 75.000 euros.
Las tarjetas de crédito también suelen ser una solución que utilizan las familias para cubrir gastos imprevistos. Pero en este caso los intereses se disparan por encima del 18%. Este tipo de negocio mueve alrededor de 11.800 millones teniendo en cuenta también las tarjetas revolving, que permiten pagar las compras a plazos a costa de esos elevados intereses.
Dada la naturaleza de este producto, el Banco de España considera como operación nueva el saldo vivo a fin de cada mes, y no el importe concedido en el mes. Por este motivo, las cifras son más abultadas que en el crédito nuevo destinado al consumo, que alcanzó los 2.347 millones en agosto.
Buen negocio para los bancos
Durante la era de tipos negativos, los bancos se centraron en el negocio del crédito al consumo para obtener ingresos. En un contexto con los tipos en niveles récord de hace 22 años, esta estrategia se puede repetir como alternativa al desplome de la demanda de hipotecas y del crédito a empresas por los elevados costes.
Las nuevas hipotecas caen a un ritmo mensual del 31%, con los precios en máximos de 2009 (en el 3,84%). Y los equipos financieros de los bancos trabajan con la previsión de que la concesión se desplome entre un 20% y un 30% en tasa interanual al cierre de ejercicio. En el caso de los préstamos a empresas, las formalizaciones se hunden a un ritmo mensual de casi el 40%.