Economía

El Barça retrasa seis meses el fin de las obras del nuevo Camp Nou

El club ha modificado el calendario de obras para capear la crisis de suministros con el visto bueno de su principal acreedor y financiero, Goldman Sachs

  • Imagen del proyecto del Espai Barça.

La crisis de suministros golpea a los grandes proyectos de nuestro país, y el nuevo Camp Nou no es una excepción. La directiva del Barça ha estimado conveniente acceder a un retraso de entre tres y seis meses para el fin de las obras, que se prevé que se extiendan hasta la temporada 2025/2026.

El nuevo calendario implica un diferimiento de alrededor del 12,5% de los trabajos que guarda cierta relación con la espiral inflacionaria en España de los costes de la construcción. Según distintos agentes del mercado, dichos costes se elevaron en alrededor de un 15% en 2021, una espiral que se ha visto agravada este año por los problemas de abastecimiento de materiales derivados de la guerra en Ucrania.

El cambio en el proyecto del Camp Nou llega, resaltan fuentes consultadas, tras distintos encuentros con Goldman Sachs, el principal acreedor del club con el que la Ejecutiva de Joan Laporta negocia la financiación del proyecto desde antes de su aprobación por los socios.

La ejecutiva del Barça ha conseguido ya la licencia municipal para iniciar las obras este mismo junio, y durante la temporada 2022/2023 se abordarán trabajos sobre la primera y segunda gradería, la parte tecnológica del estadio y su urbanización exterior. Sin embargo, el grueso de las actuaciones se ha aplazado al verano de 2023: se trata de las labores correspondientes al derribo de la tercera gradería.

En esa temporada, el Barça jugará previsiblemente sus partidos en el estadio olímpico de Monjtuic, para lo cual ultima un acuerdo con el ayuntamiento de Barcelona. En la 2024/2025, el club blaugrana volvería a jugar en el Camp Nou con un aforo del 50%, a la espera de poder terminar la reforma la temporada siguiente.

Un negocio similar al del nuevo Bernabéu

En cuanto a las obras, desde el club cuentan con rubricar todas las adjudicaciones no más tarde de octubre de este año. Entre las candidatas sobresale una con especial 'expertise' en el mundo del fútbol, FCC, responsable de las obras del nuevo Santiago Bernabéu del Real Madrid, el Wanda Metropolitano del Atlético de Madrid y el propio Estadio Cornellà-El Prat en Barcelona del Real Español. También aparecen como opciones grandes constructoras como Ferrovial, Acciona y Sacyr.

Por lo pronto, el club se ha asegurado el grueso de los ingresos ordinarios previstos por el aforo del Camp Nou para la temporada 2022/2023. Con el derribo de la tercera gradería en medio, los ingresos se hubieran limitado al 50%.

La previsión es que el nuevo complejo del Espai (Camp Nou y Palau Blaugrana) reporte en plenitud alrededor de 400 millones de euros de facturación al año, una cifra similar a la que generaría el nuevo Santiago Bernabéu del Real Madrid de la mano de la empresa americana Legends (que se llevaría el 20%). Para la reforma de su estadio en Concha Espina, los blancos han solicitado financiación por 800 millones que, incluidos los intereses, superarán los 1.000 millones.

El Barça se endeuda con Goldman Sachs

En los últimos días, el Barça ha acordado con Goldman Sachs una ampliación del crédito puente para financiar el inicio de las obras de 90 millones de euros a 180 millones, una cifra ajustada al nuevo presupuesto planteado por la Junta de Laporta.

La inyección vehiculada por el banco de inversiones americano se incluye dentro de los hasta 1.500 millones que negocia solicitarle el Barça para las obras del Espai, y se suma a los alrededor de 600 millones que el banco americano ha prestado ya al club para sortear sus problemas económicos.

En este sentido, desde el Barça aseguran que la financiación del conjunto de las obras del Espai no excederá bajo ningún escenario los 1.500 millones de euros de principal (sin contar los intereses). Estimaciones no oficiales apuntan a que la devolución del préstamo costaría al Barça unos 60-70 millones de euros al año a partir de 2026 durante 30 ejercicios, tras los cuales los ingresos revertirían por completo en el club.

Desglose del proyecto

De los 1.500 millones de presupuesto, 900 millones irían a destinados al Camp Nou. En concreto, a elevar su capacidad de 99.354 personas hasta unos 105.000 espectadores y modernizarlo, con un nuevo 'bowl' que haría de pantalla gigante y puente de interactividad con el público, su preparación para el uso de las ventajas del 5G y una cubierta fotovoltaica.

Otros 420 millones del préstamo irían a financiar el nuevo Palau, cuya capacidad crecería en un 50%, hasta los 15.000 espectadores, y se erigiría en el pabellón con mayor inversión en España. Esta línea de financiación también costearía el Petit Palau, una pista de hielo y un parking de autobuses.

En suma, alrededor de 100 millones se destinarían a la urbanización del entorno (con un espacio de hoteles y oficinas) y al Campus Barça, 60 millones se utilizarían para otras actuaciones comprometidas con el ayuntamiento de Barcelona, y unos 20 millones se reservarían para posibles mejoras del estadio de entrenamiento Johan Cruyff.

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