Economía

El sector del vapeo español pega un frenazo por la ofensiva del Gobierno contra el tabaco

De acuerdo con las estimaciones del sector, se estimaba que a finales de este año el número de vapeadores en España iba a superar las 600.000 personas

  • Vapeador

Hasta hace poco, las previsiones de crecimiento para la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo (UPEV) en España eran más que positivas. Habían cerrado 2018 con una facturación de más de 85 millones de euros y llevaban desde 2015 creciendo sin parar a un ritmo de un 25% de media.

Este año, la asociación, que agrupa a más del 90% de las empresas independientes que fabrican, distribuyen o venden cigarrillos electrónicos, vapeadores y productos de riesgo reducido, tenía previsto alcanzar una facturación por encima de los 90 millones de euros.

No obstante, a raíz de la polémica surgida en torno a las muertes de varias personas en Estados Unidos por una enfermedad pulmonar desconocida relacionada con el consumo de este tipo de productos, sumada a la ofensiva lanzada desde el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social que dirige María Luisa Carcedo, han provocado lo inevitable: un frenazo en las ventas.

“Francamente, no vamos a llegar a esa cifra. Es el efecto que está teniendo la campaña de Sanidad, así como la repercusión que han tenido en los medios de comunicación las muertes en Estados Unidos”, explica Arturo Ribes, presidente de UPEV, en declaraciones a Vozpópuli.

"El tabaco ata y te mata"

Las polémicas son múltiples, al igual que los frentes. El debate sobre la seguridad sanitaria y efectividad de estos dispositivos en la lucha contra el tabaquismo está abierto. La comunidad médica rechaza mayoritariamente -al menos en España-  el argumento que esgrimen desde el sector de que sirven como alternativa para dejar de fumar. Por el contrario, las autoridades sanitarias de Francia, Canadá o Reino Unido los promocionan como medida contra el tabaquismo, mientras que en Estados Unidos o India se ha prohibido su uso o se plantea hacerlo.

A principios de este mes, el Ministerio de Sanidad lanzó una campaña contra el tabaquismo bajo el eslogan: "Que no te engañen, el tabaco ata y te mata en todas sus formas". Un spot para televisión, radio e Internet, así como pósters y banners en los que se equiparan los efectos del tabaco con el de los vápers, pipas de agua y cigarrillos electrónicos. Es la primera vez que desde el Ministerio ponen en marcha una campaña contra el tabaquismo en la que incluyen este tipo de productos de manera específica. Por añadidura, esta misma semana ha anunciado que financiará por primera vez un fármaco de Pfizer para dejar de fumar. 

Según explica Ribes, a pesar de que ni siquiera ha pasado un mes desde el lanzamiento de la campaña de Sanidad, ya están notando una bajada del consumo. “Nos estamos encontrando ya con muchos fumadores que habían comenzado a usar cigarrillos electrónicos que están dejando el vapeo para volver a consumir tabaco”, se lamenta. “Desgraciadamente todo esto ha servido para que mucha gente siga fumando”, concluye.

Crecimiento ininterrumpido hasta la fecha 

Hasta la fecha, el número de usuarios de vapeadores y cigarrillos electrónicos no había hecho más que crecer. Según un comunicado que emitieron desde UPEV a medidados de año, “de seguir la tendencia” se estimaba que a finales de este año el número de vapeadores en España iba a superar las 600.000 personas. No obstante, la tendencia parece haberse revertido. A cierre de 2018, el número de usuarios se situaba en 562.000 personas.

De acuerdo con un estudio llevado a cabo por SigmaDos, el 96,3% de los vapeadores españoles usa el cigarrillo electrónico como alternativa al cigarrillo convencional y hasta el 69,8% ha sustituido completamente el hábito de fumar utilizando este tipo de productos, mientras que el 26,5% ha reducido “sustancialmente” su consumo de cigarrillos convencionales.

De acuerdo a la consultora Euromonitor, en 2011 apenas había seis millones de usuarios de cigarrillos digitales en todo el mundo. En 2018 ya eran 38 millones de personas y se espera que la cifra roce los 55 millones en 2021. Las previsiones apuntan a que este nicho moverá cerca de casi 30.000 millones de euros a nivel global.

Millones de inversión en la industria tabaquera 

Ahora, la industria tiene que revisar sus previsiones. Más allá de las pequeñas y medianas empresas españolas que se encuentran recogidas en UPEV, existen cuatro grandes actores en el sector. 

Los gigantes tabaqueros de British American Tobacco (BAT), Philip Morris, Japan Tobacco International (JTI) y Altadis también comercializan distintas modalidades de cigarrillos electrónicos, que consideran el futuro de su negocio, por lo que han invertido ingentes cantidades de dinero en los últimos años para desarrollar este tipo de productos.

En particular, el fabricante de Malboro ha desembolsado más de 6.000 millones de dólares en los últimos años para desarrollar estos dispositivos, para los que ha duplicado su número de fábricas especializadas. British American Tobacco, por su parte, ha invertido más de 2.500 millones de dólares en los últimos años con el mismo objetivo.

Por último, Altadis es el fabricante del conocido dispositivo MyBlu. Por otro lado, la polémica start-up norteamericana Juul -protagonistas de numerosas polémicas relacionadas con el consumo de sus productos por menores- desembarcó en nuestro país en marzo de este mismo año.

Ribes destaca que ninguna de estas compañías forma parte de UPEV, ya que lo prohíben sus estatutos. "Nuestra razón de ser es apartarnos del tabaco, porque nuestros clientes lo que buscan es apartarse del tabaco. No tendría ningún sentido que admitiésemos a empresas tabaqueras dentro de la asociación del cigarrillo electrónico independiente", apunta. 

Consumo entre menores 

Sobre la polémica que ha surgido en torno al acercamiento que están experimentando los menores a estos productos, sumado a la enorme "desinformación" que les rodea, Ribes se muestra tajante y asegura que desde UPEV no sólo están en contra, sino que llevan años llevando a cabo campañas para evitar el consumo por parte de menores de 18 años. 

La cosa se complica cuando acceden a estos productos a través de Internet, que se ha convertido en un gran mercado.  “El producto no se puede vender a un menor, pero tampoco se puede entregar. Si una empresa de transportes le entrega un producto de vapeo a un menor, está incurriendo en un delito, por lo que tiene que asegurarse de que el comprador es mayor de edad”, señala. Según explica, se han reunido con la mayor parte de las empresas de transporte para que le pidan el DNI a los usuarios que adquieran alguno de estos productos a través de Internet.

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