El consumo interno lleva marcando el rumbo de la economía española en los dos últimos ejercicios. En el Plan Presupuestario 2024 que el Gobierno envió a Bruselas a finales del pasado año ante las dudas que suscitaba la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para el año en curso, el Ejecutivo asegura que “el consumo se acelerará en 2024, apoyado en el dinamismo del mercado de trabajo, la mejora de la capacidad adquisitiva de los hogares y la confianza”.
El Banco de España coincide con el Gobierno. En su último informe trimestral de la economía española de este mismo mes de junio, la institución monetaria destaca que “el consumo de los hogares, que será el componente con una mayor aportación positiva al crecimiento del PIB, mostrará un dinamismo creciente en los próximos trimestres, favorecido por el incremento de las rentas reales -en consonancia con la evolución prevista de la creación de empleo, de los salarios y de la inflación-, el aumento de la población y la mejora de la confianza de las familias”.
Según sus últimas proyecciones, el PIB crecerá este año un 2,3% y la demanda nacional contribuirá con 2,1 puntos porcentuales y la demanda exterior, con apenas dos décimas. El crecimiento del consumo privado será del 2,4% en términos interanuales.
Hay algunos indicadores que se empeñan en poner en duda todos los pronósticos. La compraventa de viviendas cayó en marzo un 19,3% en tasa interanual y en el primer trimestre de 2024 acumula un descenso del 5,6%, de acuerdo con los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística. El INE también recoge una caída del 19,3% en el número de hipotecas firmadas en el mismo mes y del 8,3% en el acumulado del año.
Los datos de financiación bancaria, sin embargo, son incuestionables a la hora de mostrar el rumbo de la economía española. Y los del primer cuatrimestre muestran que el recurso al endeudamiento de los hogares españoles no encuentra límite. Según las cifras del Banco de España, entre enero y abril, la banca española ha prestado a las familias, a través de nuevas operaciones, 38.039 millones de euros para la compra de viviendas, adquisición de bienes de consumo duraderos y otros fines, con un incremento del 15,66% en relación con las cifras del mismo periodo del año anterior y del 100% si la comparación se efectúa con 2012, cuando estalló la crisis de deuda soberana en los países del sur de Europa.
Habría que remontarse al año 2010 para encontrar una cifra más alta. En los cuatro primeros meses de ese año, la financiación bancaria ascendió a 43.176 millones de euros. Un año antes, en 2009, cuando en España aún no se habían dejado sentir las réplicas del terremoto que supuso la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, los bancos habían prestado a las familias más de 52.200 millones.
Más crédito pese a la política monetaria
Una de las cosas que más sorprende del volumen de créditos y préstamos concedidos por la banca a los hogares es que se haya producido cuando el Banco Central Europeo ni siquiera había movido ficha en el camino de relajar su política monetaria. La primera bajada de tipos en muchos años se llevó a cabo a principios de junio y supuso un recorte de 25 puntos básicos, hasta el 4,25%.
Las familias, pues, no han esperado a que se produzcan nuevos recortes de los tipos oficiales del dinero (ya anunciados por la institutción que preside Christine Lagarde) y de esa forma abaratar algo su coste. El tipo medio ponderado de un préstamo hipotecario en el mes de abril era del 3,60%; el de un crédito al consumo, del 8,78%, y el de la financiación para “otros fines”, del 6,46%, según el Banco de España.
Los préstamos hipotecarios suponen el 53% del volumen total de financiación a las familias, con 20.136 millones de euros en los cuatro primeros meses del año. Esta cifra es un 13,88% superior a la del mismo periodo del pasado año. Sólo en el mes de abril, las entidades financieras prestaron a las familias 5.778 millones de euros, nada menos que un 36,5% más que en el mismo mes de 2023.
Para encontrar una cifra superior es necesario retroceder hasta abril de 2009, cuando se superaron los 6.760 millones. La mayor cifra prestada en un mes de abril para la compra de una vivienda se produjo en 2005 con 13.382 millones de euros.
Los segundos créditos más demandados son los destinados a la compra de bienes de consumo duraderos, como automóviles, motos, muebles... En los cuatro primeros meses se han firmado nuevas operaciones por un importe de 11.993 millones de euros, un 19,4% más que en los mismos meses del año anterior. Los clientes se han decantado por los créditos bancarios en lugar de utilizar la tarjeta de crédito, cuyo saldo final en abril se mantenía estable en el entorno de los 10.700 millones.
El tercer y último apartado acerca de los diferentes tipos de créditos aluden a “otros fines”. Sumaron en el periodo analizado 5.910 millones, un 14,9% más que un año antes, aunque no hubo variación significativa respecto al mes anterior.
marqueslinchado
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