Economía

El acto más "irresponsable" de Sánchez: "Tarde o temprano, sufriremos otra crisis de deuda"

Feijóo culpó a su adversario en la investidura de dejar a España "muy vulnerable" en un contexto de enorme incertidumbre. Los banqueros de inversión no pierden de vista la prima de riesgo

  • Un bróker analiza las cotizaciones bursátiles. -

Llama la atención la clarividencia con la que un banquero de inversión lanza el augurio: "Tarde o temprano, sufriremos otra crisis de deuda". Lo afirma, con total seguridad, en la sede del banco en la capital. Representa los intereses en nuestro país de una multinacional financiera y tiene asumido que las costuras del mercado europeo de deuda reventarán en algún momento. Otra cosa es el alcance que pueda tener la detonación.

Pocos gurús predicen una explosión similar a la de 2012, pero sí hay coincidencia al valorar el riesgo de nuevas turbulencias. Y si los mercados se tambalean, España estará en el ojo del huracán. No hay otro país que haya incrementado tanto la deuda pública en los últimos años. El dato se lo arrojó a Pedro Sánchez desde la tribuna Alberto Núñez Feijóo, en su discurso de investidura del martes.

El candidato popular reprochó al presidente en funciones la actitud "lamentable e irresponsable" de su coalición. Con el primer calificativo se refería al papelón del Ejecutivo, que ha incrementado en más de 350.000 millones la deuda pública durante la legislatura (el doble que la media europea), pese a recibir "una cantidad de fondos histórica" de la UE. Feijóo aclaró luego por qué llama a Sánchez "irresponsable": "Nos hace muy vulnerables en el contexto europeo de recuperación de las reglas fiscales".

El presidente del PP no hizo más que exponer lo que algunos economistas y empresarios le han recordado en las conversaciones mantenidas desde que se instaló en Génova. La combinación de deuda pública e inestabilidad política convierten a España en un foco perfecto de contagio si vuelven las turbulencias en los mercados. Ambos factores están desbordados en nuestro país, con la cuarta mayor deuda de la Eurozona (112,8%, según Eurostat) y la posibilidad de que un político 'pirómano' (Carles Puigdemont) se convierta en el sostén del próximo Gobierno.

España es carne de cañón ante las distorsiones que arrastra el sistema financiero. Durante casi una década, el Banco Central Europeo (BCE) ha mantenido a raya la deuda soberana de los países con más vulnerabilidades, como el nuestro. Cuando la Eurozona ya cerraba casi la herida de la crisis financiera, llegaron la pandemia y la guerra de Ucrania. Y con ellas, la inflación desbocada (en septiembre ha vuelto a dispararse nueve décimas, hasta el 3,5%). Un cóctel explosivo que obligó al BCE a buscar un complejo equilibrio entre la retirada progresiva del apoyo financiero a los países y el endurecimiento drástico de los tipos de interés.

Los pasos de la institución en Fráncort son conocidos. En 14 meses, ha subido diez veces el precio del dinero. El 26 de julio de 2022, los tipos de interés estaban en el 0%; hoy ascienden al 4,5%. El BCE ha batido un récord de velocidad en la aplicación de las subidas y está a punto de alcanzar otro. El techo de los tipos en la Eurozona está en el 4,75%, registrado en octubre de 2000.

Paralelamente, el organismo que preside Christine Lagarde lleva más de un año sin ejecutar compras netas de deuda soberana. Sin embargo, ha seguido reinvirtiendo en bonos que vencían, con el fin de mantener a raya cualquier amago de turbulencia, con una guerra viva en el corazón de Europa. Hay dos programas todavía en marcha, denominados PSPP y PEPP. El primero es más antiguo y se activó para ayudar a los Estados y las entidades financieras a salir de la anterior crisis financiera. El segundo se activó para mitigar el impacto de la pandemia.

deuda prima de riesgo
La presidenta del BCE, Christine Lagarde. EP

Podría afirmarse que la deuda española sigue 'medicada', aún tiene cierta red de protección. La gran pregunta que se formulan los analistas es: ¿Qué ocurrirá cuando España camine sin ayuda en los mercados, en pleno retorno de las reglas fiscales? El BCE sigue soltando lastre. El pasado julio, según el último balance del PEPP, se deprendió de 2.722 millones de deuda española. Gestores reconocidos como Daniel Lacalle siempre han insistido en que "la prima de riesgo raramente anticipa un problema, es la manifestación del mismo”. Es decir, cuando el diferencial se dispara, es complicado frenarlo.

Hasta el momento, la prima de riesgo española se mantenido bajo control. El pasado 30 de junio cruzó el umbral de los 100 puntos, pero se ha estabilizado en torno a los 110. Esta misma semana, tras el debate de investidura, el interés del bono español a 10 años superó el 4% por primera vez en ocho años. Este nivel no invita a la celebración por varias razones. Otras economías similares a la española presentan mejores indicadores. El ejemplo más evidente es el de Portugal, cuya prima de riesgo está afianzada en torno a los 75 puntos.

La gran vulnerabilidad de la deuda

"El elevado déficit y deuda pública sigue siendo la principal vulnerabilidad de la economía española y más aún en un entorno de tipos de interés elevados", señalaba en su informe de julio el Instituto de Estudios Económicos (IEE). "Cualquier duda sobre la consolidación fiscal en España puede elevar la prima de riesgo y, con ello, el coste de financiación del sector público, drenando recursos para otras políticas públicas necesarias para incrementar la competitividad de la economía española y el bienestar de los ciudadanos".

Coincide en la tesis el Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo advirtió también en verano de que "las turbulencias en el sector financiero podrían retornar conforme los mercados se adaptan al nuevo endurecimiento de la política por parte de los bancos centrales". El organismo recordaba que si las primas de riesgo vuelven a repuntar, "los países deberían proporcionar liquidez sin demora", propiciando un "ajuste fiscal" con cuidado de no dañar a la población "más vulnerable".

El grado de exposición de España a las turbulencias será elevado mientras que el BCE se mantenga inflexible con su política monetaria. Las previsiones de los analistas apuntan a que los tipos de interés tocarán techo este otoño. Sin embargo, el precio del dinero no empezará descender hasta mediados de 2024. El próximo Gobierno tiene garantizado que circulará por un camino con muchas curvas. Sobre todo, si depende de las exigencias de un político 'pirómano'.

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