La cifra de deuda del conjunto de las administraciones públicas, 1.569.000 millones de euros a cierre de junio de este año, el equivalente al 113% del producto Interior Bruto, según la última estadística del Banco de España, hace pequeño cualquier otro dato por importante que sea. En definitiva, cada español llega al mundo con una deuda pública individual de 32.454 euros, que año tras año sigue aumentando por el simple hecho de que España tiene necesariamente que endeudarse para poder pagar los intereses de lo que ya debe.
Pero hay otra deuda, menos conocida quizás, pero que afecta más directamente al bolsillo de los españoles y a sus condiciones diarias de vida. Es la deuda bancaria. Las familias españolas debían al término del mes de julio del año en curso un total de 679.564 millones de euros a los bancos. Esa cifra se corresponde con el salvo vivo de los créditos para la compra de una vivienda que tienen contraídos los ciudadanos, 499.922 millones de euros, cantidad a la que hay que añadir el montante de los créditos al consumo y para otros fines, que asciende a otros 179.642 millones, de acuerdo con los últimos datos recogidos por el Banco de España.
La deuda hipotecaria sigue siendo la más elevada
La circunstancia de que la deuda bancaria de las familias se haya venido reduciendo año tras año, con algunas excepciones, desde que en el año 2008 alcanzara sus niveles máximos, parece querer restarle importancia el problema. Pero la realidad es que cada familia española debe una media de 36.536 euros, teniendo en cuenta que en España están censados alrededor de 18,6 millones de hogares por el Instituto Nacional de Estadística. A título individual, la deuda ascendería a 14.056 euros, teniendo en cuanta que España tiene una población, según el último censo provisional, de 48,345 millones de habitantes.
La deuda hipotecaria sigue siendo la principal, la más elevada. Con los datos acumulados de los siete primeros meses de este año, al saldo vivo de los créditos hipotecarios (el dinero que todavía deben los españoles a los bancos por la financiación de la compra de su vivienda) ascendía a 499.922 millones, o lo que es lo mismo, 26.877 euros por familia.
A nadie puede extrañar este dato. Según el INE, el número de operaciones de compraventa de viviendas registradas en la primera mitad de este año alcanzó las 315.800. Solo en el mes de junio, último dato publicado, se llevaron a cabo 53.999 transacciones, un 4,5% inferior a la del mismo mes del pasado año. El pasado año, las operaciones de compraventa de vivienda movieron en los bancos en nuevas operaciones financieras un total de 65.220 millones de euros, cuando en 2021 se quedaron en 59.425 millones, según el Banco de España.
¿Qué ha sucedido?
Hace diez años, en 2013, las cosas iban de otra manera, aunque la deuda hipotecaria de los hogares ascendía a 615.065 millones de euros y la deuda bancaria total, a 798.974 millones de euros, lo que equivale a hablar de 33.763 y 43.857 euros, respectivamente por familia. Y eso, a pesar de que los bancos apenas concedieron en ese ejercicio 23.854 millones de euros en préstamos hipotecarios.
¿Qué ha sucedido desde entonces? Que los españoles empezaron a apretarse el cinturón ante las nuevas condiciones económicas nacidas tras la crisis financiera internacional de 2008 y desde entonces se amortizan más créditos hipotecarios de los que se conceden. De ahí que la deuda global por este concepto se haya reducido desde los 656.854 millones de euros que se marcaron como máximo en diciembre de 2010, hasta los actuales 499.922 millones. Es una reducción del 23,9%, que solo ha suavizado el problema.
Para hacerse una idea de cómo evolucionaron los créditos para la compra de una vivienda en los locos años de la abundancia basta indicar que en abril de 2004, el saldo vivo de los créditos hipotecarios estaba situado por debajo de los 300.000 millones de euros: en concreto, en 294.768 millones. En poco más de seis años se más que duplicó, al ritmo frenético de una economía a la que le quemaba el dinero en las manos.
En los siete primeros meses del año, el ritmo de concesión de créditos hipotecarios sigue frenándose. Según el Banco de España, la banca ha concedido en nuevos préstamos para la compra de una vivienda un total de 33.436 millones de euros, un 17,53% menos que en el mismo periodo del año anterior.
Pero la deuda bancaria de los hogares españoles tiene un segundo componente: son los créditos al consumo y para otros fines, concedidos fundamentalmente para la compra de automóviles, motocicletas, televisores y ordenadores de alta gama... El saldo vivo de estos estos créditos ascendía a finales de junio pasado a 179.642 millones de euros, el equivalente a 9.658 euros por familia o 3.716 euros por habitante. La cifra de julio está entre las más elevadas desde noviembre de 2020, cuando se llegaron a superar los 190.000 millones.
Según los datos del Banco de España. La deuda contraída por las familias en créditos al consumo lleva moviéndose entre los 180.000 y 190.000 millones de euros en los últimos cinco años, concretamente desde agosto de 2018.
En los siete primeros meses de este año, los bancos han concedido un total de 18.548 millones de euros nuevos, cifra que supone un aumento del 8,27% en relación con la del mismo periodo de 2022. Tradicionalmente, uno de los mejores meses para solicitar un crédito al consumo es el de noviembre, que con el “black friday” marca el inicio de la campaña de compras navideñas.
Sevilla
Y eso quién lo dice, yo no debo nada.
Yorick
¿Y...? Eso es lo que firmaron, ¿no? A otra cosa.