Economía

El consumo de los hogares con tarjetas de crédito se contrae un 11% desde el 'pico' del Black Friday

El saldo vivo de la deuda de las familias por el uso de estos instrumentos de pago se ha reducido un 11,2% desde el pasado noviembre

Un usuario paga en un comercio con tarjeta de crédito.

La llegada del euro a los bolsillos de los ciudadanos europeos, a las cero horas del 1 de enero de 2002, supuso el pico máximo de expectación por el uso del dinero en efectivo. La curiosidad por cómo serían los billetes y las monedas, cuál sería su tamaño, su color... disparó su utilización como medio de pago durante sus primeros meses de vida.

En aquellos primeros días del mes de enero de 2002 se dio una circunstancia extraña en las costumbres de los españoles: se olvidaron de las habituales propinas en bares y cafeterías. El hecho de que la conversión acordada del euro con las diferentes monedas nacionales no resultara sencilla en España para los cálculos mentales (166,386 pesetas) hizo que los consumidores recogieran íntegramente la vuelta tras el pago de sus consumiciones, por temor a dejar una propina ridícula o una cantidad exagerada.

Con el paso del tiempo el uso del efectivo se ha ido reduciendo en favor de las tarjetas de débito o de crédito. La irrupción de la pandemia en marzo de 2020 disparó su utilización hasta niveles desconocidos. El temor al contagio a través de la manipulación de billetes y monedas hizo que la práctica totalidad de los pagos comerciales se realizaran a través del llamado dinero de plástico. Hoy, ese hábito se ha extendido, particularmente, entre los más jóvenes, aunque se mantienen los fuertes altibajos.

De acuerdo con los últimos datos publicados por el Banco de España, el saldo vivo de las tarjetas de crédito y tarjetas “revolving” era, a finales de marzo, pasado de 10.667 millones de euros, la cifra más baja desde diciembre de 2021. El banco central español con sidera “operación nueva” el saldo vivo a fin de cada mes y no el dinero concedido en el mismo. Desde finales del pasado año, el saldo se ha reducido en 1.329 millones de euros, el equivalente a un 11,07%. 

El uso de la tarjeta de crédito está muy influido por la estacionalidad. Suele alcanzar su máximos en los meses de verano, coincidiendo con las vacaciones anuales y, últimamente, en noviembre, con las compras prenavideñas asociadas al “Black Friday”. Precisamente en noviembre del pasado año, el saldo vivo superó los 12.000 millones de euros, una cifra que no se alcanzaba desde diciembre de 2019. El descenso desde esa fecha ha sido del 11,2% y del 8% en los últimos doce meses.

El gasto en consumo final de los hogares alcanzó en el primer trimestre del año en curso 219.672 millones de euros, cifra que representa el 59,74 del Producto Interior Bruto de ese periodo, cifrado en 366.717 millones. En el conjunto de 2023, el consumo de las familias se cifró en 849.873 millones, el 58,13% del PIB, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.

Tarjetas de crédito en circulación

A cierre del pasado año, en España había en circulación 91,5 millones de tarjetas, un 3,5% más que un año antes y también la cifra más elevada de la historia. De esa cifra, 42,15 millones corresponden a tarjetas de crédito, con un aumento del 1,91% interanual, y 49,37 millones, a tarjetas de débito, rozando el máximo alcanzado en el año 2021.

La diferencia entre una tarjeta de débito y una de crédito es que, en la primera, el pago de carga directamente en la cuenta del titular. Por lo tanto solo permite el cobro hasta el límite de los fondos de la cuenta. La tarjeta de crédito posibilita la realización de compras y la disposición de efectivo independientemente de que se tenga dinero en la cuenta asociada, ya que el pago se aplaza hasta el mes siguiente. En definitiva, el titular de la tarjeta de crédito contrae una deuda con la entidad financiera que la emite.

Para facilitar su uso, en España hay 43.263 cajeros automáticos. Son un 4,36% menos que en el cuarto trimestre de 2022 y casi un 30% menos que en el año 2008 cuando se llegaron a contabilizar 61.714 aparatos en toda la geografía española. En 2023, últimas cifras globales, estos cajeros permitieron la realización de más de 693 millones de operaciones de retirada de efectivo, por un importe de casi 125.000 millones de euros

Para facilitar el gasto en consumo existen en España más de 2,5 millones de terminales punto de venta, un 7% más que un año antes. Para hacerse una idea del crecimiento de las TPVs basta decir que en 2019 no se había alcanzado la cifra de dos millones. El pasado año se llevaron a cabo 8.406 millones de operaciones de compraventa, un 13,75% más que en 2022, por un importe de 255.458 millones de euros, con un incremento interanual del 9,37%. 

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